Ulissi vuelve a ganar en el Giro cuatro años después




Las etapas de alta montaña y la batalla entre los favoritos no son, ni de broma, el único aliciente de las grandes vueltas. Es lo más llamativo y espectacular, claro, pero estar pendiente sólo de eso es perderse buena parte de los atractivos de las carreras de tres semanas, que concentran multitud de historias y escaramuzas más allá de la lucha por la general. Hoy, la decimotercera etapa del Giro ha vuelto demostrarlo. Sin alta montaña y sin ataques entre los hombres fuertes de la general se ha vivido un extraordinario día de ciclismo, sobre todo, en la parte final. 

El recorrido era totalmente llano hasta los kilómetros finales, cuando los ciclistas reían que ascienden las cotas de Roccolo y de Calaone. Ascensiones menores que han ofrecido un soberbio espectáculo. No han podido llevar a buen puerto la escapada los componentes de la fuga del día, Geoffrey Bouchard, Simon Pellaud, Simone Ravanelli, Rodrigo Contreras, Alessandro Tonelli, Harm Vanhoucke y Lorenzo Rota. 

La ambición de varios ciclistas y la dureza de esas dos subidas animaron el día. Como siempre, un incansable Peter Sagan mandó a sus compañeros del Bora a endurecer la carrera al servicio del ciclista eslovaco. El objetivo estaba claro, descolgar a Arnaud Démare, con quien Sagan se disputa la maglia ciclamino y que lleva cuatro triunfos de etapa en este Giro, donde está siendo el rey de las volatas. No se dio por vencido el ciclista francés, insaciable, deseoso de aspirar a una quinta victoria, y logró conectar con el pelotón tras un gran trabajo de sus gregarios del Groupama-FDJ.

Quedaba aún otra cota, la de Calaone, situada a 18 kilómetros de meta. Y ahí se desataron definitivamente las hostilidades. Atacaron, entre otros, Conti, Ulissi, Geoghegan y Guerreiro, este último, pensando sobre todo en la maglia azzurra de líder de la montaña. 

Se quedó cortado pronto Démare, tras el esfuerzo enorme para conectar con el grupo delantero, pero también se descolgó Sagan. Quedó por delante apenas una veintena de ciclistas, entre los que había cuatro corredores del Deceuninck-Quick Step, que tiraron a bloque en pos de las opciones de Joâo Almeida. 

Por detrás, viendo que su grupo no reducía las distancias, saltaron Sagan, De Gent, Swift y Ballerini. Fue un empeño algo inútil, pero demostró mucho valor por parte de estos ciclistas, los tres que se relevaban y Ballerini, compañero de Almeida, que se pegó a su rueda. 

El líder luchó por la victoria de etapa, aunque sólo pudo ser segundo ante Diego Ulissi. Es la séptima victoria de etapa del corredor italiano del UAE en el Giro. La última la logró en la edición de 2016. Esta temporada pandémica había ganado hasta ahora la general y dos etapas del Tour de Luxemburgo. Almeida se lleva como renta los seis segundos de bonificación para la general del segundo puesto. 



Mañana día importante para la general, con la disputa de una contrarreloj individual de 34,1 kilómetros. 

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