Philipsen gana el primer sprint del Tour





El Tour de Francia se ha despedido hoy de Euskadi. Han sido tres días de pasión, de fiesta sin fin, de exhibición de la mejor afición del mundo. Tres días de enamoramiento. Más allá de algún idiota, porque de eso tristemente hay en todas partes, que ayer lanzó chinchetas a la carretera, lo que se ha vivido en las carreteras vascas desde la salida del Tour en Bilbao el domingo, incluso antes, desde la presentación de equipos frente al Guggenheim el jueves pasado, ha sido fabuloso. Una afición entregada al ciclismo, coreando a cada corredor, esperando horas al paso de la caravana publicitaria y del pelotón, lamentando las caídas y celebrando los triunfos, jaleando cada ataque, cada sprint, cada pequeño detalle. Han sido tres diss gloriosos en los que el Tour de Francia se ha convertido en el Tour de Euskadi. Un diez a los responsables de esta gran départ y una matrícula de honor cum laude para la afición vasca. 




Desde Amorebieta ha partido este tercer viaje del Tour que ha concluido en Bayona, ya en Francia, tras volver a pasar por Donosti, meta de la etapa de ayer. Ha sido un día más relajado que los días anteriores, que fueron como dos clásicas dentro de una gran vuelta. Ha sido un día más convencional, clásica etapa de primera semana del Tour. La fuga del día la formaron Neilson Powless, que arañó unos puntos para afianzar su liderato al frente de la clasificación de la montaña, y Laurent Pichon, que fue el que más lejos llegó, aunque estaba claro que hoy los fugados no tendrían la menor ocasión de luchar por el triunfo de etapa ante el empuje de los equipos de los velocistas. 

Por cierto, es bonito ver que las llamadas clasificaciones secundarias se tomen en serio. Powless ha repetido un día más en la fuga pensando en la clasificación de la montaña. Antes del sprint intermedio, Victor Lafay, ganador de la etapa de ayer, saltó del pelotón para coger puntos y así seguir al frente de la clasificación de la regularidad. Lo dicho, el Tour no va solo de quien gana la general y de quién gana la etapa, hay muchos otros puntos de interés y el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña o el verde de la regularidad son objetivos realmente importantes. Subir al podio al final de la etapa y portar un maillot destacado da dinero al equipo, presencia en televisión y motivos para celebrar en el equipo. 

La lucha por la etapa también ha tenido su miga. Jasper Philipsen ha sumado un triunfo que no ha estado exento de polémica porque cerró contra la valla a Wout Van Aert. El corredor belga del Alpecin ha estado unos minutos esperando a conocer me veredicto del jurado de carrera, porque cambio ligeramente la trayectoria, pero los jueces han estimado que no lo suficiente como para descalificarle. No tengo claro si ha sido la decisión correcta o no. Philipsen cambia de trayectoria, eso sin duda, pero quizá no tanto como para estimar ilegal ese movimiento. El caso es que ha ganado por delante de Phil Bauhaus y Caleb Ewan. Es la tercera victoria en el Tour del corredor belga. Adam Yates sigue un día más al frente de la general. 



Mañana, cuarta etapa del Tour y nueva oportunidad para los velocistas. 



En el Giro Donne el triunfo de la etapa se lo ha llevado la siempre combativa Elisa Longo Borghini, que ha llegado a meta escapada junto a  Veronica Ewers (EF Education-Tibco) y a Annemiek Van Vleuten (Movistar), quien ha afianzado así aún más su primera plaza en la general. La victoria de Longo Borghini es la primera del equipo Lidl-Trek con su nueva denominación. 

Gracias a la ventaja que las tres han sacado hoy respecto al pelotón, Van Vleuten aventaja en 49 segundos a Longo Borghini y en 53 segundos a Ewers. Las dos han logrado así entrar en el podio tras la fuga de hoy. Más lejos se encuentran ya Cecilie Uttrup Ludwig (cuarta a 1:33), Juliette Labous (a 1:35), Mavi García (a 1:39), Ane Santesteban (a 1:39) y Marta Cavalli (a 1:39). 



Mañana, cuarta etapa con dos puertos de tercera categoría cerca de meta que pueden dar juego en la lucha por la general. 

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