Yates se exhibe, Carapaz deslumbra y Mas ataca



No sé dónde se habrán metido quienes decían hace sólo unos días que la Vuelta era tediosa y aburrida, pero estoy seguro de que hasta ellos se han rendido ya a la evidencia y están disfrutando de la gran vuelta más vibrante del calendario. Sí, claro que las escasas etapas llanas fueron sosas, pero muchos olvidaron decir que la Vuelta es la prueba de tres semanas con menos jornadas llanas de todas. Hubo quien intentó generalizar y atizar a la Vuelta por esos pocos días aburridos. 

No fueron justas aquellas críticas ni tenían el menor sentido, porque la Vuelta siempre es una carrera trepidante y nos ofrece año tras año etapas memorables. Lo ha sido, desde luego, la jornada de hoy, en la que se ha exhibido Adam Yates, Richard Carapaz ha protagonizado una cabalgada admirable, David Gaudu ha entrado en el top 10 de la general tras meterse en la fuga, el mejor Enric Mas de siempre ha ido al ataque frente a Primoz Roglic, que ha pasado mal día, y Ben O’Connor ha aguantado muy bien, hasta el punto de que ha ganado el sprint del grupo de los favoritos y se ha llevado cuatro segundos de bonificación como tercer clasificado en meta. Todo eso y más ha ocurrido hoy en una etapa que ha reunido buena parte de las razones por las que el ciclismo es un deporte único. 

La Vuelta está encadenando una sucesión de etapones. Y aún quedan dos semanas de carrera. Una vez más, la ronda española está regalando un espectáculo colosal, lleno de alternativas, sorpresas y movimientos valientes, con una sensacional igualdad entre los favoritos. No, no es aburrida la Vuelta, nunca lo ha sido. Sus recorridos invitan a ver emocionantes jornadas de ciclismo y es lo que nos están regalando los corredores. Hoy camino de Granada hemos disfrutado de otra etapa extraordinaria, tras la que la carrera queda aún más ajustada y bella de lo que ya estaba ayer. Bendita Vuelta, bendito ciclismo. 

El día empezó con la noticia de que João Almeida no podía tomar hoy la salida por culpa del Covid, lo que dejaba al UAE sin su corredor mejor clasificado en la Vuelta. Tratándose del equipo con más victorias de la temporada, ganador del Giro y la Vuelta este año, estaba claro que el conjunto emiratí no iba a quedarse parado. Hoy ha metido a tres corredores en la fuga del día: Adam Yates, Jay Vine y Marc Soler, que ha hecho un trabajo excelente para Yates. La fuga ha sido muy numerosa, de 26 corredores, entre los que el mejor clasificado en la general era David Gaudu, a seis minutos y medio. El francés del Groupama-FDJ estaba acompañado por su coequipier Stefan Küng, que hizo un gran trabajo para él.

También estaban en la escapada James Shaw y Darren Rafferty, compañeros en el EF de Richard Carapaz, quien ha sido el protagonista del movimiento más kamikaze y genial del día, al atacar del pelotón en la ascensión a El Purche, cuando aún quedaban dos ascensiones a Hazallanas. El ecuatoriano es de esos pocos ciclistas que se atreven con todo, que jamás se rinden y que honran a este deporte cada vez que se ponen un dorsal. Admirable y osado siempre, Carapaz se pone ahora tercero en la general a 4:32 del líder, que sigue siendo Ben O’Connor, y a 39 segundos de Roglic, de quien surge la duda de si lo de hoy ha sido sólo un mal día o algo más preocupante para el esloveno. 

En la primera subida a Hazallanas se fueron por delante en solitario Gaudu, Yates y su compañero Vine. Cuando restaban cuatro kilómetros de la ascensión se fue solo Yates, decidido a ir a por todo: la victoria de etapa y la posibilidad de meterse de nuevo en la lucha por la general. Impresionaba la imagen de concentración absoluta de Adam Yates, increíble, marcando un ritmo estratosférico en cabeza de carrera. El corredor británico del UAE ha logrado una victoria de etapa sensacional que lo sitúa además séptimo en la general a 5:30 del líder.

Completaron la fuga Max Poole (DSM), Óscar Rodriguez (Ineos), Tornstein Træen (Bahrein), Patrick Konrad (Lidl-Trek), Xandro Meurisse (Alpecin-Deceuninck), Mathias Vacek (Lidl-Trek), Rubén Fernández (Cofidis), Gijs Leemreize (DSM), Nelson Oliveira (Movistar), Wout Van Aert (Visma-Lease a Bike), Jonathan Lastra (Cofidis), Marc Soler (UAE), Quinten Hermans (Alpecin-Deceuninck), Chris Harper (Jayco-AlUla), Pau Miquel (Kern Pharma), Jonas Gregaard (Lotto Dstny), Felix Engelhardt (Jayco-AlUla), Pablo Castrillo (Kern Pharma), Jesús Herrada (Cofidis) y Kasper Asgreen (T-Rex Quick Step). 

