Seis años después de ganar el Giro, Richard Carapaz (EF) ha presentado hoy a lo grande su candidatura para volver a vestir la maglia rosa. En una jornada montañosa apasionante, en la que ha pasado de todo, el ciclista ecuatoriano ha dinamitado la carrera con un poderoso ataque en la ascensión final. Isaac Del Toro (UAE) ha resistido al frente de la general, pero ve menguar su ventaja como líder, en un día en el que Primoz Roglic (Red Bull-Bora) ha tenido que abandonar y en el que Juan Ayuso (UAE) se ha despedido de cualquier opción en la general, tras sufrir una pájara monumental y dejarse casi 15 minutos en meta. Además, el día ha dejado una de esas imágenes impagables para cualquier equipo, la del doblete del XDS-Astana, con Christian Scaroni, ganador de la etapa, y Lorenzo Fortunato, cada vez más líder de la clasificación de la montaña, entrando de la mano en meta. Un doblete fabuloso.
Ha sido un día de muchos titulares, de multitud de nombres propios. Desde luego, hay una conclusión clara: ninguno de los dos ciclistas que partían como máximos favoritos a la general al comienzo del Giro va a ganar esta carrera. Roglic, muy dolorido tras las caídas, ha intentado seguir en la carrera, pero ha tenido que abandonar, mientras que Ayuso, también con molestias en la rodilla, se ha hundido. El español ya dio muestras de debilidad muy lejos de meta, cuando se quedó cortado después de bajar él mismo al coche a dejar su chubasquero, lo que le forzó a darse un calentón importante para reintegrarse en el grupo principal. Fue un susto y, lo comprobamos después, también una mala señal.
Sin embargo, en la ascensión a Santa Bárbara, la penúltima subida del día, a más de 42 kilómetros de la meta, Ayuso se quedó descolgado y dijo adiós a la general de la carrera. Ahora le tocará ser gregario del líder, Del Toro, que conserva la maglia rosa pero que, y aquí va otra gran conclusión del día, no tiene ni mucho menos garantizada la victoria. Después de un Giro dominado a su antojo por Tadej Pogacar, compañero de equipo de Del Toro, este año la corsa rosa está exhibiendo el encanto de una prueba abierta y con diferencias muy escasas. Porque después de lo de hoy, el Giro no puede estar más ajustado ni más emocionante. Y se disfruta mucho, para variar, que una gran vuelta llegue a su semana final sin que tengamos la menor idea de quién pueda ganar.
Hoy Richard Carapaz ha demostrado que quiere ganar este Giro. Y, más importante aún, que puede ganarlo. El ciclista ecuatoriano tiró del pelotón con fuerza en la subida a Santa Bárbara, anticipando lo que vendría. Poco después de que se quedara cortado Ayuso se descolgó también Egan Bernal (Ineos), aunque el colombiano del Ineos sí logró reintegrarse en el grupo del líder. Wout Van Aert, admirable siempre en labores de equipo, trabajó para Simon Yates (Visma-Lease a Bike), que es otro ciclista que perfectamente puede ganar el Giro, mientras que Rafal Majka hizo lo propio para Del Toro. En la subida final atacó Giulio Pelizzari, aprovechando la libertad que le da no contar ya con Roglic como jefe de filas en el Red Bull-Bora.
Poco después atacó Simon Yates y respondió sobrado Del Toro, quien no daba la menor muestra de debilidad. A su rueda se quedaron sólo Carapaz y Derek Gee (Israel). Claramente, los cuatro ciclistas más fuertes de este Giro. A seis kilómetros atacó Carapaz y nadie respondió a su demarraje. El ecuatoriano, abrió camino y despistó las flaquezas del líder, ya que Del Toro tampoco pudo seguir el ritmo de Gee, primero, y de Simon Yates, después. Día duro para el mexicano, que sufrió mucho, pero no se dejó ir.
La general queda con Del Toro al frente, pero con apenas 26 segundos de ventaja sobre Simon Yates y 31 segundo sobre Carapaz. Es el escenario soñado por cualquier organizador de una gran vuelta: tres ciclistas en medio minuto de diferencia a falta de apenas cinco etapas para el final. Más emocionante y abierto, imposible. Por lo visto hoy, se diría que Carapaz es el más fuerte de los tres, pero con la extrema dureza de las etapas que quedan, cualquiera hace pronósticos. Parece claro que Carapaz va a más, Del Toro va a menos y Yates se mantiene con una envidiable regularidad. Veremos.
El Giro es muy posiblemente cosa de tres, pero Derek Gee está a 1:31 del primer puesto y, por lo tanto, a apenas un minuto del podio. Más lejos se encuentran ya Damiano Caruso (Bahrein), a 2:40; Egan Bernal, a 3:23, Michael Storer (Tudor), a 3:31; Antonio Tiberi (Bahrein), a 4:07; Giulio Pellizzari (Red Bull-Bora), a 4:36, y Adam Yates (UAE), a 5:08.
La lucha por la general, evidentemente, centra la atención de la etapa de hoy, pero sería muy injusto no decir nada de la hazaña del XDS Astana, que ha logrado un doblete apabullante. El equipo metió en la fuga a tres ciclistas: Lorenzo Fortunato, Fausto Masnada y Christian Scaroni. Han corrido de una forma admirable y con mucha fuerza, hasta que han logrado un final soñado: Fortunato y Scaroni llegaron juntos en cabeza y entraron de la mano. Etapa más que merecida para Scaroni y segundo puesto para Fortunato, que además refuerza su liderato al frente de la clasificación de la montaña. Día redondo para el equipo de Vinokourov, que empezó el año con el objetivo de salvar la categoría en la primera división del ciclismo mundial y que a base de sumar victorias y puntos en cada carrera se está exhibiendo casi en todas las pruebas.
El resto de miembros de la numerosa fuga fueron Simon Guglielmi (Arkea), Pello Bilbao (Bahrein), Sylvain Moniquet (Cofidis), Dries De Bondt (Decathlon-Ag2r), Darren Rafferty (EF), David Gaudu (Groupama-FDJ), Lorenzo Germani (Groupama-FDJ), Kim Alexander Heiduk (Ineos), Simone Petilli (Intermarché-Wanty), Jon Barrenetxea (Movistar), Jefferson Cepeda (Movistar), Xabier Mikel Azparren (Q36.5), Josef Černý (Soudal-Quick Step), Felix Engelhardt (Jayco-AlUla), Gijs Leemreize (Picnic-PostNL), Davide Bais (Polti), Mattia Bais (Polti), Wout Van Aert (Visma-Lease a Bike), Yannis Voisard (Tudor) y Luca Covili (VF Group Bardiani).
Mañana, nuevo etapón, con las subidas a dos ascensiones míticas: Passo del Tonale y Passo del Mortirolo. Ojo que este coloso está situado a apenas 40 kilómetros de la meta. Puede ser un día clave para la general, aunque aún quedarán más jornadas de alta montaña.
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