Cambio de régimen en el Tour


Confirmado. El Tour de Francia asiste a un cambio de régimen, de la tiranía del Ineos (antes Sky) en los últimos años a la dictadura del Jumbo-Visma. La llegada a la Grand Colombier ha dejado una imagen histórica en la carrera francesa, la de Egan Bernal perdiendo contacto con el grupo de favoritos a 13 kilómetros de la cima. Poco antes se había quedado Nairo Quintana. Es la imagen que certifica la revolución del equipo neerlandés en el Tour. Hasta ahora, la carrera francesa era coto privado del todopoderoso conjunto británico, pero el Jumbo-Visma ha hecho lo que ha querido hoy. Todo, salvo ganar la etapa, y eso que lo ha intentado Primoz Roglic, ya que el insolente y atrevido Tadej Pogacar ha logrado su segunda victoria de etapa ante su compatriota esloveno. 

Hoy ha sido un día histórico en el Tour, sí. El día de la caída del imperio del Ineos. La jornada del alzamiento del Jumbo-Visma. Bernal ha entrado en meta a 7:22 de Roglic, despidiéndose de todas las opciones de revalidar su triunfo el año pasado del Tour. Esta prueba es una carrera de supervivencia por encima de cualquier otra cosa y hoy ha quedado claro. Bernal está lejos de su mejor versión y tampoco está en su mejor versión Richard Carapaz, que vino al Tour a última hora como solución de emergencia ante el mal estado de forma de Thomas y de Froome. El Ineos está lejos de aquellos gloriosos años cuando el Tour era una fiesta para ellos. 

El Jumbo-Visma ha mandado en la carrera con extraordinario poderío. Hasta se ha podido permitir el lujo de que Sepp Kuss no diera ni un relevo por Roglic, ya que antes habían trabajado para él Wout Van Aert, Robert Gesink, George Bennett y Tom Dumoulin. Un ritmo infernal que desincentivaba cualquier ataque. Nadie se movió, bastante tenían con resistir en el grupo delantero los pocos que pudieron hacerlo. “No tenía ningún sentido atacar ante el ritmo bestial del Jumbo-Visma”, reconocía Pogacar en meta. Eso sí, no se rinde. Ante la pregunta de si quiere ganar el Tour, no ha dudado: “ése es el plan”. Por ambición no quedará. Es difícil obviar que Pogacar sería hoy líder de la carrera si no se hubiera visto afectado por los abanicos en la primera semana. Es ciencia ficción, pero deja clara la regularidad del joven corredor del UAE. 

Roglic no pudo rematar el trabajo de su equipo con una victoria de etapa, ya que no ha podido con Pogacar en el mano a mano entre los dos eslovenos. Pogacar le ha arañado cuatro segundos por la bonificación en meta,  pero Roglic sigue siendo un líder sólido. Honestamente, aunque la tercera semana del Tour presenta varias etapas montañosas muy exigentes por los Alpes, parece difícil que los ciclistas no empiecen a pensar más en el podio, dado el poderío descomunal de Roglic y su equipo. Ojalá alguien lo pruebe de lejos y prefiera buscar incendiar el Tour antes que conservar una sexta plaza en la general, pero se antoja difícil, muy difícil. 

El ataque de Adam Yates a seis kilómetros de la meta ha sido un momento muy significativo del estado actual del Tour. Se movió con valentía el ciclista del Mitchelton-Scott, pero su ataque duró menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Es lo que hay. Los pongamos como nos pongamos y más allá de nuestros deseos, es bastante claro el dominio abrumador del Jumbo-Visma. 



Tras la etapa de hoy Roglic aventaja en 40 segundos a Pogacar en la general, mientras que Rigoberto Urán (ni un ataque, pero siempre ahí) es ya tercero, a 1:34 del líder. La lucha por el podio queda muy apretada, ya que Superman López es cuarto a 11 segundos de Urán, Yates es quinto a 29 segundos, Porte es sexto a 39 segundos, Mikel Landa es séptimo a 42 segundos y Enric Mas, cada día un poco mejor, es octavo a 3:15 del líder y a 1:41 del podio. También está cada día mejor Alejandro Valverde, que ha resistido en el grupo de los elegidos. 

La gran duda ahora es si queda batalla por la victoria final en el Tour más allá del duelo esloveno entre Roglic y Pogacar. ¿Intentará Urán asaltar el amarillo o, visto el poderío del Jumbo, prefería conservar su posición de privilegio en el podio? ¿Atacarán López, Yates o Porte pensando en la victoria o más bien aspirando al podio? ¿Habrá landismo en los Alpes? El tiempo dirá. Quedan etapas muy exigentes por delante, así que es pronto para dar nada por hecho, pero no parece, a día de hoy, que haya piernas para intentar un asalto a la general. Veremos. 

Más allá de la lucha por la general, el día tuvo otros protagonistas, algunos, a su pesar, como Sergio Higuita, que tuvo que retirarse de la carrera por culpa de una doble caída. También volvieron a ser protagonistas Bennett y Sagan en su lucha por el maillot verde. Bennet pasó por delante de Sagan en el sprint intermedio. También Morkov, gregario de Bennett, pasó por delante del eslovaco, al que se le escapa el maillot verde, ese que ha ganado siete veces. 

Y, por supuesto, también merecen ser mencionados en la crónica los componentes de la escapada del día: Ledanois, Geschke, Marcato, Trentin, Bonifazio, Gogl, Rolland y Herrada. Fue Rolland el que más lejos llegó, aunque el Jumbo-Visma no le dejó abrir suficiente hueco como para soñar con el triunfo de etapa. 

Mañana, día de descanso y también de pruebas PCR, que ojalá no nos den sorpresas. 



La etapa de hoy de la Tirreno-Adriático, la penúltima de la carrera de los dos mares, ha dejado una exhibición de Mathieu Van der Poel, que ganó en solitario al ser el más fuerte y el más listo del grupo de escapados, entre los que estaba el ciclista del Movistar Sergio Samitier. Mañana se disputa una crono de diez kilómetros en la que, salvo sorpresa mayúscula, Simon Yates certificará su victoria en la general. 

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