Longo Borghini se exhibe en la París-Roubaix


Desde el año pasado, quienes amamos la París-Roubaix por encima de todas las carreras ciclistas podemos disfrutar del Infierno del Norte dos días seguidos. La clásica francesa estrenó la temporada pasada su edición femenina y decidió, a diferencia de otras pruebas de un día como el Tour de Flandes, que la carrera femenina se corriera el sábado y la masculina, el domingo, lo que permite saborear durante todo un fin de semana uno de los monumentos del ciclismo. Es cierto que el otro modelo también tiene sus ventajas, ya que permite que todo el público que sigue la carrera in situ pueda disfrutar las dos pruebas de seguido el mismo día, con apenas unas horas de diferencia. 


En cualquier caso, la París-Roubaix son palabras mayores y las expectativas para la carrera de hoy, la segunda edición femenina de la clásica, eran máximas. Aunque el día empezó con una mala noticia, la baja de última hora de Marianne Vos por culpa del maldito Covid, la carrera no ha defraudado. Ha vuelto a ser un gran espectáculo, con sus 17 tramo adoquinados, más de 30 kilómetros, camino del mítico velódromo de Roubaix, donde la italiana Elisa Longo Borghini ha sumado la victoria su vida. 


El ciclismo es mucho más divertido gracias a corredoras como la campeona italiana. La ciclista del Trek no es de las que suma victorias con facilidad, le cuesta más que a otras ganar, pero es siempre combativa. Su forma de correr al ataque ha obtenido hoy recompensa, y vaya recompensa. Atacó en solitario en el sector 8 de pavés, a más de 30 kilómetros del final, y ya nadie la vio hasta meta. El resto de favoritas dudó, hubo un momento de incertidumbre y para cuando quisieron reaccionar ya era demasiado tarde. Longo Borghini entró en el velódromo de Roubaix con tiempo de sobra para celebrar la victoria, que es la primera de la temporada para la ciclista del Trek y la más importante de su carrera.


La primera escapada del día la protagonizaron. Masetti, Bos, Erath, Lutro y Clouse. En el tramo 15, el tercero, se produjeron dos enganchones, en el que se vieron implicadas corredoras con aspiraciones en la carrera como Norsgaard, y poco después Van Dijk sufrió un pinchazo. El grupo quedó muy reducido. En el siguiente tramo sufrió un pinchazo Marta Cavalli. La carrera volvió a ser, antes que cualquier otra cosa, una prueba de supervivencia. 


Kopecky aceleró en el tramo 12 y siguieron Brand y Bastianelli. Cuando restaban 50 kilómetros para el final sufrió un pinchazo la campeona del mundo Elisa Balsamo, compañera de equipo de Longo Borghini, quien terminó siendo expulsada de la carrera por remolcarse agarrada al coche del equipo. En el sector 8 llegó el mencionado ataque definitivo de Longo Borghini.


En persecución de la corredora italiana se fueron, en un primer momento, Cecchini y Bjerg. Ambas fueron cazadas  y en el tramo final de la carrera quedaron tras la italiana Brand, Cavalli, Kopecky, Van Dijk, Van der Broeck Blaak, Mackaij y Chabbey. El SD Workx asumió las tareas de la caza, pero Longo Borghini se mantuvo, inmensa, en cabeza. En el sprint por la segunda plaza ganó Kopecky, mientras que Brand concluyó tercera. Así quedó el podio de la segunda edición de la París-Roubaix femenina. Mañana será el turno de la masculina. Por cierto, la española Sandra Alonso concluyó en una más que meritoria décima plaza. 

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