Bernal agita la Vuelta y Roglic la sentencia




Asturias es sinónimo de muchas cosas buenas: belleza paijasística, excelente gastronomía, inmensas montañas... y grandes etapas de la Vuelta. Hay pasión por el ciclismo y gran afición por la carrera de casa en toda España, este año se está viendo con claridad, el público responde en todas partes, acude con entusiasmo y en masa al paso de la carrera, pero Asturias, amigos, Asturias es otra historia. Es escenario de jornadas inolvidables, de grandes gestas y de cimas legendarias. Es un lugar que engrandece la historia de la Vuelta, que hoy ha renovado su idilio con el territorio asturiano. Primoz Roglic y Egan Bernal han protagonizado una de las más memorables jornadas de ciclismo con final en los Lagos de Covadonga, ese idílico entorno, uno de los más bellos parajes naturales de nuestro país. 


En la segunda subida a la Collada Llomena, a 61 kilómetros del final, atacó Bernal y le siguió Roglic. Fue el momento decisivo de esta Vuelta, el instante por el que será recordada la edición de este año de la ronda española. Un ataque de lejos, de los del ciclismo de antes, de los que hacen vibrar a los aficionados. Un demarraje valiente, sin pensar en las consecuencias de probarlo desde tan lejos. Bernal, todo garra, todo pundonor, aceleró como el campeón que es y, como el campeón que es, respondió a su ataque Roglic. Fue un ataque valiente de Bernal y un movimiento muy inteligente de Roglic, que sabía que tenía las de ganar, porque le permitirá aventajar al resto de rivales y, claro, protagonizar una gran exhibición en la alta montaña, quizá una de las pocas gestas que le faltaban en su carrera, sobre todo en la Vuelta, donde va camino de lograr su tercera victoria consecutiva en la general. 


En ese momento decisivo, Bernal no miró atrás ni pidió relevos a Roglic. Hizo su apuesta de campeón. Saltó a por ellos Miguel Ángel López, aunque no pudo llegar a su altura, mientras que Enric Mas se mantuvo en el grupo de favoritos, tirado por Poels y Mäder como gregarios de Jack Haig. No ha sido un buen día para el Movistar, posiblemente, por falta de fuerzas. A veces cuando se analizan las tácticas de los equipos se obvia un aspecto relevante: las fuerzas, simplemente las fuerzas. Hoy ni Mas ni López han estado bien. Sin más. No hay muchos más análisis sesudos que se puedan hacer. No tuvieron fuerzas para seguir el ataque de Roglic y Bernal y tampoco después para colaborar en las labores de caza del dúo delantero. Toda la responsabilidad recayó en el Bahrein-Victorious, el equipo que tenía a más ciclistas en ese grupo, pero el equipo del séptimo clasificado, Jack Haig. Fue valiente esa actitud, porque de no ser por ellos, la ventaja de Bernal y Roglic se habría disparado mucho más. 


Los dos campeones que estaban once cuando la Vuelta pasaron por la cima de la Collada Llomena con una ventaja de 40 segundos. La distancia se amplió al minuto en el descenso y llegó a alcanzar casi los dos minutos y medio. El líder, que ya venía quedado, se fue al suelo en el descenso, peligroso por la caída. Ha llegado tan lejos como ha podido Odd Christian Eiking, igual que Guillaume Martin, que lo ha dado todo hoy para intentar mantener su posición de privilegio en la general. El francés es ahora quinto. También se cayó Vlasov, que quedó muy dolorido y se vio obligado a abandonar. En el terreno entre los dos puertos, Roglic le dio relevos a Bernal. Entendió que era una buena oportunidad para sentenciar la carrera.


El Bahrein parecía por momentos cansarse de tirar. Sus ciclistas empezaron a mirar atrás, pidiendo al Movistar colaboración, ya que era el equipo español el que más tenía que perder. Al Movistar se le estaba escapando la carrera. Mas mostraba claramente que iba muy justo, sin fuerzas. Ante la pasividad del Movistar, Bahrein no dejó de tirar y el dúo de cabeza llegó con minuto y medio a los pies del ascenso de los Lagos de Covadonga. Roglic se fue solo a ocho kilómetros de meta. Una pena para Bernal, que ha sido el gran animador de la etapa, pero que al final no ha obtenido premio. O no, al menos, en tiempo, porque sin duda sí crece después del día de hoy la admiración por el gran ciclista colombiano. 


El compatriota de Bernal, Superman López atacó en la parte más dura de Lagos de Covadonga, pero a su rueda se pegaron sin dificultad Yates y Kuss. Tras ser cazado López atacó Mas, con más corazón que piernas. Se repitió la misma historia. Yates saltó sin aparentes problemas y llegó a la altura de Mas, con Kuss y López a su rueda. Haig, sin embargo, perdió contacto, después de que su equipo fuera el que más trabajó para evitar que Bernal y Roglic les metieran una temporada. A meta terminaron llegando todos juntos, salvo Roglic, claro, que para entonces ya había firmado la mayor exhibición de su carrera. El esloveno sacó 1:24 sobre el grupo, que encabezó su compañero Kuss. Día redondo para el Jumbo-Visma. 





Roglic aventaja ahora en 2:22 a Mas y en 3:11 a Superman López. Es decir, los dos líderes del Movistar entran en el podio, pero quedan prácticamente sin opciones de ganar la Vuelta. No sólo por las diferencias actuales, sino porque la etapa final, una contrarreloj de 33 kilómetros en Santiago de Compostela, beneficia claramente a Roglic. La lucha por el podio sí queda mucho más abierta. Haig está a sólo 35 segundos de López; Martin, a 1:05; Bernal, a 1:18 y Yates, a 1:34. Queda batalla por ese podio, más aún tras la imagen de debilidad ofrecida hoy por los dos líderes de Movistar. 


Antes de la mejor victoria de la carrera de Roglic, una de las más impresionantes que se han visto en Lagos de Covadonga, se vivió un comienzo de etapa durísimo. Hubo una sucesión de ataques, incluido uno de David De la Cruz, muy valiente, y otro de Mikel Landa, el que muchos llevaban esperando dos semanas en esta Vuelta. Fue un instante fugaz de landismo. Ambos entraron en el grupo delantero de 17 ciclistas, en el que también estuvieron, entre otros, Olivier Le Gac, Fabio Aru, Nelson Oliveira, Sergio Luis Henao, Jesús Herrada, Dylan Van Baarle, Matteo Trentin o Michael Storer. El líder, Odd Christian Eiking, se quedó cortado en el primer paso por la Collada Llomena, aunque luego llegó a contactar con el grupo principal. El pelotón echó abajo la fuga y sólo resistió en solitario Le Gac, y entonces ya se vio que el Ineos de Egan Bernal mostraba muchas ganas. El resto ya es historia grande de la Vuelta, donde entra esta etapa. 




El escenario de mañana, otra vez en Asturias, paraíso natural y ciclista, es también propicio para ver un gran espectáculo, con final en el Alto d’El Gamoniteiru, de categoría especial, un coloso inédito en la Vuelta, que está precedido por otros tres puertos: San Llaurienzu, La Cobertoria y el Cordal. Casi nada. 

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