Woods gana la clásica de Beloki


La séptima etapa de la Vuelta, diseñada por Joseba Beloki, comenzaba con una buena noticia, la ausencia de positivos en los test PCR realizados durante la jornada de descanso por la organización. Lo que vino después fue un gran espectáculo, una especie de clásica dentro de una gran vuelta. El recorrido propuesto por Beloki ha brindado un memorable día de ciclismo, realmente entretenido, en el que Michael Woods se ha impuesto y en el que Alejandro Valverde ha acariciado la victoria. 


Lo intentó en solitario de salida Rémi Cavagna, enorme rodador, que no para de intentarlo. Él solo desafió al pelotón, pero no logró abrir hueco. Tras ser cazado, se formó un grupo de 17 ciclistas, en el que entraron Kuss, Rojas, Costa, Eg, Godon, Lastra, Schelling, Storer, Aranburu, Ladagnous, Steimle, De Bod, Lafay, Dewulf, Nielsen, Perichon y Terpstra. Inmediatamente después se formó un grupo perseguidor, con un incansable Guillaume Martin, que claramente ha venido motivado a la Vuelta y no a pasearse, como otros. Junto a él, Zimmermann, Verona, Sicard, Power, Amezqueta, Madrazo Ruiz, Arensman, Fraile, Wellens y Oliveira. Más tarde se formó otro grupo perseguir más, con Valverde, Nieve, Formolo, Madrazo, Cabedo y Jauregui. 


Se formó el grupo cabecero con más de una treintena de ciclista. Por detrás, el pelotón no les dejó coger una minutada, ni mucho menos, ya que no llegaron a tener una diferencia de más de dos minutos y medio. La Vuelta no tiene patrón, ni orden, ni concierto. La Vuelta está preciosa. Loca, llena de alternativas, con ataques constantes, sin nadie que controle la prueba, sin un guión preestablecido de los que se suelen cumplir, sin conservadurismo. Cada día hay espectáculo y emoción en la carrera. Es marca de la casa. Y este año se está cumpliendo más que nunca. 


La etapa, ya digo, una clásica dentro de la Vuelta, ha sido extraordinaria. No sólo es que entraras muchos ciclistas en en grupo delantero, sino que además había mucho nivel ahí. Hugo una sucesión enorme de ataques y al final se formó un quinteto al frente de la carrera, con Michael Woods (que había saltado antes en solitario y coronó en cabeza el segundo paso a Orduña), Alejandro Valverde, Nans Peters, Omar Fraile y Guillaume Martin. Por detrás, en persecución, dos de los mejores gregarios de Roglic, Bennett y Kuss, esforzándose para intentar darles caza, en una estrategia un poco extraña, porque allí nada hacían para su líder más que gastar fuerzas. 


Al final, la falta de entendimiento que empezó a verse en el quinteto delantero no fue tan marcada como la que hubo en el grupo perseguidor, donde le dejaron toda la responsabilidad de la caza a los Jumbo-Visma y a los Sunweb presentes en la fuga. 


Lo probaron Peters y Martin, los dos ciclistas menos rápidos del corte, pero el demarraje definitivo lo protagonizó Woods, que aventajó en unos metros a Fraile, segundo. Es la segunda victoria de la temporada para el ciclista canadiense del Education First. No lo logró Valverde, genio y figura, inmenso siempre, pensando a la vez en el triunfo de etapa y en la general. Ha recortado algo más de un minuto en la general, aunque en teoría es Enric Mas el jefe de filas del Movistar. Por su parte, Guillaume Martin no se podido llevar la victoria que tanto lleva persiguiendo, pero al menos sí se sitúa líder de la montaña. 


En el grupo del líder apenas hubo ataques y Andrey Amador dio un auténtico recital, otro más, de trabajo en equipo al servicio de Richard Carapaz. Él solo, sin ayuda de nadie, recortó más de un minuto con el grupo de los escapados. Impresionante. 




Mañana, etapa de montaña con final en el alto de Moncalvillo, con 8,3 kilómetros al 9,2%. Nuevo examen exigente para los ciclistas que quieren ganar esta maravillosa Vuelta que cada día nos ofrece diversión y entretenimiento. 

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