Hindley acecha a Carapaz el día que Valverde y Landa se mueven


Alejandro Valverde, al ataque desde lejos. Mikel Landa, alimentando el landismo al mandar a su equipo a trabajar en el último puerto del día. Vincenzo Nibali, enorme un día más, recitando sobre la bicicleta aquel verso de Sabina que pide “que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”. Richard Carapaz defendiendo con autoridad su liderato, pero sin ser capaz de descolgar a Jai Hindley, quien hoy le ha recortado cuatro segundos en meta gracias a la bonificación en el sprint por el tercer puesto, y que mantiene intactas sus opciones de lograr lo que se quedó a punto de conseguir hace dos años en la corsa rosa. Joâo Almeida dando una nueva lección de eso que ahora llaman resiliencia, de su admirable capacidad de sufrir para aguantar y no dejarse ir. Jan Hirt imponiéndose como el más fuerte de una fuga fe mucho nivel y alcanzando la mejor victoria de su carrera deportiva. Todo esto y más ha sido la etapa 16 del Giro, para muchos, la etapa reina, que no ha defraudado las altas expectativas que había despertado. 

Vamos por partes. La lucha por la general. Tras el día de hoy, en el que sólo Carapaz y Hindley aguantaron el ritmo brutal impuesto por el Bahrein de Landa y por la aceleración de este después de que Bilbao se apartara, el ciclista ecuatoriano del Ineos sigue líder con apenas tres segundos de ventaja sobre Hindley, 44 segundos sobre Almeida, 59 segundos sobre Landa, 3:40 sobre Nibali, 3:48 sobre Pozzovivo y 3:51 sobre Bilbao. Es decir, Carapaz sigue siendo el patrón de la carrera, pero necesitará ampliar su renta sobre Hindley para ganar este Giro. El corredor australiano del Bora le ha ganado a Carapaz los dos sprints en jornadas montañosas que han disputado. Son diferencias muy pequeñas, claro, pero sirven para elevar el ánimo de Hindley y para reafirmar su candidatura sólida a ganar la carrera. 

Landa, que ha sido el gran animador de la parte final de la carrera, está objetivamente en condiciones de ganar el Giro, pero para ello tendrá que lograr descolgar a Carapaz y Hindley, algo que no ha logrado hoy. Su distancia respecto al primer clasificado, apenas 59 segundos, permite soñar en rosa. Todo está por decidir, pero ahora mismo Landa tiene que batir a dos rivales de mucha entidad, Carapaz y Hindley, que no han mostrado ni media debilidad hasta ahora, sin olvidar a otro adversario igualmente peligroso, sobre todo porque es el mejor contrarrelojista de los cuatro, Joâo Almeida. Son cuatro ciclistas para tres plazas de podio y Landa sabe que es el que más sufre de los cuatro en las cronos, así que necesita atacar antes de la contrarreloj final del domingo en Milán, no ya para intentar ganar el Giro, sino para intentar entrar en el podio final, que está muy caro ante semejantes rivales. 

Almeida no pudo seguir la aceleración de Landa, pero volvió a saber sufrir. Siguió de lejos, con la mirada, a sus tres principales adversarios por la general, sin perderlos nunca de vista. Al final perdió apenas 14 segundos con ellos. El portugués del Quick Step es el más débil de los cuatro en la montaña y vienen jornadas muy exigentes, pero si logra resistir como está haciendo hasta ahora, tendrá intactas sus opciones, desde luego, de podio, y de ahí para arriba, en este Giro. Carapaz, Landa y Hindley saben que deben vigilarse entre ellos, pero que hoy por hoy acabar con las opciones de Almeida es su prioridad máxima, su objetivo número. Y el bravo portugués no se lo está poniendo nada fácil. 

El quinto en la general, Nibali, está lejos, a 3:40, pero hoy ha vuelto a dejar claro que jamás se da por vencido. Puso a sus hombres del Astana a tirar en el ascenso al Mortirolo, por su vertiente menos exigente, antes de lanzarse en el descenso con mucha valentía. Abrió algo de hueco, pero no pudo ir más allá. En todo caso, fue un movimiento muy valiente, marca de la casa. Hay ciclistas que honran este deporte cada vez que se suben en una bicicleta y El Tiburón es uno de ellos. Sus fuerzas ya no son las que fueron, pero su carácter indómito sigue siendo el mismo. Este es su último baile en el Giro antes de su retirada a final de esta temporada y quiere marcharse como protagonista de la prueba. En meta ha cedido medio minuto con Carapaz, Hindley y Landa.



Otro gigante de este deporte, otra leyenda viva del ciclismo, que colgará la bicicleta a final de esta temporada es Alejandro Valverde. El ciclista del Movistar ha entrado en la escapada del día junto a poels, Zana, Kelderman, Kämna, Martin, Bais, Carthy, Fortunato, Hirt, Rota, Bouwman, Eenkhoorn, Moniquet, Vansevenant, Yates, Juul-Jensen, Arensman, Hamilton, Ciccone, Cataldo y Formolo. Ha aguantado bien, en cabeza, en las sucesivas “fugas de la fuga”, aunque finalmente no ha sido capaz de seguir el ritmo de los más fuertes de la escapada, entre los que se ha impuesto en solitario el checo Hirt. En todo caso, la etapa del murciano, que ha entrado en meta en el grupo de Carapaz, ha sido excepcional. 

Es curioso el caso de Valverde, porque hablamos del corredor español más completo de la historia y uno de los mejores ciclistas de siempre, con un palmarés formidable, único. Y, pese a ello, vaya por dios, hay mucha gente que considera que desde su sillón puede decirle a un corredor que lo ha ganado casi todo como debe organizar su temporada, qué carreras debe disputar y cuál debe ser su estrategia. Claro que gusta ver a Valverde atacando y yendo a por etapas. Por supuesto que intentar ganar una etapa es mejor que ir a por un top 10 en la general. Pero, ¿de verdad vamos a decirle a Alejandro Valverde y sus 133 victorias, una detrás de otra, cómo debe correr o dejar de correr? Que haga, hoy y siempre, lo que le dé la real gana. Nosotros lo disfrutaremos. 



Mañana, etapa de montaña con dos puertos de primera en la parte final. Nueva ocasión para que se muevan los que lo necesitan para cumplir sus objetivos en este Giro, que, dadas las escasas diferencias entre los cuatro primeros, son prácticamente todos. 

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