Evenepoel cumple con la tradición en Donosti




Menos de un mes después de acoger la meta de la segunda etapa del Tour de Francia, Donosti vuelve a ser capital mundial del ciclismo masculino. La Clásica de San Sebastián nunca decepciona por esa combinación irresistible de un recorrido exigente, el calor único del público vasco y la presencia de corredores que vienen de brillar en el Tour al lado de otros que se preparan para próximos objetivos como la Vuelta. Y eso es justo lo que ha pasado hoy, ya que un ciclista que viene de firmar un Tour extraordinario, Pello Bilbao, y otro que se prepara para revalidar su triunfo del año pasado en la Vuelta, Remco Evenepoel, se han disputado la victoria de la prueba, que se ha llevado el belga, prolongando así su historia de amor con Donosti. 


El año pasado Evenepoel atacó a más de 45 kilómetros del final. Este año, ha saltado más de 70. Eso sí, a diferencia de sus dos victorias snteriores, esta vez el belga no llegó sólo al boulevard donostiarra donde se sitúa la meta porque un correoso y bravo Pello Bilbao se soldó a su rueda y lo intentó hasta el final. El corredor vasco ha sido un rival de altura para Evenepoel, pero para el belga ganar la Klasikoa se ha convertido ya casi en una tradición de verano. Hace cuatro años logró su primera gran victoria como profesional aquí, el año pasado arrasó también y demostró que llegaba en plena forma a la Vuelta que terminaría ganando y este año ha sumado su tercer triunfo en la carrera, lo que le permite igualar a Marino Lejarreta como el corredor con más triunfos en la historia de la prueba. 


No empezó del mejor modo posible la carrera para el campeón del mundo, que sufrió una caída en la neutralizada. No tuvo consecuencias, como ha demostrado después, controlando a su antojo la prueba y despidiéndose del maillot arcoíris de campeón del mundo con una victoria de postín. En los primeros compases de la clásica se formó una escapada de nivel con Bardet (DSM), Bernard (Lidl), Bonnamour (AG2R), Iturria (Euskaltel) y Van Hooydonck (Jumbo). 


A 70 kilómetros de meta atacó Evenepoel, enorme, atrevido como siempre, y también se unieron a la fiesta Pello Bilbao (Bahrein), Vlasov (Bora) y Bettiol (EF), que se juntaron en cabeza con Bardet y Van Hooydonck, los supervivientes de esa fuga inicial. Cuando restaban 40 kilómetros para el final, Felix Gall, otro que viene de brillar en el Tour, atacó para intentar llegar a la altura del grupo delantero. Se pegó a su rueda Mikel Landa, más pensando en secar ese movimiento en pos de las opciones de Bilbao que en sus opciones personales. Ese movimiento no llegó lejos y los dos terminaron siendo neutralizados por el pelotón. La carrera, sin duda, estaba delante. 


La ascensión final a Murgil parecía decisiva, como siempre. A esa última cota llegaron en cabeza Evenepoel, Bilbao y Vlasov. El belga impuso un ritmo muy exigente que a punto estuvo de dejar cortado a Bilbao. Sin embargo, supo sufrir y no perdió contacto. Sí lo hizo el ruso del Bora, incapaz de seguir a esa marcha infernal. Bilbao y Evenepoel, Evenepoel y Bilbao, volaron hacia la línea de meta. El belga no pudo descolgar al vasco, que sabía que en principio era más lento que su adversario. Lo intentó pese a todo y forzó a Evenepoel a dar lo mejor de sí mismo para terminar imponiendo su insultante pinta de velocidad. Vlasov completó el podio. 


Es la novena victoria del año de Evenepoel, que buscará repetir victoria en la Vuelta dentro de unas semanas. De momento, hoy ha renovado sus votos con la Clásica de San Sebastián, una de las carreras que más ama y que mejor se le dan. No tiene mal gusto. 

Comentarios