Cambios en el World Tour

Brian Cookson, nuevo presidente de la UCI en sustitución de Pat McQuaid, empieza a ponerse manos a la obra y ya ha anunciado un "profundo y decisivo cambio" en el ciclismo profesional. Se avecinan grandes transformaciones en el calendario y en la organización de este deporte. De momento es sólo una propuesta que deberá ser aprobada el año próximo por el Comité Directivo de la UCI y por el Consejo de Ciclismo Profesional, pero que supondría una revolución del World Tour. Las líneas maestras de esta reforma serían una reducción de días de competición (de los 155 actuales a 120) y la creación de tres divisiones en el ciclismo, entre las que habría ascensos y descensos. 

Es frecuente en esta época del año debatir sobre cambios en la estructura del ciclismo. Supongo que recordarán cómo el año pasado, concretamente por noviembre, debatíamos una propuesta de reforma del calendario ciclista que realizó el propietario del Omega Pharma Quick Step. En esa propuesta se hablaba de hacer un sistema similar al de la Fórmula 1, con un enfoque empresarial. En ese caso, la idea era crear una liga cerrada como la del deporte del motor, algo distinto a esta propuesta que Cookson pone encima de la mesa. No es a los parecidos entre las propuestas a lo que me quiero referir, sino al hecho en sí de que surjan ideas nuevas que pretendan reformar el ciclismo. Es necesario. Ni todo lo nuevo es bueno de por sí, ni todo lo antiguo es malo. Pero, en este caso, podremos discrepar en las reformas que se deberían tomar, pero no en la evidencia de que necesitamos reformas. Cambios que ilusionen. Por tanto, bienvenida sea la propuesta de Cookson. Al menos porque indica voluntad de cambiar las cosas y que el nuevo presidente de la UCI trae ideas nuevas. 

Los cambios empezarían a entrar en vigor en 2015 y sólo terminarían de concretarse en 2020. La reducción de días de competición del nuevo World Tour hasta los 120, frente a los 155 actuales, se haría con la desaparición de algunas competiciones de esa liga y, sobre todo, con la limitación en la duración de las carreras que no sean las grandes vueltas. Tour, Giro y Vuelta, junto a los cinco monumentos, permanecen inalterables. El resto de carreras sí sufrirán cambios. No podrán coincidir en el calendario dos pruebas World Tour, lo cual es una medida necesaria y de sentido común. Es ilógico, por ejemplo, que París-Niza y Tirreno-Adriático, dos grandes carreras, coincidan en el tiempo. Esta medida, por tanto, es muy sensata. Por otro lado, no habrá carreras de más de cinco o seis días, lo que obligará a reducir competiciones de una semana.

En la liga World Tour estarán fijos 16 equipos, que compondrán la primera división del ciclismo. Después, habrá una liga de segunda división formada por 8 equipos con 50 días de competición. En el tercer escalón habrá pruebas HC .1 y .2. En esto último, pues, no hay variación respecto a lo que tenemos ahora. Para poder formar parte de la primera división, ya que habrá ascensos y descensos desde la segunda, se tendrán en cuenta criterios deportivos para medir ese sistema de ascensos; criterios éticos, acordados por los equipos; criterios financieros, analizados por una auditoría de Ernst&Young y criterios administrativos, también estudiados por Ernst&Young y administrados por la UCI. Una nueva propuesta que supondría una transformación radical al ciclismo actual. Sobre todo, por la reducción de días en el calendario y por el sistema de ascensos y descensos. 

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