Nibali se exhibe en la Milán-San Remo


Ayer dormí en el desierto del Sáhara, en Zagora. Fue una experiencia formidable. Sin cobertura ni demasiadas personas a la vista, con un techo de estrellas y un suelo de arena, fue una noche mágica ambientada con el sonido de los tambores. Un día perfecto, a pesar de que me perdí la Milán-San Remo, la primera gran clásica de la temporada, el primer monumento ciclista. De las primeras cosas que he hecho esta mañana al conectarme a un wifi ha sido mirar el resultado de la carrera. Como no vi la carrera, no puedo hacer una crónica sobre ella. Poco puedo aportar, pero no quería dejar de reseñar la victoria de Vincenzo Nibali en la Classicissima. Amar al ciclismo es sinónimo de amar al Tiburón. Él es uno de esos corredores valientes, siempre al ataque, de los que crecieron viendo escenas de ciclistas de leyenda en la televisión, o en su caso, en las cintas de vídeo de la tienda de su padre. Pensó entonces Nibali, siendo niño, que quería emular a esos héroes de la bicicleta y a ello ha consagrado su carrera. 

El ciclista italiano, ahora con los colores del Bahréin Merida, lo ha ganado casi todo, incluidas las tres grandes vueltas. También había ganado ya un monumento, tras su victoria en el Giro de Lombardía de hace un par de años. La Milán-San Remo es una carrera que, a priori, encaja menos con las características de Nibali. Pero todas las pruebas encajan con su forma de entender el ciclismo, siempre aguerrido, siempre al ataque. Atacó El Tiburón en el Poggio, última ascensión antes del desenlace de la prueba, y supo defender su ventaja en el descenso, una de sus especializadas, ante un grupo de favoritos que llegaba pisándole los talones. Venció Nibali, casi en el mismo tiempo que Rohan Dennis, primero del pelotón, el corredor que más de cerca vio el triunfo del corredor italiano. 

Aunque no vi la carrera, por la maravillosa experiencia de pasar una noche en el desierto y por este viaje de ensueño a Marruecos que aún disfrutaré un par de días de más, he vibrado hace un rato al escuchar la narración del triunfo de Nibali por parte de Javier Ares, la voz del ciclismo, en Eurosport. Su llegada al canal de pago es una de las mejores noticias para los amantes de este deporte en mucho tiempo. Nadie cuenta el ciclismo con tanta pasión. Tanta que incluso desde Ouarzarzate y en un vídeo de un minuto y medio cuando ya sabía el resultado, he disfrutado como si la estuviera siguiendo en directo. Tanta como para hacer un breve paréntesis en las vacaciones para escribir estas líneas. Porque querer al ciclismo también es querer la pasión y la profesionalidad con la que lo cuenta Javier Ares. 

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