Recuerdos ciclistas (XLIII): La Vuelta de Olano


Seis años llevaba la Vuelta sin tener un ganador español cuando Abraham Olano conquistó la carrera en 1998. Venía la prueba española de encadenar las tres victorias consecutivas del suizo Tony Rominger (1992, 1993 y 1994), la de Laurent Jalabert en 1995 y las dos de Alex Zulle en 1996 y 1997. La Vuelta del 98 no fue una Vuelta más, ya que llegó tras el traumático Tour de aquel año, el del escándalo del caso Festina


Para entonces, Olano era el líder del Banesto, pero el equipo que hizo grande años antes Miguel Indurain contaba también con otro corredor ilustre, que siempre se crecía en la Vuelta, el Chava Jiménez. El Banesto tenía, pues, todas las de ganar en la carrera. Su gran rival, el Kelme, siempre combativo, siempre aguerrido, dominado por el escalador Fernando Escartín


El clima de aquella Vuelta, como digo, no era el mejor. Ni siquiera el de más orgulloso recuerdo, ya que se modificó el recorrido de la carrera para que las etapas pirenaicas que pasaban por Francia no pisaran suelo francés, ya que se temían controles antidopaje. Aquel clima peculiar, de bastante lamentable recuerdo, quedó reflejado en la portada de Marca el día que terminó la carrera, con esa especie de  guerrilla con el Tour... Sin comentarios. Eran otros tiempos. 

En lo estrictamente deportivo, aquella Vuelta comenzó con la victoria del suizo Marcus Zberg en la crono inaugural en Córdoba, lo que le permitió ser líder durante dos días. En la tercera etapa se vistió de amarillo, el color que entonces distinguía al líder de la ronda española, Laurent Jalabert. En la sexta etapa, la primera con final en alto, se impuso José María Jiménez, el Chava, que ganó la etapa en Xorret de Catí y se puso líder

Así siguió el Chava hasta la novena etapa de la carrera, una contrarreloj de 39,5 kilómetros en Alcudia, en la que su compañero Olano, un consumado especialista en la lucha contra el crono, le arrebató ese primer puesto en la general. El antepenúltimo día de la carrera, con final en el Alto de Navacerrada, ofreció un nuevo vuelco en la Vuelta, ya que el Chava se puso líder. Pero al día siguiente, la madrileña localidad de Fuenlabrada acogió una contrarreloj de 39 kilómetros en la que Olano volvió a arrasar y asentó su victoria final en la carrera. 

Fernando Escartín fue segundo de aquella Vuelta, a 1:23 de Olano, y el Chava terminó tercero a 2:12. Por cierto, el cuarto clasificado de aquella carrera, ahora desposeído de ese puesto, fue un tal Lance Armstrong. Un año después comenzará en el Tour su era gloriosa (y tramposa). Pero esa es otra historia. 

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