¿Acierta Landa al correr Giro y Tour?


El Bahrain Victorius, que así se llama a partir de ahora el equipo de Mikel Landa tras la salida de McLaren, celebró ayer a distancia una rueda de prensa para anunciar sus objetivos para esta temporada. El ciclista vasco, cuarto en la pasada edición del Tour de Francia, y Pello Bilbao, quinto en el último Giro de Italia, contaron que este año ambos disputarán el Giro y el Tour. ¿Acierta Mikel Landa con este doblete? La respuesta corta es “depende”. La larga, un poco más larga, sigue a continuación. 

Landa empezará esta temporada en la Vuelta a Andalucía, antes de correr la Itzulia, la París-Niza o la Tirreno-Adriático (aún no lo ha decidido), la Flecha Valona, la Lieja-Bastoña-Lieja y luego ya, el Giro, el Tour y los Juegos Olímpicos. Todo eso, claro, si el coronavirus lo permite. 

El gran reto de Mikel Landa ha sido siempre el Tour. El ciclista del Bahrain Victorius piensa, como los seguidores del landismo, que tiene un Tour en las piernas. Su progresión en la ronda gala es positiva: séptimo en 2018, sexto en 2019 y cuarto en 2020. No son, en absoluto, malos resultados, por mucho que hay quien le exija ganar el Tour, nada menos, y considere un fracaso todo lo que sea estar en el primer puesto del podio de la Grande Boucle. Landa siempre ha dejado la sensación de que podría llegar a más, de que cada año le pasa algo que le impide entrar en el podio, aunque sea por unos pocos segundos. La irrupción de grandes campeones jóvenes, como Egan Bernal hace dos años o Tadeo Pogačar en 2020 complica el sueño de Landa (31 años) de brillar en el Tour, algo que siempre es extraordinariamente complicado. 

Landa arrastra un cierto aire de ciclista maldito, de corredor valiente capaz de grandes exhibiciones y de grandes decepciones, de glorias y de batacazos. Es un ciclista especial, que ilusiona más de lo que dice su palmarés, cuyos méritos sobrepasan sus victorias. Tiene sentido el landismo, sí, porque es un ciclista que siempre lo intenta y en el que muchos sentimos que hay que confiar hasta el final, aunque al final lo que quede sea una cierta decepción. Tiene un carisma y una fama que merece por su forma de correr. Incluso el infortunio forma parte ya de su leyenda. 

Desel punto de vista del landismo, la decisión de doblar Giro y Tour se puede interpretar como una forma de renunciar al reto de intentar ganar el Tour, ya que la mejor forma de prepararse para la ronda gala no es acudir antes al Giro. El tiempo dirá. No es lo mismo acudir al Giro un poco a medio gas o a buscar triunfos de etapa, sin entrar en la lucha por la general, que hacerlo pensando en ganar la carrera. Si su decisión es ir al Giro a por todas, posiblemente eso signifique que renuncie a intentar ganar el Tour, ese reto tan complicado, tan poco probable. Creo que acertará su actúa así. 

A falta de conocer el recorrido del próximo año, por lo general el Giro es una prueba más montañosa, lo cual le viene bien a Landa. Además, el ciclista vasco ya ha brillado en la corsa rosa. Nunca sabremos hasta dónde habría podido llegar en el Giro de 2015, en el que quedó tercero y ganó dos etapas. Entonces se le vio en las jornadas de montaña como el ciclista más fuerte de la carrera, pero Landa se vio obligado a trabajar al servicio de Fabio Aru en Astana. En 2019, Landa hizo el doblete Giro-Tour y quedó cuarto, por un suspiro, en la prueba italiana y, como dijimos antes, sexto en el Tour. 

Landa no dijo abiertamente que su presencia en el Giro implique que la prueba italiana sea su gran objetivo del año, entre otras cosas, porque aún no se conoce el recorrido final de la prueba italiana. El tiempo dirá. Creo que sería un acierto que se centrara en el Giro. Después, en el Tour, sin la presión excesiva de intentar ir a ganarlo, podría correr con más libertad. Además, el Giro suele tener una participación de menos nivel que el Tour. Es ciencia ficción y es verdad que 2020 fue un año excepcional pero es inevitable preguntarse hasta dónde podría haber llegado Landa en el Giro ganado por Tao Geoghegan. No parece descabellado pensar que podría haber estado, al menos, en la batalla por la victoria final. No sé si Landa tiene un Tour en las piernas, pero sí veo más probable que tenga un Giro. Ir a la corsa rosa, donde tanto ha brillado ya, la única gran vuelta donde ha entrado en el podio, es un acierto, sobre todo, si no va a medio gas pensando en reservar para el Tour. El hecho de que tenga a Pello Bilbao a su lado es una gran noticia para él, ya que es un ciclista sinónimo de solidez. El landismo hablará italiano este año en el mes de mayo. Buen escenario para seguir escribiendo su historia. 

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