Hindley derroca a Carapaz en la Marmolada


La Marmolada es conocida como el cementerio de los campeones por las muchas historias de hundimientos de grandes ciclistas en las rampas del Passo Fedaia. Entre otros, Erik Breukink, Moreno Argentin, Gianni Bugno, Maurizio Fondriest, Pavel Tonkov o Alex Zülle sufrieron lo indecible en esa cima y despidieron sus opciones de ganar el Giro. En ese mismo puerto con fama de hundir a grandes campeones Jai Hindley ha derrocado hoy a Richard Carapaz. El corredor ecuatoriano del Ineos llegaba a la penúltima etapa de la carrera italiana vestido de rosa y con tres segundos de ventaja sobre el australiano del Bora. La igualdad entre ellos dos y Mikel Landa parecía absoluta, pero los ciclistas son humanos y se cansan. Cuando nos preguntamos por qué este o aquel corredor no ataca, generalmente la respuesta es sencilla: porque no puede. Y hoy ni Carapaz ni Landa han podido seguir el ritmo de un soberbio Hindley que, salvo sorpresa mayúscula, ganará mañana el Giro de Italia, dos años después de rozar la victoria en la corsa rosa. 


Andábamos, otro día más, con la decepción a cuestas. Ni en el Passo San Pellegrino ni el el Pordoi se había movido nadie de la general. Que si falta de agresividad, que si vaya rollo, que menudo conservadurismo. ¿Por qué no atacó de lejos Landa? Porque no iba mal. Ha sufrido hoy y se ha dejado en meta 50 segundos con Hindley.  Sencillo. No iba. Punto. El Bahrein mandó por delante en la fuga del día a Domen Novak, su compañero de equipo, pero éste saltó en la Marmolada a por Alessandro Covi, cabeza de carrera entonces y ganador de la etapa final. El mensaje estaba claro: Landa no iba, su gregario en la fuga tenía libertad de movimiento. 


El ciclista español ha confirmado en meta que no se ha encontrado hoy con fuerzas en todo el día. Mandó a trabajar al Bahrein, pero sin marcar ritmo real de caza. “He ido muy mal todo el día”, ha dicho el corredor en meta. Más sincero, imposible. Con frecuencia, se achaca a falta de valentía o a malas estrategias lo que sencillamente es falta de fuerzas. Frustrante para los aficionados, pero fácil de entender. Es humano. 


Quien sí iba bien hoy, tanto como para firmar un recital en el puerto final y sentenciar la carrera, era Jai Hindley. Hace dos años, el corredor australiano llegó de líder a la contrarreloj final, en la que terminó perdiendo el rosa ante Tao Geoghehan Hart. No parece que mañana vaya a ocurrir lo mismo. Hindley ha sacado 1:28 a Carapaz. Envió por delante a Lennard Kämna, quien le ha ayudado tras su ataque en la Marmolada. Ese demarraje no lo pudo seguir Landa y, sólo pasando muchos aprietos, Carapaz. La ayuda de Kämna a Hindley ha sido clave. Muy breve, pero fundamental. Rápidamente abrió hueco Hindley con Carapaz y se creció, lanzado, a por el rosa. Estaba sentenciando el Giro, abriéndose camino entre los aficionados exaltados en las rampas de la Marmolada, ampliando la leyenda de cementerio de los campeones de este puerto. 


Nada que objetar al triunfo del Giro de Hindley. Ganador de una etapa, ha exhibido una regularidad extraordinaria en todos los días importantes de la carrera, ha recortado tiempo a Carapaz en varias etapas gracias a su punta de velocidad gracias a las bonificaciones en meta y hoy, finalmente, ha logrado uno de esos momentos de campeón que marcan una carrera. Mañana, con 26 años, el corredor del Bora ganará su primera gran vuelta, dos años después de ser segundo en aquel Giro de la pandemia. Bravo por él. Por supuesto, nada que objetar tampoco a los dos ciclistas que acompañarán a Hindley en el podio final, ya que Carapaz solo ha tenido un mal día, algo de lo que nadie está libre, igual que Landa, que conseguirá su primer podio en una gran vuelta desde su tercer puesto en el Giro de 2015.  


Carapaz lanzó a trabajar a Sivakov en la parte final de la Marmolada, lo que hacía pensar que se movería. De hecho, sin necesidad de ningún ataque, sólo con el ritmo que marcó Sivakov, se quedaron en el grupo principal, además del gregario de Carapaz, los tres corredores del podio, Carthy y Hirt. Dejó bien claro cómo estaban las fuerzas de todos. Justísimas. Cuando Carapaz aceleró, Hindley contraatacó y luego fue capaz de sentenciar la carrera. 


Landa, que queda a 1:51 de Hindley y a 26 segundos de Carapaz en la general, cuenta con más de seis minutos de ventaja sobre Vincenzo Nibali, cuarto, así que el podio no peligra. Otros dos españoles, Pello Bilbao y Juanpe López, están en el top 10 de la carrera antes de la crono final de mañana, mientras que Alejandro Valverde es undécimo a más de tres minutos y medio del top 10. 




Aunque la lucha por la general ha centrado en gran medida la atención hoy, también ha sido atractiva la lucha por la etapa. La fuga estuvo formada por Mathieu van der Poel (qué inmenso Giro), Domen Novak, Lennard Kämna, Edoardo Zardini, Gijs Leemreize, Sam Oomen, Sylvain Moniquet, Antonio Pedrero, Davide Ballerini, Mauri Vansevenant, Thymen Arensman, Giulio Ciccone, Alessandro Covi, Davide Formolo y Andrea Vendrame. La victoria fue para Covi, que suma así su tercer triunfo de la temporada tras ganar la Vuelta a Murcia y una etapa de la Vuelta a Andalucía. Con 23 años, la etapa de hoy, en la que también pasó en cabeza por la Cima Coppi de este año, es un salto de calidad en su carrera. 



Mañana, contrarreloj final en Verona, con 17,4 kilómetros de recorrido. En teoría, la lucha por la etapa y quizá algún puesto del top 10, pero tampoco demasiados dadas las diferencias, será lo único que esté en juego. Tiempo habrá mañana para valorar este Giro, que ha llegado muy abierto hasta el el final, sí, pero ha estado lejos de los niveles de espectacularidad a la que el Giro nos tiene acostumbrados. Negar que el sentimiento general de los aficionados con este Giro es que la prueba ha aburrido mucho no conduce a nada. Es la realidad. Esa sensación es la imperante. No ha salido bien lo de dejar la máxima dureza para el final. No ha ayudado tampoco la retirada de varios de los corredores que llegaban al Giro en busca de la maglia rosa. En todo caso, hay ediciones más entretenidas y otras menos. La de este año no está en el primer grupo, pero también ha habido momentos interesantes, como esta misma etapa de hoy o, sobre todo, la de Turín.

 

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