Pogacar triunfa tras el último baile de Pinot




Empezábamos la crónica de la primera etapa del Tour en Bilbao hablando del componente literario del ciclismo, de cómo se parece este deporte a una gran novela, de la capacidad de generar historias de la Grande Boucle. Tres semanas después, día a día, el Tour nos ha vuelto a demostrar hasta qué punto se parece a la mejor literatura, es decir, a lo mejor de la vida. Aquel día en Bilbao el Tour se presentaba como un duelo entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar. Hoy, en la penúltima etapa de la carrera, la última fiesta montañosa de esta espléndida edición de la ronda gala, los dos han terminado sonriendo. El danés, porque consuma su segundo triunfo absoluto en la general de la carrera. El esloveno, porque se lleva la victoria parcial tras imponerse al sprint en meta ante el vencedor de la carrera. La realización nos ha mostrado las imágenes de felicidad de Pogacar, sonriente y feliz por el triunfo de etapa, y de Vingegaard, festejando con su mujer y su hija la victoria en la general. Colofón perfecto a un Tour marcado por el duelo de leyenda entre ambos. Final casi, casi hollywoodiense. 


Lo que separa a Bilbao de la cima de Le Markstein que ha acogido la meta de esta última etapa montaña del Tour son 20 días de historias, emociones, triunfos, derrotas, sufrimiento, alegrías, éxtasis, hundimientos, sorpresas, giros de guión, celebraciones, lamentos… 20 días de puro ciclismo, de pura vida. En aquella gran salida del Tour desde Bilbao quizá nadie hubiera podido prever que Vingegaard ganaría la carrera con más de siete minutos de ventaja sobre Pogacar. El danés ha sido el justo vencedor de la prueba tras exhibir una solidez portentosa. Resistió todos los ataques del esloveno, incluidos los de esta última jornada, y se salió del mapa en la contrarreloj del martes pasado. 


Pogacar, por su parte, ha mostrado que es humano y también que es un gran campeón, es decir, un ciclista portentoso capaz de levantarse tras las derrotas, buscar nuevos objetivos y engrandecer el ciclismo y su carrera. Es una bendición. Hoy salió con la convicción de ir al menos a por la victoria de etapa y lo ha logrado con claridad imponiéndose en meta ante Felix Gall, Vingegaard y los hermanos Simon y Adam Yates. Los dos fueron protagonistas inesperados de la primera etapa del Tour en Bilbao y los dos han caminado también juntos durante buena parte del tramo final de la etapa, hasta que han alcanzado a Vingegaard, Pogacar y Gall en cabeza de carrera. Esto le ha permitido a Adam afianzar su posición en el podio de París (segundo y tercero para su equipo) y a Simon adelantar a Carlos Rodríguez y arrebatarle al español la quinta plaza de la general.


Cuando empezó este Tour no estaba nada claro quién iba a ser el líder del Ineos para la general ni hasta dónde podría llegar Rodríguez. A sus 22 años, el granadino ha mostrado en este Tour una fortaleza física y mental, una ambición y una madurez impropias de su edad. Su Tour, victoria de etapa incluida, roza la perfección. Hoy ha sufrido una dura caída que le ha dejado dolorido y ensangrentado, a pesar de lo cual ha podido luchar hasta el final. Pierde la quinta plaza de la general, sí, por 34 segundos, pero no se le puede poner ni un pero a su excelente carrera. Lo mismo cabe decir de Pello Bilbao, también ganador de etapa y sexto finalmente en la general. Ha hecho un Tour soberbio. En el debut en casa, en Euskadi, se le quedó clavada la espinita de no hacer podido ser protagonista pero luego ha hecho una carrera para enmarcar. 





Otros dos nombres propios del día son Giulio Ciccone y Thibaut Pinot. Los dos han entrado en la fuga del día, junto a Pidcock, Barguil, Skjelmose, Neilands, Van Gils, Harper, Madouas, Ion Izagirre, Vermaerke y Urán. Ciccone ha certificado su victoria en la clasificación de la montaña, muy luchadora durante toda la carrera y más que merecida. Lo ha celebrado como merecía la ocasión tras entrar primero en el antepenúltimo puerto del día, lo que le aseguraba que nadie le podría quitar ya el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña. 






La historia de Pinot es especial y emocionante, de las más bellas de las mil y una historias que nos ha ofrecido esta edición del Tour. El corredor francés disputa por última vez la carrera, ya que este año se retira, y la etapa de hoy transcurría por su casa, por los puertos de los Vosgos donde él se entrena. En el Petit Ballon había una curva Pinot con todos sus aficionados concentrados, en cada metro se leían pancartas que le apoyaban. Era un final de sueño, alucinante. Pinot, emocionado y crecido por las circunstancias, por ese último baile en el Tour, atacó y se fue en solitario en Petit Ballon. Empezó entonces una aventura colosal que no llegó a bueno puerto, porque acabó siendo neutralizado en el último puerto del día por Pidcock y Barguil, y después por los hombres de la general, pero fue precioso. Durante esos kilómetros en los que Pinot era cabeza de carrera en solitario en su casa, el ciclista francés era eterno. De las imágenes más emocionantes que hemos visto en mucho tiempo en el Tour. Pinot, que fue podio en el Tour de 2014 y que tiene etapas en las tres grandes vueltas, es un ciclista al que el público quiere especialmente tanto por sus victorias como por los infortunios que le han acompañado a lo largo de su carrera y de los que siempre se levantaba. Hoy no ha podido ganar en casa pero sí disfrutar durante un bien rato, pasando en cabeza por la curva Pinot, jaleado por la enfervorizada afición y animado por todo amante del ciclismo sea cual sea su nacionalidad. Hoy ha sido, también, el día de Pinot, su último baile. Naturalmente, ha subido al podio como el más combativo del día. 


Para incidir aún más en el carácter literario del Tour, mientras Pinot se daba ese baño de masas en su casa, su compañero de equipo David Gaudu sufría una caída que le hizo perder contacto con el grupo del líder y ver incluso amenazado su presencia en el top 10 de la general. Fueron momentos muy intensos, de montaña rusa emocional para el Groupama-FDJ: la gloria por delante con Pinot, el sufrimiento por atrás con Gaudu. Al final, Gaudu terminó noveno, por delante de sí compatriota Guillaume Martin, y por detrás de Jai Hindley, séptimo, y Felix Gall, octavo, que completan el top 10 de este Tour fantástico que tanto nos ha hecho disfrutar y que tantas historias ha generado. Una de las últimas, por cierto, el abandono de Victor Lafay, ganador de la segunda etapa del Tour con final en Donosti, por culpa de una caída hoy, 




Mañana, última etapa en París, última ocasión para los velocistas. Pero eso será después del Tour de Francia femenino cuya segunda edición en esta nueva etapa comenzará al mediodía en Clermont-Ferrand y en el que Annemiek Van Vleuten y Demi Vollering están llamadas a reeditar el duelo que ya protagonizaron en la Vuelta. Las dos serán de la partida, al igual que Mavi García, Cecilie Uttrup Ludwig o Elisa Longo Borghini, entre otras.






El recorrido es atractivo, sobre todo, su fin de semana final, que encadenará una penúltima etapa con subida al Tourmalet y una contrarreloj individual final en Pau que decidirá la carrera. Por supuesto, aquí la seguiremos con su crónica diaria. Que no se pare la fiesta del Tour. 

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