Hoy no hay ciclismo, pero afortunadamente por poco tiempo, ya que mañana se reanuda la Vuelta tras el primer día de descanso. Así que toca hacer balance del Giro de Italia, que concluyó ayer con la victoria de Tao Geoghegan en Milán. En realidad, el Giro terminó ayer como empezó hace tres semanas, con el equipo Ineos llevándoselo todo, la victoria de etapa, con un inmenso Filippo Ganna, y la general. En aquella lejana crono inicial el primer líder fue el corredor italiano, campeón del mundo en la especialidad. Entonces, Geraint Thomas fue el favorito que marcó un mejor tiempo. Poco después, sin embargo, se tuvo que retirar por culpa de una caída. El Giro también perdió muy pronto a sus otros grandes favoritos, como Simon Yates o Steven Kruijswijk.
Se abrió entonces una situación caótica y anárquica, sin líder claro, sin capo. Asumió ese rol un magnífico João Almeida, quien aguantó 15 días con la maglia rosa, aunque no pudo mantenerse en cabeza en las etapas de montaña de la última semana. Tampoco Almeida partía como aspirante a ganar el Giro o, al menos, a estar en la pelea de la general. De hecho, iba a ser gregario de Remco Evenepoel, pero la caída de este último en Il Lombardia cambió los planes del ciclista portugués. Al final, terminó cuarto en la general, tras arrebatar esa posición a Pello Bilbao. El corredor vasco del Baréin-Merida, que venía de trabajar para Mikel Landa en el Tour, ha hecho un Giro extraordinario, sobre todo, teniendo en cuenta que ha encadenado el Tour, el Mundial y la corsa rosa. Soberbio.
El Giro se quedó sin guión al perder a la mayoría de favoritos, pero no se perdió la emoción, en absoluto. Jai Hindley demostró en las grandes etapas de montaña que, más que un gregario de lujo de Wilco Kelderman, era el ciclista más fuerte del Sunweb. El australiano llegó a Milán de rosa, pero no pudo hacer nada ante el empuje de Tao Geoghegan, otro joven talentoso que suma al club de los ciclistas de insultante juventud y talento. Los dos, Hindley y Geoghegan, han sacado oro de la ausencia de grandes favoritos a la victoria final en el Giro. Será interesante seguirlos de cerca la próxima temporada. No se les podrá exigir volver a ganar, o a estar en el podio, pero no conocemos su techo y será entretenido comprobarlo en los próximos años.
Por supuesto, el Giro también ha tenido como gran protagonista a Arnaud Démare, ganador de cuatro etapas y de la maglia ciclamino de la regularidad. El campeón francés, el ciclista con más victorias este año, ha sido la peor pesadilla de Peter Sagan en las llegadas masivas de este Giro, aunque el corredor eslovaco, siempre combativo, luchó y consiguió su triunfo de etapa, en uno de los días más bellos de la carrera. Rubén Guerreiro se llevó la maglia azzurra de líder de la montaña, mientras que la maglia bianca de mejor joven fue, claro, para Geoghegan, mientras que el mejor equipo fue el Ineos. Pocas veces se ha visto un dominio tan abrumador de un equipo en una gran vuelta. Eso sí, un dominio raro, como todo en este 2020, porque Geoghegan se puso líder el último día en Milán. Pero el Ineos ha ganado una de cada tres etapas de este Giro, con las cuatro victorias de Ganna, la otra gran sensación de la carrera, las dos del propio Geoghegan y la de Jhonatan Narvaéz. El Ineos, habituado a ser un equipo intratable en el Tour, ha sacado reinventarse para volver a brillar, pese a la desgracia y el mal estado de forma de Bernal, Froome y Thomas. Tiene mucho mérito.
Ganar una etapa del Giro nunca es sencillo y merece reconocimiento. Por eso, en este balance final de la corsa rosa deben aparecer también Diego Ulissi, Jonathan Caicedo, Alex Dowsett, Jan Tratnik, Ben O’Connor (incansable) y Josef Cerny. El equipo Movistar lo probó una y mil veces, entrando en la fuga casi a diario, pero no se llevó el premio. Aunque les ha faltado la victoria, el bloque del equipo español ha hecho una buena carrera.
No será recordado este Giro como su mejor edición ni la más gloriosa, pero sí será recordado, al menos por quien esto escribe, con cariño, a pesar incluso del plantón del antepenúltimo día, por el que hoy, por cierto, ha pedido perdón la asociación de ciclistas.
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