No consta que Valverde, la comuna siciliana de 7.200 habitantes en la provincia de Catania, se llame así en honor a Alejandro Valverde. Pero todo puede ser. El ciclista del Movistar ha vuelto hoy a alzar los brazos, en su tercer día de competición tras regresar, recuperado de la terrible caída que sufrió en la pasada edición de la Vuelta a España. Durante algún momento se llegó a temer que esa caída fuera el final de la carrera de Valverde, pero nada parece capaz de detener al murciano, que a sus 41 años sigue sorprendiendo.
Ha sido en Silicia, sí, allí donde hay una comuna que lleva su nombre, donde Valverde ha vuelto a ganar. Es decir, ha vuelto a su esencia, a su estado natural, que es la victoria y la competitividad. Es insaciable el ciclista del Movistar. Nada se le resiste. El conjunto telefónico ha trabajado para él en la tercera etapa del Giro de Sicilia, consciente de que el final picando hacia arriba venía bien a su líder. Dicho y hecho. Nueva victoria en la carrera profesional de Alejandro Magno. El Bala sigue teniendo una enorme capacidad de sorprendernos.
Hoy se cumplían tres años del triunfo de Valverde en el Mundial de Innsbruck. Buen día para volver a la victoria y para certificar un nuevo regreso triunfal, otro más, igual que el que protagonizó tras sufrir una caída salvaje en la etapa prólogo del Tour de hace cuatro años. Una y otra vez, Valverde vuelve triunfal, resurge de sus cenizas. Enorme. Inmenso. Único.
Valverde es el nuevo líder del Giro de Sicilia y es de esperar que mañana pueda defender esa posición, aunque una caída tonta poco después de cruzar la meta ha encendido las alarmas. “Prefiero no ganar y no caerme a ganar y caerme”, ha dicho el murciano en su cuenta de Twitter. Ojalá la caída se quede en un susto. La victoria es su tradición, simple rutina.
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