Giro y Tour: la arriesgada apuesta de Nairo Quintana

"Al Giro vamos a ir a hacer representación, intentar hacerlo bien, pero con el objetivo de salir en buenas condiciones de esa carrera para afrontar el Tour". Con estas palabras ha confirmado Nairo Quintana en una entrevista en El Tiempo, medio colombiano que le ha elegido deportista del año, que el próximo ejercicio correrá el Giro de Italia y el Tour de Francia. Es una apuesta arriesgada. No tengo claro si decisión del propio corredor o más de su equipo. Lo cierto es que el líder del Movistar, que ya ganó el Giro de Italia hace un par de años, buscará vestirse de rosa en Italia antes de afrontar el reto de enfundarse en el maillot amarillo del Tour de Francia, reto este del que han salido derrotados grandes corredores. El último, Alberto Contador



El Giro no es el mejor lugar para preparar el Tour. Demasiada exigencia. Demasiada dureza. No es un campo de entrenamiento, es un combate con ciclistas de primer nivel. Depende, claro, de la actitud con la que afronte Quintana la carrera transalpina. Pero esos kilómetros los llevará en las piernas, ese agotamiento, físico y mental, de una gran vuelta. No llegará tan fresco como el resto de rivales, sobre todo un Chris Froome que jamás se ha planteado acudir a la corsa rosa como preparación para la Grande Boucle

En este sentido, Quintana parece tener claro que su objetivo central en 2017 será el Tour, y que antepondrá sus opciones en la ronda gala a cualquier otra cosa. "El objetivo es el Tour. Vamos a afrontar el Giro con mucho carácter, decisión y con un gran equipo. A ver qué podemos hacer", indica. El ciclista colombiano, claro, descarta acudir a la Vuelta a España a defender su primer puesto de este año. Las tres vueltas son palabras mayores. 

Lo que sucede con ciclistas como Quintana es que cuesta creer que acudan a una gran vuelta con ánimo de no quemarse demasiado, de esconderse, de no ir a por el triunfo final. En la propia entrevista confirma que, por qué no, le gustaría ganar el Giro del centenario, razón especial que también le ha llevado, afirma, a correr el próximo año la carrera transalpina. Y ahí chocamos con la realidad de los últimos años. Desde 1998, cuando Marco Pantani logró ganar Giro y Tour, nadie ha repetido esa hazaña. Y es por algo. La dureza del Giro desgaste enormemente. Y, además, a partir de entonces se extendió el modelo de ciclista que prepara el Tour por encima de todas las cosas, primero con Armstrong, después con Froome. Los grandes corredores que intentan ganar el Tour tras haber corrido el Giro suelen fracasar, pues carecen de la frescura de los ciclistas que han seguido una preparación detallada para la ronda gala. 

Es cierto que Quintana disputó al máximo el Tour el año pasado, donde fue tercero a pesar de mostrar un rendimiento inferior al esperado (por las alergias, declara en la citada entrevista con El Tiempo), y después acudió a la Vuelta a España y la ganó. Por ahí, el corredor colombiano puede aferrarse a un ejemplo de dos grandes vueltas seguidas disputadas con resultados exitosos. Pero es muy complicado. Sobre todo, porque Froome repetirá esta temporada su preparación clásica, para llegar en su estado de forma perfecto al Tour. Veremos. 

Respecto al recorrido de la carrera francesa, Quintana declara que "habrá más lucha, y lo bueno es que no hay demasiada contrarreloj, y eso es bueno porque no nos sacarán mucho tiempo". El recorrido del próximo año del Tour, donde perseguirá el que él mismo bautizó como "el sueño amarillo", le parece "particular", porque "tiene un poco menos de montaña que los otros años, pero habrá más invitados aspirando al podio; así han diseñado el recorrido los organizadores". Antes de la ronda gala, por tanto, Quintana se verá las caras con Nibali y Aru, entre otros, en la edición centenaria del Giro. 

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