Pogacar triunfa en la fiesta de cumpleaños de Valverde



El simple hecho de que Alejandro Valverde fuera señalado por todos como uno de los favoritos a ganar la Lieja-Bastoña-Lieja el día de su 41 cumpleaños deja clara la grandeza del ciclista del Movistar. Es una leyenda viva de este deporte que no deja de asombrarnos y para cuyas gestas hace mucho tiempo que se nos terminaron los adjetivos. La carrera la ha ganado finalmente Tadej Pogacar, que tiene 22 años, del que el ciclista murciano podría ser su padre, pero ya sólo que Valverde haya llegado con opciones a la parte final de la carrera y haya logrado entrar en el corte decisivo es algo excepcional. La fiesta de cumpleaños de Valverde ha sido un maravilloso día de ciclismo, que comenzó con la prueba femenina, también extraordinaria, posiblemente, la mejor carrera femenina en lo que va de año. 



La sesión doble de la Lieja-Bastoña-Lieja, con las pruebas femenina y masculina, han sido un buen recordatorio de que el ciclismo es un maravilloso deporte en equipo. La victoria se la lleva una única persona, pero el equipo es vital. En la prueba femenina, el trabajo de la campeona del mundo ha sido vital para el triunfo de una compañera, mientras que el vigente ganador del Giro de Italia ha hecho una selección extraordinaria en la subida a la Redoute en la carrera masculina, aunque la estrategia del SD Workx sí ha sido un éxito en la carrera de más mujeres, mientras que el Ineos no ha podido culminar su gran estrategia con victoria. 


La Lieja-Bastoña-alíela ha sido preciosa, con mucha igualdad y muy táctica. Fisher-Black, del SD Workx, fue cabeza de carrera en solitario hasta que restaban 37 kilómetros para la meta, cuando fue cazada. En el ascenso a la Redoute aceleraron Moolman-Pasio (también del SD Workx), Aalerud y Cavalli. Ya en el descenso se formó otro terceto, con Moolman-Pasio, Brand y Utttrup Ludwig. La aventura se frustró cuando restaban 19 kilómetros para la meta y se acercaba la Côte de la Roche aux Faucons. Van der Breggen (del SD Workx) se puso al frente del grupo en la Roca de los Halcones. Este ritmo infernal redujo el grupo a su mínima expresión y dejó descolgada a Mavi García. También se quedó Mariane Vos. 


Sólo cinco ciclistas coronaron la cota en cabeza: Van der Breggen, Longo Borghini, Van Vleuten, Niewiadoma y Demi Vollering. Poco después llegaron a su altura Moolman-Pasio, primero, y Utttup Ludwig y Vos, después. A 11 kilómetros atacó Van Vleuten, sólo pudieron seguir ese demarraje Van der Breggen y Longo Borghini. Las alcanzaron Vollering, compañera de Van der Breggen en el SD Workx, y Niewiadoma. La campeona del mundo trabajó para Vollering, más rápida que ella, para evitar que Vos llegara a su altura. Fue una imagen preciosa e inusual, la de la campeona del mundo, que este año colgará la bicicleta, sacrificándose para una compañera de equipo. El trabajo de Van der Breggen surtió efecto y Vollering remató en meta y sumó la victoria más importante de su carrera. La corredora neerlandesa, de 24 años, está llamada a ser la sucesora de su compatriota en el SD Workx y la victoria de hoy supone de algún modo o toma del testigo. Una carrera sensacional, un gran trabajo en equipo con final feliz. 


Como decía más arriba, en la prueba masculina también ha habido un equipo que ha intentado jugar todas sus bazas y ganar la carrera gracias a una estrategia ofensiva. Lo intentó el Ineos, pero no le salió bien. Los primeros protagonistas del día fueron Laurens Huys, Mathijs Paasschens, Loïc Vliegen, Lorenzo Rota, Sergei Chernetskii, Tomasz Marcynski y Aaron Van Poucke, miembros de la escapada del día. 


A 84 kilómetros aceleró Luis León Sánchez, con Omar Fraile a rueda. Fue el comienzo del festival de ataques que llegarían después, aun lejos de las cotas decisivas. A 71 kilómetros lo intentó Van Avermaet. Poco después se marcharon hacia adelante Padun, Donovan y Vanhoucke. El grupo entró en la Redoute con el Ineos tirando a bloque. Tao Geoghegan Hart marcó el ritmo y a su rueda fueron Kwiatkowski, Carapaz y Yates. Exhibición de fuerza del equipo británico. Se quedó cortado Alaphilippe. El Ineos hizo una selección enorme, aunque el grupo del campeón del mundo terminó contactando. En Forges volvió a la carga el Ineos, con Geoghegan Hart y Yates. Se fueron por delante Yates y Vingegaard, que provocaron un corte en el que no entraron ni Valverde, ni Alaphilippe ni Roglic. Sí lo hizo Pogacar. 


Arrancó a 21 kilómetros con su poderío habitual Carapaz, una de las bazas del Ineos. Fue un movimiento potente y valiente, pero el ecuatoriano no logró llegar lejos. En la Roca de los Halcones, la última ascensión de la decana de las pruebas ciclistas, atacó Formolo, compañero de equipo de Pogacar, y con su demarraje neutralizó a Carapaz. A 13 kilómetros del final se lanzó Woods y le siguieron Alaphilippe, Pogacar, Valverde y Gaudu. El quinteto delantero no se entendió al principio y por momentos parecía que el grupo perseguidor, en el que Roglic venía apretando muy fuerte, podría darles caza, pero los fugados finalmente sí entraron a colaborar. Valverde, 41 años recién cumplidos, tenía en su mano buscar un nuevo podio en esta clásica, pero se enfrentaba a dos grandes rivales, Alaphilippe y Pogacar, los favoritos claros del grupo. 


Con muchos nervios llegaron a la meta. Entró en cabeza Valverde. Nadie lanzaba el sprint. Valverde, como aquella tarde inolvidable en el Mundial de Innsbruck, fue el primero en acelerar, pero el sprint se le hizo largo y Pogacar ganó en una ajustada volata ante Alaphilippe, un año más, segundo. Gaudu le arrebató a Valverde el tercer puesto del podio, pero no la admiración del mundo del ciclismo ante esta leyenda viva que no deja de sorprendernos. Como para retirarse está el Bala. Otro que va camino de entrar en el Olimpo es Pogacar, ganador el Tour y hoy vencedor de su primer monumento. 

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