Parece mentira, porque la noción del tiempo ha cambiado mucho estos meses de pandemia, pero el sábado tendría que haber empezado el Tour de Francia. El coronavirus se cruzó en nuestro camino y puso en suspenso nuestras vidas, incluidas las carreras ciclistas. La agencia francesa AFP publica hoy una entrevista con Christian Prudhomme, el director general de la ronda gala, en la que explica algún detalle (pocos) sobre la anómala edición del Tour de este año, que se correrá del 29 de agosto al 20 de septiembre.
De entrada, parece que el Tour no será a puerta cerrada y que sí acogerá público. Eso sí, Prudhomme dice en la citada entrevista que “habrá un filtro más o menos severo” para el acceso del público a la carrera. En los puertos, se prioriza a quien acuda a pie, en bicicleta o en los medios de transporte que establezcan las autoridades locales.
El Tour, naturalmente, seguirá las indicaciones sanitarias que correspondan. Sus organizadores están hablando con las autoridades y aún faltan muchos detalles por conocerse. Sí se sabe que la caravana será un 60% de lo habitual, pero parece que más por cuestiones financieras (las empresas patrocinadoras sufren por la crisis económica derivada del Covid-19) que por motivos de seguridad. Tampoco habrá besos ni abrazos en la ceremonia de podio.
Lo más importante es que todo avance como esperamos y los temidos rebrotes no vayan a más. Por el bien de todos, empezando por la salud, que es lo más importante, y siguiendo por todo lo demás, incluso el ciclismo.
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