Entramos en una semana que ha de ser, aunque con cierta gente de por medio nunca se sabe, la definitiva para la resolución del caso Contador. El TAS se debe pronunciar esta semana y saldremos de dudas. No sobre la culpabilidad o inocencia del ciclista español, yo tengo bastante clara mi postura a este respecto desde hace mucho tiempo, sino sobre qué decisión tomará el tribunal. Esperemos. Es una pena que tengamos que estar medio encogidos y pendientes de lo que suceda con el TAS, ya que hoy era un día genial para hablar del Tour de San Luis, que ganó Leipheimer y en el que Contador se llevó dos etapas o de otras cuestiones meramente deportivas. Aunque, bien pensado, ¿qué vamos a decir sobre el caso Contador que no hayamos dicho ya? ¿Que es una chapuza? ¿Que se ha gestionado terriblemente mal? ¿Que hemos apreciado muy mala fe en ciertas actitudes? ¿Que algo debería cambiar en el mundo del ciclismo? ¿Que creemos en la inocencia de Contador? Todo eso está ya escrito muchas veces. Lo ratifico todo, pero sólo queda esperar.
Así que sí, hablemos algo de ciclismo. Levi Leipheimer, que parece vivir una segunda juventud, se adjudicó la victoria en el Tour de San Luis. Él ganó la carrera y Contador dos etapas, las dos de montaña, por lo que primero y segundo en la general se van muy alegres y contentos de la carrera argentina. La victoria del estadounidense se ha cimentado en su ventaja clara sobre el resto de rivales en la crono, modalidad en la que es un especialista y en la que, además, el estado de forma influye mucho. La última etapa, que se decidió al esprint, fue para el belga Tom Boonen.
Estos días ha acabado el Mundial de ciclocross y casi todos los focos se dirigen al joven Mathieu Van der Poel, oro en la categoría junior. ¿La razón? Que este joven ciclista es nieto de Poulidor, el histórico ciclista que ha pasado a la historia como el gran segundón. Historia interesante ésta que, por ejemplo, está contada de forma interesante en la contraportada de hoy del diario El Mundo.
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