Kwiatkowski gana la etapa del landismo


Escribió Borges que hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria. La frase del genial autor argentino define a la perfección el landismo, ese movimiento encabezado por Mikel Landa y su valentía. Un ciclista con más leyenda que resultados, con más literatura que victorias. Un ciclista soberbio. Si el ciclismo fuera sólo cuestión de palmarés, simples matemáticas,  lo único que importaría es el resultado. Pero eso no es así, o no al menos para los aficionados. Recordamos más, en efecto, algunas derrotas bravas y atrevidas que ciertas victorias anodinas. 


A quien tiene un objetivo y lo consigue, independientemente de que sea de una forma más o menos vistosa, le importa lo justo que la gente se divierta o no. Y es lógico. Nada que objetar. Pero son mucho más valiosos e imprescindibles los corredores indómitos y alocados, los geniales capaces de lo mejor y de lo peor, los que mantienen viva la esperanza y la expectativa de ver movimientos atractivos. El landismo es emoción y son las emociones las que animan de verdad a los amantes del ciclismo, lo que los levanta del sofá.


Landa no es ni el más eficiente ni el más ganador. Pero si es de los más carismáticos y geniales ciclistas del pelotón, de los más imprevisibles. Es un ciclista al que siempre gusta ver, aunque arrastre cierto malditismo, cierto infortunio. O precisamente por ello. El palmarés importa, claro, pero el ciclismo no es una fórmula matemática ni un algoritmo. Afortunadamente. Y, al final, más que las clasificaciones o los puestos, lo que recordamos son los ataques, esos momentos en las que la carrera se puso patas arriba, cuando todo parecía posible. Es eso lo que adoramos del ciclismo, lo que engrandece este deporte. El resultado final, siendo importante, por supuesto, no es lo más trascendente ni lo que más nos mueve a los aficionados. Por eso se puede admirar más a un ciclista que jamás ha ganado un Tour que a un vencedor de la carrera. La emoción que se despierta en los aficionados es mucho más importante para el espectáculo que el resultado final. Aquí venimos, sobre todo, a divertirnos. Y hoy nos hemos divertido, especialmente, gracias a Landa. 


En cuanto el grupo de los favoritos empezó a subir a Glières, de categoría especial, atacó Landa de la mano de su gregario Wout Poels. Era difícil, porque el Jumbo-Visma ni se inmutó y Roglic seguía rodeado de Van Aert, Dumoulin y un inmenso Kuss. No parecía probable que Landa llegara muy lejos, pero no importaba. El landismo también es desafiar la lógica, aunque sólo sea un rato. Tras dejar a Poels se fue hacia adelante Landa, en solitario, disparando la emoción. No llegó a tener más de medio minuto, pero, de nuevo, eso importaba lo justo. Llegó a la altura de su compañero Caruso, que entró en la escapada del día en previsión de otro día de landismo, y le echó una mano, pero al final Landa terminó siendo cazado. No es que su ataque no sirviera para nada, ya que el ritmo de caza del Jumbo-Visma reventó a Urán y a Yates, rivales de Landa por los puestos de honor de la carrera. 


Además, el landismo es contagioso. No hemos visto muchos ataques en este Tour, no tanto por falta de valentía como por falta de fuerzas y temor ante el poderoso dominio del Jumbo-Visma. Pero justo hoy, cuando Landa se ha movido, ha atacado Enric Mas, aunque al final del puerto, y se movió Pogacar, pero para coger los puntos en el puerto de montaña e intentar conseguir el maillot blanco a puntos rojos. Luego llegó un tramo de tierra de casi dos kilómetros, donde Porte sufrió un pinchazo, aunque terminó logrando contactar con el grupo de Landa, Mas (cada día mejor), López. Pogacar, Roglic y Kuus. 


Al final llegaron todos ellos juntos. No hubo diferencias entre los favoritos, salvo con Urán y Yates. Pero, de nuevo, eso no es lo importante, porque hemos vivido un gran día de ciclismo. Hemos disfrutado. Y de eso exactamente va el ciclismo. 


Más allá del landismo, quienes hoy también han dado un auténtico recital sin Richard Carapaz y Michal Kwiatkowski, que entraron en la escapada del día y llegaron los dos de la mano a la meta. No es nada habitual que dos ciclistas de un mismo equipo lleguen los dos solos y juntos, abrazados, al final de la etapa. Ganó el polaco, que logra así su primera victoria parcial en el Tour, un triunfo que resarce en parte al Ineos tras la decepción de la retirada de Egan Bernal. Carapaz se ha puesto líder en la clasiffidifon de la montaña, pero no tendrá fácil mantenerlo, ya que tiene apenas dos puntos de ventaja sobre  Pogacar y siete sobre Roglic. En la cromo del sábado, con final en La Planche des belles filles, el ganador se llevará 10 puntos, y no es nada descabellado pensar que el vencedor de la etapa y el más rápido en ese puerto final sea un ciclista esloveno, lo que arrebataría al ciclista ecuatoriano el maillot de líder de la montaña. Tras probarlo durante todo este tríptico alpino, Carapaz ha cedido la etapa a Kwiatkowski. Hablamos de un ganador del Giro de Italia y el suyo es un gesto inmenso hacia su gregario. 


Quien sí tiene garantizado el maillot verde de líder de la regularidad es San Bennett, que le ha ganado a Sagan el sprint intermedio del día. 


Además de Carapaz, Kwiatkowski, Bilbao y Caruso, entraron en la escapada del día Castroviejo, Peters, Jungels, Molard, Reinchenbach, Cataldo, Oliveira, Verona, Geschke, Edet, Herrada, Luis León Sánchez, De Gent, Hirschi y Roche. Todos ellos fueron también protagonistas de la etapa del landismo. 




En la general Roglic, muy sobrado como durante todo el Tour, se mantiene líder con 57 segundos de ventaja sobre Pogacar y 1:27 sobre Superman López. Al corredor colombiano se le ha escapado la opción de distanciar a Porte, pero no ha podido ser, así que tendrá al ciclista australiano a 1:39, una distancia que no le permite estar tranquilo, en absoluto. El sábado sabremos si López se arrepiente de no haber atendido a las peticiones de colaboración de Landa y Mas, que querían eliminar a Porte como enemigo. 


Sigue habiendo tres españoles en el top 10 de la general, con Landa quinto, Mas sexto y Valverde, décimo. 

Comentarios