El Red Bull-Bora del hasta hoy líder in pectore de la carrera, Primoz Roglic, ha mostrado hoy una notable debilidad. Cuando se aproximaba la primera ascensión a Hazallanas se puso a tirar del grupo el Decathlon, el equipo del líder real, Ben O’Connor. El equipo de Roglic se recompuso un poco y el esloveno recuperó a varios compañeros, pero no fueron capaces de recortar distancias con el grupo cabecero. 

Entre las muchas conclusiones que deja la etapa hay una clara: todo es mucho más divertido cuando no hay un corredor abrumadoramente superior al resto y tampoco tiene a su lado un equipo superpoderoso con capacidad de controlar a su antojo la carrera. No tienen la culpa Pogacar o Vingegaard de ser tan buenos, tan superiores al resto, y es un espectáculo bellísimo verlos en acción, pero está claro que las carreras con más igualdad son más abiertas y emocionantes. Y la Vuelta siempre se presta especialmente al espectáculo, por su situación en el calendario, por su explosivo recorrido, porque los equipos traen grandes equipos pero no a todos los mejores ciclistas y porque a estas alturas de las temporadas las sorpresas son un poco más probables, por más que estemos en un ciclismo de control total en el que los giros de guión se hacen cada vez más infrecuentes. 

Es evidente que el Red Bull-Bora no es un equipo que intimide a sus rivales, no es un equipo intocable. Y Roglic, que es un corredor admirable, también ha demostrado a lo largo de su carrera que es humano, que no es un corredor infalible de esos sin días malos aparentes. Y eso, claro, hace más emocionante la carrera. El Red Bull-Bora, que ya sufrió un varapalo con la fuga bidón de O’Connor en la sexta etapa, ha vivido hoy una situación similar con Adam Yates. La gran diferencia es que hoy no han acortado distancias con Yates porque no han podido, no tenían fuerzas, empezando por su propio jefe de filas, mientras que en la sexta etapa a O’Connor lo minusvaloraron, hicieron menos de lo que podrían haber hecho por recortar distancias con el australiano, quizá porque esperaban que otros equipos entraran a colaborar, tal vez porque creían que O’Connor aflojaría. Simplificándolo, el otro día no quisieron ponerse a bloque para evitar la amenaza de O’Connor, pero hoy han querido y no han podido mantener bajo control la fuga de Yates ni tampoco recortar distancias con el líder.

Hoy sí lo ha intentado el equipo de Roglic, pero no han tenido las fuerzas suficientes. La de hoy era una etapa en el que el esloveno podía haber logrado seguir con su remontada frente a O’Connor y simplemente ha terminado salvando el día y, encima, viendo cómo dos rivales muy serios, Yates y Carapaz, se meten en la lucha por el maillot rojo. Es el segundo gran golpe anímico para Roglic y su equipo. Nada está sentenciado, no puede estar más abierta la carrera. 

Lipowitz y Vlasov se pusieron a tope en la segunda subida a Hazallanas, pero el esloveno dio muestras de debilidad y aprovechó para atacar Enric Mas (Movistar). El balear abrió hueco con Roglic y aguantó a su rueda O’Connor. Luego se unieron al grupo del maillot rojo Gall (gregario de O’Connor), Lipowitz (gregario de Roglic), Mikel Landa, Carlos Rodríguez y Cristian Rodríguez. Hoy Roglic ha mostrado ser humano, pero sus rivales, a excepción de Mas, tampoco ha sido capaces de descolgarlo. 

Mas llegó a coronar Hazallanas con más de un minuto de ventaja, pero ha perdido toda esa ventaja en el descenso hasta Granada, donde estuvo a punto de caerse. Afortunadamente, pudo evitar la caída. Está corriendo como nunca el ciclista del Movistar, al que tanto se ha criticado también por no cumplir con las expectativas y las exigencias ajenas. Tampoco se ha sido demasiado justo con Mas, por cierto, un ciclista que ha sido tres veces segundo en la Vuelta y sexto un año en el Tour. En esta Vuelta está corriendo como nunca. Hasta hoy, era el único corredor al que Roglic no había sacado tiempo en las etapas en línea. Hoy al final no ha recortado distancias con Roglic, pero sí ha atacado como pocas veces se lo ha visto y ha demostrado estar fortísimo. Mas queda cuarto a 4:35 del líder y a apenas 42 segundos de Roglic.

Quien ya no aparece en lugares destacados de la general, ni en ningún otro sitio es Antonio Tiberi, que era cuarto y no ha podido terminar la etapa por problemas de salud.  

Mañana, día de descanso o, más bien, de traslado hacia Galicia, donde seguirá esta fiesta vibrante y emocionante que es la Vuelta, nada más lejos del tedio o el aburrimiento. 


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