Matthews deslumbra en Mende y Pogacar lo prueba




Acaba de empezar la etapa y quedaban 183 kilómetros para el final cuando Tadej Pogacar atacó en solitario. Prometió el ciclista esloveno, rey destronado, que iba a intentar de todas las formas posibles recuperar el maillot amarillo y lo está cumpliendo. El ganador de las dos ultimas ediciones del Tour aceleró de salida, solo, sin compañeros de equipo, en un movimiento del todo kamikaze, pero que lanzaba un mensaje claro: no le va a dar un respiro. Jonas Vingegaard tampoco esperó a que sus compañeros de equipo echaran abajo la intentona de Pogacar y fue él mismo quien saltó a por él y cortó en seco ese ataque.  


Fue un comienzo maravilloso de etapa que desgastó aún más a los corredores y descolgó, entre otros, a Primoz Roglic, aunque después pudo reincorporase cuando su equipo impuso la calma de nuevo, y, sobre todo, a Caleb Ewan que ha pasado un suplicio para intentar evitar el fuera de control. Tras unos kilómetros locos, la fuga se formó con Meintjes (el mejor clasificado en la general), Powless, Luis León Sánchez, Pinot, Konrad, Kämna, Mollema, Urán, Küng, Geschke, Daniel Felipe Martínez, Fuglsang, Bettiol, Woods, Soler, Mühlberger, Bonnamour, Grossschartner, Neilands, Matthews, Simmons, Kron y Cosnefroy.


La fuga de la fuga la formaron Großschartner, Luisle, Kron y Matthews. Kron se fue al suelo en una curva a 25 kilómetros de meta y se quedaron en cabeza los otros tres. En la ascensión final a la bautizada como Montée Jalabert, saltó a por ellos Alberto Bettiol, sensacional. El corredor italiano del EF llegó a la altura de Matthews, para entonces, el único superviviente del grupo delantero, y lo dejó atrás. Parecía que la victoria sería para Bettiol, pero Matthews se repuso y fue capaz de contraatacar y marcharse hacia adelante en solitario para lograr su cuarta victoria de etapa en el Tour. Es su segundo triunfo de este año tras la etapa que ganó en la Volta a Cataluña. Además, el triunfo es un gran impulso para el BikeExchange en su lucha por mantenerse en la primera división del ciclismo mundial. 


El Jumbo-Visma puso un ritmo más duro cuando la diferencia no hacía más que crecer y Meintjes se acercaba al maillot amarillo virtual. Por cierto, un día más, con Wout Van Aert, ese del que algunos decían que iba a su bola, ejerciendo de gregario. Es sobrenatural lo del corredor belga. 


En la llegada a la ascensión final, el UAE de Pogacar se puso al frente del gran grupo, lo que dejaba claro que Pogacar volvería a intentarlo. Rafal Majka dejó el grupo reducido a cinco ciclistas: él mismo, su líder Pogacar, Vingegaard, Thomas y Yates. Entonces llegó el ataque de Pogacar al que respondió sin inmutarse Vingegaard. El esloveno volvió a intentar forzar otro par de veces y también en meta, pero el líder ha mostrado una enorme solidez. En ningún momento ha dado la sensación de que Pogacar tuviera opciones reales de descolgar a Vingegaard. Y, sin embargo, si algo podemos tener claro es que el rey destronado va a intentarlo una y otra vez, lo que garantiza un Tour emocionante hasta el final. 




La general no experimenta grandes cambios, pero sí alguno que otro, como la entrada en el top 10 de Meintjes gracias a su presencia en la fuga. Vingegaard y Pogacar están en otro nivel, pero la lucha por el podio está muy abierta. Thomas, que es tercero a 2:43 del líder, cuenta con apenas 18 segundos de ventaja sobre Bardet, 1:23 sobre su compañero Yates y 1:32 sobre Quintana.  




Mañana, final en Carcassone, en una nueva etapa propia para la fuga antes del último día de descanso del Tour. 

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