Si el Ministerio de Sanidad lo autoriza, porque sea posible desde un punto de cita sanitario en medio de la crisis del coronavirus, habrá Vuelta a Burgos este año, del 28 de julio al 1 de agosto, lo que la convertiría en la primera gran carrera ciclista del calendario comprimido que maneja la UCI. Así lo ha declarado César Rico, presidente de la Diputación de Burgos, que es el patrocinador principal de la carrera.
Según ha informado el Diario de Burgos, la Diputación burgalesa priorizará la salud pública, naturalmente. Pero ya han pedido a Sanidad que le explique las medidas que deberán tomarse y, en caso de que puedan cumplirlas, se celebrará la carrera. Una gran noticia deportiva, ya que esta prueba, que cada año ofrece un gran espectáculo, podría reunir esta anómala temporada una participación de lujo. Desde luego, la seguiremos con más ganas que nunca todos los amantes del ciclismo si finalmente se puede celebrar.
La prioridad no puede dejar de ser nunca la salud, eso es indiscutible. Si con las medidas adecuadas pueden echar a rodar las carreras, bienvenido sea, ya que la situación financiera de no pocos equipos ciclistas es dramática. Burgos puede convertirse en el epicentro del regreso del ciclismo de más alto nivel. Ojalá. Sería una gran noticia y no sólo deportiva.
La situación tan extraña generada por el coronavirus mantiene en duda todos los planes de futuro, también el formato del Tour de Francia, que posiblemente será sin público, y la posibilidad de que los ciclistas de algún país, como Colombia, tengan difícil desplazarse a Europa para participar en las competiciones. El tiempo dirá. De momento, con toda la cautela del mundo, la Vuelta a Burgos ha dado un paso adelante y sólo podemos celebrarlo.
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