Pogacar, de otro planeta



Resulta tentador establecer un paralelismo entre las victorias de hoy de Primoz Roglic y Tadej Pogacar en la París-Niza y la Tirreno-Adriático, respectivamente. Podríamos hablar de cómo los dos  eslovenos empiezan ya en el mes de marzo a pensar en el duelo que mantendrán en el Tour de Francia en julio. Podríamos decir que los dos sacan músculo y atemorizan a sus rivales. La realidad es un poco distinta. Roglic, en efecto, está muy fuerte y, salvo sorpresa mayúscula se proclamará mañana ganador de la París-Niza tras ganar hoy la etapa reina de la prueba, con final en alto, en el Col de la Turini. Pero es que lo de Pogacar es de otra dimensión, su reino no es de este mundo, es un auténtico extraterrestre


El día veces ganador del Tour demuestra cada día que es el mejor ciclista del mundo y que está llamado a entrar en el Olimpo del ciclismo mundial como uno de los mejores de todos los tiempos. Camino lleva de ello. Por ambición no le faltará. Pogacar busca divertirse en cada carrera y lo logra gracias a esa actitud y, sobre todo, a su insultante superioridad respecto a sus rivales. El ciclista del Emirates decide hasta cuándo hay carrera, hasta qué punto deja a sus rivales soñar con la posibilidad de ganarle, fantasear con la idea loca de vencer ante el amo y señor del ciclismo mundial. Hoy les dejó hasta que faltaban 16 kilómetros para la línea de meta, cuando atacó para terminar ganando la etapa con las de un minuto de diferencia sobre Jonas Vingegaard y Mikel Landa.


Lo venimos diciendo toda la temporada: Pogacar no tiene la culpa, él no hace más que exhibir su descomunal talento, pero es tal su superioridad que corre el peligro de hacer demasiado previsibles las carreras. Allá donde está él lo lógico es que gane, como y cuando quiera. Generalmente, por aplastamiento, arrasando, buscado unas exhibición, un recital desde lejos. Quiere ganar siempre y, si es posible, avasallando. Su arrolladora victoria de hoy es ya la sexta del año para el ciclista esloveno, que mañana sumará la séptima al llevarse la general, salvo alguna contrariedad inesperada en la etapa final. 


Allá donde está Pogacar hay dos carreras: la suya, que es de otro planeta, inalcanzable para cualquiera de sus rivales, y la del resto, los pobres mortales. En esta última, hoy se han metido en el podio de la carrera de los dos mares Vingegaard y Landa, los dos más fuertes entre los que luchan por el segundo puesto, único objetivo realista al tener enfrente a Pogacar. Lamentablemente, la suerte no ha acompañado hoy a Enric Mas, quien también marchaba en el grupo de los mejores tras el inalcanzable Pogacar cuando sufrió una caída que le hizo abandonar cualquier opción en la general, aunque logró llegar a meta dolorido. 


Richie Porte se ha quedado a once segundos del tercer puesto del podio, que ocupa Mikel Landa. La etapa final de mañana presenta un recorrido montañoso en la primera parte, pero sus últimos 80 kilómetros son llanos, así que no es previsible que haya gran batalla por la general. 

.



En la París-Niza, lo dicho, Roglic ganó, pero ganó como ganan los ciclistas humanos, no como el intocable Pogacar en tierras italianas. El final en el Col de Turini ha ofrecido un bonito duelo entre el corredor esloveno del Jumbo-Visma y sus principales rivales por la general. 

Mülbergher, del Movistar, fue el último superviviente de la escapada del día. A falta de siete kilómetros para el final, Adam Yates lanzo un ataque que dejó a Roglic en su persecución junto a Daniel Felipe Martínez, Nairo Quintana y Simon Yates. A 6 kilómetros de la meta quien atacó fue Roglic, que no pudo dejar atrás a Martínez. Aunque hizo sufrir de lo lindo al colombiano del Ineos, éste logró, corajudo, pegarse a su rueda. Simon Yates y Quintana los alcanzaron poco después y más tarde también llegó a su altura João Almeida.

Hubo varios intentos de ataque, pero ninguno cuajó. El triunfo de etapa se resolvería en un sprint del reducido grupo y ahí Roglic es casi imbatible. Sumó la victoria sin problemas y afianzó así su liderato de la Carrera del Sol, que termina mañana en Niza con la clásica etapa que incluye la ascensión al Col d’Éze. 


Gracias a la bonificación en meta, Roglic aventaja ya en 47 segundos a Simon Yates, en un minuto a Daniel Felipe Martínez y en 1:50 a Adam Yates. A más de dos minutos está ya Nairo Quintana, quien hoy ha mostrado ir justo de fuerzas. 

Comentarios