La UCI estudia un cambio del calendario ciclista


El presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), David Lappartient, ha concedido una muy interesante entrevista al medio francés Direct Velo. Lo que más ha llamado la atención de sus declaraciones, sin duda, es la forma en la que ha abierto la puerta a aplicar cambios importantes en el calendario a partir de 2026. Más allá de en qué se concreten esos cambios, algunas de las razones que aporta Lappartient son muy sentadas. Por ejemplo, cuenta que quiere evitar que carreras World Tour se solapen, algo que tiene todo el sentido el mundo. Pone como ejemplo a lo que sucede en el calendario femenino. 

Además, la UCI quiere reducir el impacto contaminante en el medio ambiente del ciclismo, lo cual pasa por concentrar carreras de determinados países o áreas geográficas. De nuevo, pone el ejemplo del ciclismo femenino y el hecho de que la Vuelta a España, la Vuelta a Burgos y la Vuelta al País Vasco se disputen en el mismo mes. Por eso, se abre a mover de fecha algunas clásicas (cita lo ocurrido en la pandemia cuando la París-Roubaix se corrió en octubre), a que no todas las clásicas se corra  en domingo o a que las carreras de una semana no comiencen necesariamente los domingos y puedan hacerlo los sábados. También menciona expresamente que la Vuelta se corre en agosto, época de mucho calor y que con el cambio climático hará más y más difícil correr en pleno día. 

Además, afirma que es una pena que no haya carreras en América Latina y plantea la idea de que el mes de febrero concentre más pruebas del máximo nivel. Habla igualmente de la posibilidad de que se incluyan más carreras en circuitos. Todo lo que sea innovar, desde luego, es bienvenido. 

En esa misma entrevista, el presidente de la UCI habla también con claridad de cómo se frustró la fusión entre el Jumbo-Visma y el Soudal-Quick Step. Afirma que es buena noticia que no se haya producido finalmente, ya que la unión del segundo y del tercer mejor equipo de 2023 habría provocado un pelotón aún más desigual. Con todo, hace una interpretación interesante de los motivos que llevaron a que ambos equipos estudiaran la fusión: la debilidad financiera de los equipos, incluso de los que más presupuesto tienen

En este contexto, Lappartient reflexiona sobre un posible proyecto de superliga en el ciclismo. “No estamos en la lógica de la superliga de futbol que quería entrar en oposición con la Liga de Campeones. Es el deseo de los equipos de ser actores destacados en el nivel económico y de sacar partido de sus inversiones. Lo que no parece ser ilógico. Además, hay elementos que hemos hablado con los equipos que no parecen incompatibles con la UCI”, afirma. 

Esa posible superliga en el ciclismo buscaría crear un valor común en este deporte, en el que no hay nada centralizado a diferencia de lo que sucede en otros deportes como la Fórmula Uno. El presidente de la UCI llama a ponerse de acuerdo y actuar de forma coordinada con los equipos. Por eso, la comercialización en bloque de los derechos televisivos y de los ingresos que genera el ciclismo se plantea como una prioridad para Lappartient. “Aparte de ASO, RSC y Flanders Classics, ningún organizador tiene el tamaño crítico para negociar acuerdos de manera individual”, afirma. Por eso, cree que más que un nuevo modelo económico, las partes implicadas deberían fusionar sus intereses a personales en pos del ciclismo

Ya digo, se este más o menos de acuerdo con esta o aquella declaración, con esta o aquella idea; se esté más o menos a favor de la acción de la UCI estos últimos años, siempre es interesante escuchar reflexiones sobre el modelo económico del ciclismo y la necesidad de modernizarse y parecerse más a los deportes que mejor gestionan sus derechos. Bienvenidos sean los debates. 

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