La cuarta etapa del Giro, la primera por tierras italianas, no será recordada precisamente como la más emocionante de la carrera. No ha sido un día particularmente memorable, no vamos a engañarnos, pero las grandes vueltas siempre ofrecen historias atractivas, incluso en las etapas más anodinas. Que se lo pregunten si no a Fran Muñoz, del Polti, el equipo de Contador, quien ha protagonizado la escapada del día en solitario. Bravo por él. Claro que no tenía la menor opción de ganar la etapa, pero la primera obligación de los equipos modestos, en especial los invitados, es dejarse ver. Es verdad que el ciclismo actual de economizar esfuerzos y de pensar sobre todo en los puntos en meta juega un poco a la contra de la existencia de fugas en jornadas llanas con escasas posibilidades de triunfar, pero creo que sigue siendo vigente esa idea de que lucir el maillot es importante, sobre todo ahora que se emiten íntegras las etapas de las grandes vueltas. Menos mal que hay quien se deja ver en este tipo de etapas.
No ha sido una jornada memorable, pero sí un día que Casper van Uden (Picnic PostNL) no olvidará. El joven ciclista neerlandés, de 23 años, ha logrado la victoria más importante de su vida, al imponerse al sprint a Olav Kooij (Visma-Lease a Bike). Van Uden, que es un gran velocista, no era el máximo favorito, dada la extensa y talentosa nómina de hombres rápidos en este Giro. Ha sido el menor en un sprint muy ajustado. Ha sumado unos pintos preciosos para su equipo, que lucha para intentar esquivar el descenso en la primera división del ciclismo mundial.
Muñoz fue alcanzado a 56 kilómetros del final, lo que significa que pasó el primero por el kilómetro Red Bull, ese sprint bonificado patrocinado de cada día en el que se dan seis, cuatro y dos segundos a los tres primeros clasificados. El ciclista del Polti se llevó los seis definidos, mientras que en el pelotón hubo zafarrancho de combate por las bonificaciones restantes. El Movistar, atrevido, aceleró para intentar que Einer Rubio se llevara unos segundos, pero no lo logró. Quien sí lo hizo fue Primoz Roglic (Red Bull-Bora), siempre ambicioso, que se llevó dos segundos, mientras que Isaac del Toro, coequipier de Juan Ayuso en el UAE, bonificó cuatro segundos. Dos segundos no van a ningún lado, pero nunca está de más ampliar un poco la renta con el resto de candidatos, así que Roglic puede estar contento.
Poco después de ser cazado el fugado, Olav Kooij le ganó el sprint intermedio al líder, Mads Pedersen (Lidl-Trek) y a Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck). Éste no es el kilómetro Red Bull, el bonificado, sino que que cuenta para la clasificación por puntos. Por cierto, al principio de la etapa, hubo una montonera en el pelotón, en la que se fueron al suelo, entre otros, precisamente, Pedersen, y su coequipier y Giulio Ciccone. No fue el mejor día para el ciclista italiano, que también se quedó cortado del gran grupo en la parte final, aunque terminó enlazando.
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