El Sunweb asalta el Giro en el Stelvio


La etapa de hoy del Giro despertaba las expectativas de las grandes ocasiones por muchas razones. Porque la corsa rosa se termina, porque era la etapa reina de la carrera, porque quedaban ya pocas ocasiones para darle la vuelta a la prueba y, sobre todo, porque se ascendía el Stelvio, la Cima Coppi de este año, el techo del Giro. Todos esperábamos vibrar con un gran día de ciclismo y así ha sido. Una de esas jornadas memorables, una etapa colosal, de las de otra época, con tandas diferencias, pájaras y emoción hasta el final. Un tappone del Giro.


Ha sido el Sunweb, equipo que ya deslumbró en el Tour con su recital de ataques y sus tres triunfos de etapa, el gran animador de la jornada de hoy en la ronda italiana. Desde el principio dejó claro el conjunto de Wilco Kelderman y de Jai Hindley que hoy iba a intentar dinamitar la carrera, conscientes de que hoy se jugaba medio Giro. Por eso, el Sunweb apenas dejó hacer a la escapada del día, una fuga numerosa en la que, por cierto, entró por tercer día consecutivo Ben O’Connor, vencedor ayer. También entró en la escapada Rubén Guerreiro, luchando por la maglia azzurra de líder de la montaña.


El Sunweb endureció la carrera con la firme intención de derrocar a João Almeida en el Stelvio. Ahora o nunca. A 50 kilómetros del final, ya subiendo el puerto más esperado de este Giro, empezó a sufrir el líder, que se descolgó a la parte trasera del grupo, aunque no perdió contacto del todo. Poco después cedió, igual que lo hicieron Nibali y Fuglsang. Sin necesidad de ningún ataque, sólo por la enorme dureza del puerto y el salvaje ritmo de los más fuertes, por delante se quedaron sólo cuatro ciclistas, dos Ineos (Dennis y Geoghegan) y dos Sunweb (Hindley y Kelderman). A 45 kilómetros fue Kelderman quien no pudo seguir ritmo. Es decir, Kelderman caminaba rumbo a la maglia rosa, pero se mostraba más débil que su compañero de equipo Hindley y que Geoghegan, excelso hoy. 


Como ocurre sólo cuando la carrera estalla por completo, cada ciclista hacía la guerra por su cuenta. Para entonces, lo grupos eran muy reducidos. Detrás del dúo de cabeza, Kelderman intentando no ceder demasiado tiempo ante los que serán sus dos grandes rivales en la lucha por la maglia rosa de aquí a Milán. Y más detrás aún, Fuglsang y Bilbao, por un lado, y Almeida, defendiéndose con más garra que fuerza, con Masnada, Majka y Konrad, por el otro.


Kelderman sufrió más de la cuenta y fue cazado por un enorme Pello Bilbao, que iba a más. En meta entró triunfal Hindley, ganador de la etapa y firme aspirante a ganar el Giro. Llegó Kelderman a más de dos minutos de él y de Geoghegan, para quien ha trabajado hoy de forma admirable Rohan Dennis, que demuestra así que puede ser mucho más que un gran contrarrleojista si se lo propone, que no se lo suele proponer.




Tras la fabulosa etapa de hoy, de esas que quedan para el recuerdo, Kelderman es el nuevo líder, pero sólo con 12 segundos de ventaja sobre Hindley y con 15 segundos sobre Geoghegan, con tres etapas por delante, dos de ellas, decisivas en la lucha por la general, aunque con estas distancias tan reducidas, cada segundo de bonificación y cada sprint intermedio pueden ser decisivos. El sábado, jornada de montaña, con triple subida a Sestriere, y el domingo, contrarreloj final en Milán. Bilbao queda cuarto a 1:19, aún con opciones de podio, sin duda. Almeida, muy bravo hoy en la defensa de la maglia rosa pese al tiempo perdido, es quinto a 2:16. No puede quedar más precioso y ajustado el Giro tras este día glorioso al que no le ha faltado nada, ni siquiera las bellas estampas de la nieve en la ascensión al Stelvio. 



En la Vuelta no hubo una escapada del día, sino dos. Primero, la que formaron Bagües, Terpstra, Van der Sande, Donovan, Smit. Una vez cazados, se marcharon hacia adelante Madrazo, Saez, Ourselin y Ferron. Esa segunda escapada fue neutralizada en el comienzo de la ascensión a la Laguna Negra, puerto inédito en la Vuelta, de una gran dureza y también de una gran belleza.


Antes de empezar a subir el puerto final, Soler, ganador ayer, sufrió un problema técnico pero logró reintegrarse en el grupo. Ineos tiró con fuerza del grupo, trabajando para las opciones de Carapaz, incluso Froome, que dio así una enésima lección de profesionalidad. Está lejos de ser el que fue, pero habla mucho y bien de él que trabaje para otro, incluso aunque el año que viene no correrá en el Ineos y pese a estar acostumbrado a ser él el líder indiscutible. Bravo por él. 





En la Laguna Negra se quedó Chaves y llegaron varios intentos de ataque. Al final, Dan Martin logró la victoria de etapa por delante de Roglic y de Carapaz. Sin contar con las bonificaciones, Enric Mas cedió nueve segundos. La última victoria de Dan Martin, que se ha emocionado en meta, fue en el Tour de hace dos años y es su primer triunfo con el equipo Israel. 


Tras la etapa de hoy, Roglic sigue de líder, pero sólo con cinco segundos de ventaja sobre Martin, 13 segundos sobre Carapaz, 32 sobre Mas, 38 sobre Carthy y 44 sobre Kuss. 




Salgo que el viento lo impida, la etapa de mañana con final en Ejea de los Caballeros será la primera oportunidad para los velocistas en esta Vuelta en la que los hombres rápidos tendrán muy pocas opciones de victoria. 


A causa de las medidas de Francia contra el coronavirus, mucho más estrictas que en España, la etapa del domingo no podrá tener el recorrido previsto. No se subirán ni el Portalet, ni el Aubisque ni el Tourmalet. La etapa, y sin pasar por Francia, cambia su diseño y terminará en Aramón Formigal. 





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