El 25 de julio de 2009 es un día que pocos aficionados españoles al ciclismo olvidarán. El Tour de Francia llegaba a su fin y aquel día se sumaron las alegrías, ya que Alberto Contador sentenció su triunfo en la general, en aquel Tour en el que tenía al enemigo en casa, Lance Armstrong, y Juanma Gárate ganó la etapa en la mítica cima del Mont Ventoux. A él y su logro, la mayor victoria de su carrera deportiva, dedicamos esta edición de los recuerdos ciclistas.
Gárate corría en el Rabobank, escuadra en la que estuvo desde ese mismo año hasta el 2014. El ciclista vasco es de los pocos corredores que ha conseguido victoria de etapa en las tres grandes vueltas. Cuando llegó a aquel Tour de 2009 ya tenía en su palmarés una etapa de la Vuelta, que ganó en la edición de 2001, y otra del Giro, que se llevó en 2006. Ésa fue, precisamente, la última victoria de Gárate antes de su gran día de gloria en el Mont Ventoux. Entonces tampoco podía saber que sería su última victoria como ciclista profesional.
Vayamos a ese 25 de julio de 2009, la penúltima etapa de la carrera. Mientras Contador vigila a Andy Schleck y sus ataques, en la última oportunidad de darle la vuelta a la carrera, por delante se marcha un grupo de corredores en busca de la etapa, a los que los equipos de los favoritos dan su permiso. Gárate entró en esa escapada, en la que estuvo acompañado por 18 ciclistas. El que más lejos llegó junto a él fue Tony Martin. Los dos se marcharon por delante en la ascensión final al legendario puerto.
Gárate declaró en meta aquel día que la noche anterior había soñado que ganaba la etapa. Ganarla, la ganó, pero el sueño no se cumplió exactamente, ya que él se había visto en sueño ganando la etapa por delante de Contador, que le alcanzaba y le dejaba ganar. Fue mejor aún. Venció porque fue el más fuerte y nadie pudo con él en las rampas del Mont Ventoux, en ese escenario de otro planeta. Cinco años después de esa victoria, Gárate colgó la bicicleta. Se retiraba así un ciclista de pocas pero muy valiosas victorias. La que más, posiblemente, la conquistada aquel 25 de julio de 2009, un año dulce para el ciclismo español en el Tour.
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