Evenepoel resiste a Landa y Sosa cumple con la tradición en Neila


Por tercer año consecutivo, Iván Ramiro Sosa ha ganado la etapa final de la Vuelta a Burgos, en las Lagunas de Neila. Sin duda, su puerto preferido, en el que más veces ha ganado, desde luego. Pero esta vez la general no ha sido para él, sino para la sensación del ciclismo actual, Remco Evenepoel, que ha resistido sin aparentes dificultades la exigente ascensión final. Sus rivales lo han probado, en especial un muy combativo Mikel Landa, pero el corredor belga del Deceuninck-Quick Step apenas ha cedido dos segundos con el corredor vasco del Bahrein-Merida. 

Con esta victoria en la general final de la prueba burgalesa, Evenepoel suma ya su séptimo triunfo del año, tras la general y una etapa de la Vuelta a San Juan, la general y dos etapas de la Vuelta al Algarve y la etapa que ganó en el Picón Blanco, en esta maravillosa Vuelta a Burgos con la que ha regresado el ciclismo de máximo nivel. Concluye la carrera con nota. La seguridad ha sido absoluta, con todas las medidas que exige la nueva normalidad del coronavirus. Y el espectáculo ciclista ha sido mayúsculo, con las exhibiciones de Evenepoel como principal aliciente, pero no único. 

Evenepoel ha pecado de ambicioso hoy, se ha venido demasiado arriba en un momento en el que tenía la carrera bajo control. Marchaba en cabeza con Mikel Landa y con Sosa. El colombiano del Ineos, inteligente, no dio ni un relevo. La lucha por la general no iba con él y supo guardar fuerzas para lanzar el demarraje final con el que ha ganado la etapa. Llegó antes de ese ataque otro, de Evenepoel, que se produjo justo cuando su compañero de equipo, el también jovencísimo João Almeida, estaba a punto de llegar a la altura del tercero de cabeza. Se equivocó ahí Evenepoel, cuyo demarraje no llegó muy lejos. Es humano. Comete algún que otro error que nos recuerda que tiene 20 años, pero son errores menores, como este ataque de hoy que ha perjudicado a su compañero (aunque finalmente el portugués ha sido tercero en la general) o el hecho de no cerrarse el maillot cuando entró triunfal en la tercera etapa. Fallos menores, en todo caso. Lo más importante, y asombroso, es que con su insultante juventud tutea a grandes escaladores en puertos muy exigentes, y que rinde a un alto nivel en todos los terrenos, lo que abre de par en par la opción de ser un ciclista capaz de todo en las grandes vueltas. 

Medio en broma, medio en serio, Landa ha declarado en meta que tendrá que apretar en las grandes vueltas antes de que Evenepoel se ponga a ello, porque entonces no habrá nada que hacer. El tiempo dirá. De momento, este año el corredor belga disputará el Giro de Italia y Landa, que ha demostrado estar en muy buen nivel de forma, acudirá al Tour con buenas sensaciones. Sentirse líder indiscutible de su equipo le sienta bien. 

En la escapada del día, varios sospechosos habituales, porque entraron en escapadas anteriores. Entre ellos, Gotzon Martín, del Euskaltel-Euskadi, que entró en la fuga con la intención de conservar el maillot de líder de la montaña. Al final, Evenepoel también se lleva esa clasificación, pero el corredor vasco ha puesto todo de su parte. Junto a él, formaron la fuga Dani Navarro (Israel), Joel Nicolau (Caja Rural-Seguros RGA), Ángel Madrazo (Burgos BH), Delio Fernández (Nippo Delko One Provence) y Arjen Livyns (Bingoal-WB). 


Con estos protagonistas ha terminado una magnífica Vuelta a Burgos, en la que todo ha resultado de diez. Algo importante, sin duda, ya que era la primera gran carrera tras el parón causado por la pandemia. El esfuerzo de la organización ha tenido su merecida recompensa. 




Hoy también se ha disputado la primera etapa de la Ruta de Occitania, con victoria al sprint para Bryan Coquard, del B&B Hotels Vital Concept. 

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