El Tour de Francia (y Eslovenia y Colombia)


Por etapas como las de hoy amamos al ciclismo. Por días como éste adoramos el Tour. La carrera se ha dinamitado por completo en la primera etapa de los Pirineos, que ha dejado muchos titulares, tantos, que es difícil saber por dónde empezar. Por ejemplo, tristemente, podemos empezar por constatar que en los puertos de hoy había demasiada gente y demasiado cerca. Algunos, sin mascarillas, y desde luego sin distancia de seguridad alguna. Todos entendemos las ansias por disfrutar del Tour in situ, pero algunas de las imágenes que hemos visto hoy son incompatibles con una pandemia global. 

En cuanto a lo estrictamente deportivo, todo lo demás ha sido espectacular. Pronto se formó una escapada de trece ciclistas a la que el pelotón dio su beneplácito, lo que propició que la diferencia se disparara. Habría, pues, dos carreras: por delante, la lucha por la etapa; por detrás, la batalla por la general. Los componentes de esa fuga fueron el líder de la montaña Benoit Cosnefroy (Ag25), Ilnur Zakarin (CCC), Carlos Verona (Movistar), Nans Peters (Ag2r), Michael Morkov (Deceuninck-Quick Step), Neilson Powless (Education First), Toms Skujins (Trek), Ben Hermans (Israel), Jerome Cousin (Total Direct Energie), Fabien Grellier (Total Direct Energie), Soren Kragh Andersen (Sunweb), Quentin Pacher (B&B Hotels) y Kévin Reza (B&B Hotels). 

En principio, el favorito para la victoria, al menos, el escalador más fuerte, era Ilnur Zakarin, y así parecía confirmarse a medida que avanzaba la etapa. Se quedó solo el corredor ruso junto a Peters en la ascensión a Balès, pero en el descenso el corredor francés se marchó en solitario hacia adelante. Los descensos son la gran asignatura pendiente de Zakarin. Peters, ganador de etapa en el Giro, resistió en cabeza y logró un triunfo de etapa excepcional, de mucho peso. Muy bien también Verona, tercero en la etapa. 



Hasta ahí, la primera carrera, la de la lucha por la etapa. En la otra carrera, la de la general, también hubo muchos movimientos. Los aficionados franceses al ciclismo celebraron el triunfo de etapa de Peters, pero se llevaron un disgusto con Thibaut Pinot. El líder del Groupama FDJ se quedó en la ascensión a Balès, rodeado de sus compañeros. Sufrió mucho Pinot, que arrastra las consecuencias de una caída, y se despidió de todas sus opciones de cara a la general. 

El Jumbo-Visma se puso al mando del gran grupo en la parte final de la etapa, dando una nueva exhibición. Uno a uno, los compañeros de Roglic, entre ellos, Tom Dumoulin, trabajaron para endurecer la carrera. Van Aert, ganador de la etapa de ayer, se vistió hoy de gregario, mientras que Dumoulin hizo la selección definitiva en el puerto final. El ritmo del conjunto neerlandés desincentivaba cualquier ataque, pero esta vez hubo corredores que no se amedrentaron. Abrió el baile Julian Alaphilippe, quien se estaba quedando sin fuerzas pero, antes de descolgarse, lanzó un ataque. Fue con más corazón que cabeza, pero se agradecen esos gestos de campeón. 

Más serio fue el ataque de Tadej Pogačar, que deslumbró en la pasada edición de la Vuelta a España y dejó claro allí que es un ciclista con opciones de todo en una prueba de tres semanas. A su rueda se fueron Nairo Quintana y Primoz Roglic. Los tres se han mostrado hoy como los favoritos más fuertes del Tour. Tras reagruparse con el resto de aspirantes a la victoria, volvió a moverse Pogačar, quien esta vez se fue solo. Poco después lo probaron Richie Porte y Mikel Landa. Ambos perdieron ayer tiempo por culpa de los abanicos, como Pogačar, y buscaron recuperar parte de lo perdido. El demarraje de Pogačar triunfó, no así el de Porte y Landa, que fueron cazados por el grupo de favoritos donde marchaban Roglic, Quintana, Rigoberto Urán, Guillaume Martin, Adam Yates Romain Bardet y Enric Mas. Hubo algún escaramuza más, como un ataque de Martin, bravo, decidido a tomar el testigo de Pinot como la gran opción francesa para el Tour, u otro ataque de Quintana, que siguió Roglic. Ya cerca de meta lo probó Bardet, que soñaba con el amarillo, aunque lo conservó Adam Yates. 

Pogačar aventajó en 40 segundos al resto de favoritos y ya es noveno en la general a 48 segundos de Yates. El ciclista esloveno del UAE aspira a todo en el Tour, absolutamente a todo. Igual que su compatriota Primoz Roglic, quien tiene sin duda el equipo más fuerte de esta carrera, aunque hoy no ha podido sacar tiempo a sus rivales. Aunque todos los favoritos, al margen de Pogačar, han llegado juntos, no todos han transmitido las mismas sensaciones, ni mucho menos. A Pogačar, por supuesto, se le ve con fuerza y atrevimiento, capaz de dinamitar este Tour. Roglic también está en plenitud, muy sólido. Y Quintana, quien tuvo un comienzo arrollador de temporada pero que transmitió alguna duda en la reanudación de las carreras tras el parón por el coronavirus. Hoy se ha visto que está fuerte, algo que no se puede decir de Egan Bernal, ganador del año pasado, a quien en absoluto se le puede descartar, por supuesto, pero que no ha exhibido de momento su frescura habitual. 

Otros dos compatriotas de Quintana y Bernal (Miguel Ángel López y Rigoberto Urán) están entre los mejores de la general, así que este Tour de Francia puede ser un poco más bien el Tour de Eslovenia y el de Colombia en Francia. Aunque el país galo no se despide del todo de la general, para nada, ya que Guillaume Martin es tercero en la general a sólo nueve segundos de Yates y seis d Roglic, mientras que Bardet es cuarto a 11 segundos. Además de cuarto colombianos, dos eslovenos, dos franceses y un británico, completa el top 10 de la carrera el español Enric Mas.


El Tour está precioso y muy abierto. En principio, Pogačar, Roglic y Quintana parecen un punto por encima del resto, pero sólo un punto, y con mucha montaña por delante. Todo puede ocurrir. La mejor noticia de hoy es que, a pesar de que el Jumbo-Visma ha sucedido al Ineos como tirano de la carrera e impone mucho, no ha impedido que haya ataques, no ha conseguido anestesiar la carrera. 

Mañana, más montaña, con la segunda etapa pirenaica de este Tour. El Col de Marie Blanque, de primera categoría, con 7,7 kilómetros y un desnivel medio del 8,6% será el juez de la jornada, ya que su cima está a menos de 20 kilómetros del final. Qué bonito se pone el Tour. Qué bien pinta lo que queda de carrera. 

Comentarios