Exaltación del mejor ciclismo en la Itzulia




Entre otras muchas bondades, Euskadi es tierra de una magnífica gastronomía. Los buenos cocineros saben bien que no hay una receta mágica que garantice la calidad de un plato, que hay muchos factores que entran en juego, pero que la calidad de los ingredientes es básica. Y allí tienen buenos ingredientes para regalar. No existe una receta para crear momentos de ciclismo del máximo nivel. Si existiera, contaría con los ingredientes que aporta cada año la Itzulia: corredores ambiciosos, un público entregado, un recorrido exigente y un paisaje bellísimo. Lo tiene todo la Vuelta al País Vasco y, un año más, ha ofrecido un espectáculo formidable estos seis últimos días, con un colofón de lo más entretenido. Posiblemente, el mejor día de ciclismo de lo que va de temporada. Sin duda, el que más he disfrutado. Un auténtico festival ciclista, una bendita locura, una batalla soberbia camino del santuario de la Virgen de Arrate. 


El día empezó con una escapada de ciclistas de mucho nivel, ya que aventajaron al pelotón Davide Formolo (UAE), Nelson Oliveira (Movistar), Cristian Rodríguez (TotalEnergies), Tony Gallopin (Trek), Lennard Kämna (Bora), Hugo Houle (Israel), Ángel Madrazo (Burgos BG), Kenny Elissonde (Trek), Xabier Azparren (Euskaltel-Euskadi), Igor Arrieta (Kern-Pharma), Tsgabu Grmay (BikeExchange) y Romain Combaud (DSM).


De ellos, fueron Formolo, Oliveira y Gallopin quienes llegaron en cabeza a la parte decisiva de la etapa. Lo mejor estaba por llegar y cuesta no dejarse en esta crónica algún ataque, algún momento maravilloso de ciclismo. Ha sido formidable. En el Krabelin, de primera categoría, atacó Primoz Roglic, siempre valiente, siempre decidido a levantarse tras los contratiempos como el que sufrió ayer. Él dio comienzo al festival. Faltaban 41 kilómetros par el final y se pegaron a su rueda Daniel Felipe Martínez, Enric Mas y Alekxandr Vlasov. Remco Evenepoel, que partía como líder, no se puso nervioso y logró mantenerse muy cerca de ellos, sin perderlos de vista. 


Fue una subida salvaje, con rampas de cerca del 20%. Por supuesto, el puerto estaba repleto de público, porque en Euskadi la afición al ciclismo es legión. Cuando Evenepoel alcanzó el grupo atacó Mas, contradiciendo a quienes echan en cera al corredor del Movistar que nunca ataca y restan valor a los puestos que consigue, como si fuera fácil o estuviera al alcance de cualquiera hacer podio en la Vuelta y estar entre los seis primeros del Tour.  Vingegaard, Vlasov, Soler, Ion Izagirre y Martínez llegaron a su altura. Otra vez se quedó Evenepoel. 


En el descenso se sumó al grupo de los favoritos Pello Bilbao, que voló con una enorme destreza. Evenepoel se quedó solo en persecución del grupo. Se le escapaba la general. Fue un momento muy delicado, pero no el definitivo, aún quedaban unas cuantas alternativas más. Oliveira, que venía de la escapada, ayudó al grupo de Mas. Lamentablemente, en el descenso se fueron al suelo los dos. Muy mala suerte para los corredores del Movistar, que fueron valientes pero quedaron fuera de la lucha final por culpa de esa caída en una curva. Afortunadamente, parece que sin grandes consecuencias.


Sólo Izagirre, Vlasov y Vingegaard pudieron seguir el ritmo brutal de Bilbao en el descenso. La caída también provocó que el grupo se cortara. Los tres alcanzaron entonces a Formolo, que seguía por delante como el último superviviente de la escapada. Quedan todavía 27 kilómetros a meta y no queríamos que la etapa terminara nunca. Evenepoel y Martínez, primero u segundo en la general, no se dieron por vencidos y, tras un gran esfuerzo, entraron en el grupo delantero a 14 kilómetros del final. Justo en ese instante siguió el festival con un ataque de Izagirre que siguieron Martínez y Formolo. En cuanto fueron cazados aceleró Evenepoel. De locos. 


El líder, tocado y asediado por todas partes, pero todavía en pie, se llevó tres segundos en el sprint intermedio de Eibar, mientras que Martínez se llevó dos y Bilbao, uno. Formolo, que venía de la fuga, atacó tras pasar Eibar y abrió hueco en la subida final al santuario de Arrate. Abrió mucho hueco el corredor italiano del UAE por la vigilancia entre los favoritos, algo que aprovechó Juanpe López, muy bien hoy, para atacar, A 5 kilómetros cedió Evenepoel. Hasta ahí había llegado. No se rindió en ningún momento, ha vendido cara la txapela del ganador de la Itzulia, honrando esta carrera.


Después atacaron Vlasov y Vingegaard. A 3,6 kilómetros se fue al suelo Izagirre al hacer el afilador con Vingegaard. Fue un momento de mucha tensión, pero el corredor vasco del Cofidis pudo retomar la marcha pronto y reintegrarse en el grupo delantero. Y eso que la carrera venía ya más que lanzada, frenética. Justo tras su caída atacó Vlasov, pero Martínez, Vingegaard y un gran Marc Soler aguantaron. Por cierto, qué bien le está viniendo a Soler el cambio de aires y su llegada al UAE. Lo necesitaba. 


En la batalla final por la etapa, lo probó Soler y también hizo lo propio Vlasov, pero quien mostró tener mejores piernas y mayor conocimiento del terreno, también mayor astucia, fue el propio Izagirre, quien sabía que entrar en cabeza en la última curva en el clásico final en descenso en Arrate es garantía de ganar la etapa. Lo logró y sumó su primera victoria en el Cofidis, una de las mejores de su carrera, por la espectacularidad de la etapa. Ya digo, uno de los mejores días de ciclismo del año. Además, Ion Izagirre logró así entrar en el podio final de la carrera, segundo. 


La txapela final de la llevó el colombiano Daniel Felipe Martínez, que ha sido el ciclista más regular de estos seis de ensueño en Euskadi. El corredor del Ineos ha aguantado todas las embestidas de sus rivales, ha sido muy ambicioso, y logra su tercera victoria del año, tras la prueba nacional contrarreloj en Colombia y la etapa que ganó precisamente en esta Itzulia hace dos días ante Alaphilippe. Por muy poco, por apenas cinco segundos, Vlasov ha logrado la tercera plaza del podio final, por delante de un corajudo Evenepoel que hoy ha cedido el amarillo pero que ha luchado hasta el final. Ha terminado la Itzulia. La buena noticia es que mañana quedará un día menos para la Itzulia del 2023. Eso y que la temporada no se detiene y mañana toca disfrutar con la Amstel Gold Race. 

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