La Vuelta se enciende en Cullera




La Vuelta necesitaba esta etapa. El recorrido de este año, con más etapas llanas de lo habitual, anticipaba una carrera de menos a más, que fuera in crescendo. No es grave, es más, es muy bueno que así sea. El objetivo prioritario de las carreras de tres semanas debe ser mantener la emoción hasta el final, sí es posible, hasta el  último día. Era normal, sí, pero estos primeros días parecía como que a la Vuelta le faltaba coger temperatura, encenderse del todo. Sobre todo, porque estábamos demasiado bien acostumbrados con la Vuelta, que lleva años ofreciendo pelea entre los favoritos casi desde el primer día. Hacía falta que la Vuelta acelerara tras algunas etapas algo anodinas. Y ha sido en el Alto de la Montaña de Cullera donde la carrera definitivamente ha mostrado su rostro habitual, el de una prueba explosiva, llena de emoción y trampas, una guerra de guerrillas. 


La jornada prometía y no ha decepcionado. Suele ocurrir cuando confluyen muchos intereses y hay multitud de equipos con aspiraciones. Eran muchos los corredores que tenían señalada en el libro de ruta esta etapa. Desde luego, el Movistar de Alejandro Valverde, quien ya estuvo a punto de ganar en este mismo escenario, pero en la Volta a la Comunitat Valenciana, hace dos años, ante un tal Pogacar. También Michael Matthews, ciclista con una gran punta de velocidad y mucha ambición. Por supuesto, Richard Carapaz, a quien el final le iba como anillo al dedo. Y Alekxandr Vlasov, que llega a la Vuelta con muchas ganas. Por supuesto, entre los otros que querían mostrarse hoy estaba Primoz Roglic, que ha recuperado hoy su maillot rojo de líder, que no ha podido defender Kenny Elissonde. 


Jetse Bol (Burgos BH), Magnus Cort Nielsen (EF), Ryan Gibbons (UAE), Bert-Jan Lindeman (Qhubeka) y Joan Bou (Euskaltel-Euskadi) formaron la escapada del día. Llegaron a tener una ventana generosa, ya que el Trek-Segafredo de todavía líder tiró del pelotón sin ambición real de darles caza, sólo con la pretensión de que no se marchaban demasiado lejos. Pero, lo dicho, eran muchos los ciclistas con ganas de brillar hoy en Cullera. A falta de 80 kilómetros para el final fue el Bike Exchange de Matthews el equipo que se puso al frente del gran grupo. Después el Ineos y el Movistar aceleraron aún más el ritmo e incluso llegaron a provocar algún que otro corte, porque hoy sí ha habido abanicos. Hugh Carthy se quedó cortado, aunque su equipo se organizó bien y logró enlazar. También el Deceuninck-Quick Step metió cuneta poco después buscando causar abanicos, algo que logró por momentos. 


La diferencia de los favoritos se iba reduciendo a pasos agigantados, pero los fugados no se dieron por vencidos y Magnus Cort Nielsen aceleró y se fue hacia adelante. El Ineos empezó la ascensión final en cabeza y cortó el grupo, gracias a un ritmo salvaje de Narváez que incluso llegó a dejar cortado a sus líderes, lo que le llevó a frenarse, claro. Después de varios intentos, como el de Miguel Ángel López, saltaron a por la etapa Matthews y Vlasov. Cort Nielsen acariciaba el triunfo cuando atacó Roglic, descomunal, potentísimo, imponente. El esloveno llegó a situarse a la rueda del ciclista danés del EF, pero no esprintó por la etapa, quizá porque no pudo llegar, al fin y al cabo, había segundos de bonificación en juego, o quizá porque no quiso disputársela a un ciclista que llevaba tantos kilómetros en cabeza. Una etapa más o menos no va a ningún lado para Roglic y la Vuelta es muy larga, así que nunca está de más hacer amigos. 




Roglic sacó un puñado de segundos a todos sus rivales. El ciclista esloveno vuelve a ser líder, seguido de los tres hombres fuertes del Movistar: Enric Mas (segundo a 25 segundos), Miguel Ángel López (tercero a 36 segundos) y Alejandro Valverde (cuarto a 41 segundos). La clasificación, como el algodón, no engaña y la presencia de los tres lideres del Movistar en esas posiciones privilegiadas de la general hablan a las claras de la gran carrera que está haciendo el equipo telefónico. Los tres están muy enchufados y, de momento, se les ve fuertes y también son conscientes de que no será fácil batir a Roglic, así que deberán ser ofensivos y ambiciosos ante el ciclista esloveno, ganador de las dos últimas ediciones de la ronda española y máximo favorito para revalidar la victoria este año. Es el más fuerte de la carrera, no hay dudas al respecto, pero queda toda la Vuelta por delante. 


Roglic saca ya 41 segundos a Egan Bernal, sobre el papel, su principal rival, el ciclista que está llamado a plantarle cara en la montaña. El corredor colombiano del Ineos se ha dejado hoy ocho segundos con el ciclista del Jumbo-Visma, entre otras cosas, porque ese final tan explosivo no era el mejor para él. Pero se le ve muy conectado a la carrera, lo cual es una gran noticia. En principio, el tercero del Movistar, con las estrategias que pueden jugar al tener tres bazas, y el reto de Bernal de convertirse en el ciclista más joven en ganar las tres grandes vueltas, deben ser los mayores alicientes de la carrera y los principales obstáculos para la tercera victoria consecutiva de Roglic. 


Mikel Landa es noveno y se deja ya 1:12 con Roglic, tras perder hoy 26 segundos. Teniendo en cuenta que es el peor de los aspirantes a la victoria final en la contrarreloj, el ciclista vasco del Bahrein-Merida está obligado a atacar en las jornadas de montaña que están por venir. El landismo no pierde la esperanza, entre otras cosas, porque lo visto hasta ahora no permite extraer grandes conclusiones y las diferencias siguen siendo escasas, pero Landa comienza una gran vuelta, otra vez, con la obligación de recuperar el terreno perdido desde muy pronto. Difícil misión, pero también atractiva. 




La primera oportunidad que tendrá Landa, por qué no, será mañana, día en el que la Vuelta afronta la primera jornada seria de montaña, con seis puertos y final en el Balcón de Alicante, que será sin público, por cierto, por el riesgo de incendios en la zona. Es un puerto de primera categoría con 8,4 kilómetros al 6,2% de desnivel medio y debería ser el escenario de la primera gran batalla entre los favoritos. 

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