Philipsen lidera y el Visma agita el Tour



C’est parti ! Empezó el Tour de Francia y lo hizo con sorpresa y mucha emoción en una apasionante primera etapa en Lille. Se esperaba un desenlace al sprint, pero la presencia del viento y, sobre todo, la ambición del Visma-Lease a Bike, que provocó un corte a falta de unos 20 kilómetros del final, hicieron saltar por los aires la carrera. Todo puede pasar en el Tour y esta 112 edición de la más importante carrera ciclista del mundo ha comenzado con una maravillosa demostración de lo que hace única esta prueba centenaria. 

Cuando vimos a Jonas Vingegaard empeñándose en pasar primero por la última cota del día, pareció más bien una anécdota, pero fue una prueba de que el danés y su equipo querían liarla. Y vaya si lo lograron poco después. En una jugada maestra,  muy valiente, el Visma-Lease a Bike provocó un corte de apenas 36 ciclistas en cabeza, aprovechando la presencia del viento. El Tudor y el Alpecin-Deceuninck también se animaron a tirar del grupo cabecero, en el que entró, por supuesto, sin inmutarse, Tadej Pogacar (UAE), a quien es muy difícil sorprender, y también unos muy atentos Enric Mas (Movistar) y Tobias Johannessen (Uno-X), pero no Remco Evenepoel, jefe de filas del Deceuninck-Quick Step, ni Tim Merlier, el hombre rápido del equipo belga. Otro equipo damnificado por partida doble fue el Lidl-Trek, porque en su caso también se quedaron cortados su hombre para la general, Mattias Skjelmose y su velocista, Jonathan MilanEntre otros, tampoco lograron entrar en el grupo delantero Primoz Roglic (Red Bull-Bora), Florian Lipowitz (Red Bull-Bora) y Carlos Rodríguez (Ineos). 

Fueron varios los equipos que contribuyeron a acelerar el ritmo en el grupo delantero. Muchos de los grandes velocistas se habían quedado cortados, así que el final se puso muy favorable al Alpecin-Deceuninck, que metió adelante a Jasper Philipsen y a dos lanzadores de lujo: Kaden Groves y Mathieu Van der Poel. Controlaron a la perfección la carrera y el lanzamiento del sprint, en el que Philipsen se impuso ante Biniam Girmay (Intermarché-Wanty), por lo que el ciclista belga es el primer líder de la carrera y vestirá mañana de amarillo. El que para muchos era el gran favorito a ganar la etapa, Milan, entró en meta dando tiempo al segundo grupo, que se dejó 38 segundos. Una renta no menor, sobre todo, para los ciclistas que más ambicionan el podio, como Evenepoel y Roglic. 

Antes de la jugada del Visma-Lease a Bike, el viento y la presencia de algunas cotas en el recorrido añadieron tensión y nerviosismo al ya de por sí siempre muy tenso y nervioso primer día del Tour. La fuga del día se formó en el primer ataque que se produjo nada más darse la salida, después  de una muy larga neutralizada por las calles de Lille. Entraron en el corte Jonas Rutsch (Intermarché Wanty), Mathis Le Berre (Arkea), Bruno Armirail (Decathlon-Ag2r), Benjamin Thomas (Cofidis) y Mattéo Vercher (TotalEnergies). 

El Soudal-Quick Step de Tim Merlier y el Lidl-Trek de Jonathan Milan se pusieron al frente del pelotón. Después entraron también a tirar del gran grupo los equipos de los hombres de la general, que perseguían situar bien a sus líderes ante el riesgo de abanicos y evitar sustos, como los que tuvo Lenny Martínez (Bahrein), que se quedó cortado muy lejos de meta y sufrió hasta el final, haciendo la goma constantemente para después dejarse más de 8 minutos en meta. El pelotón dio caza a los fugados a más de 100 kilómetros del final de la etapa, algo inusual, que revelaba esa tensión y esa intensidad de la carrera, con muchos nervios

Milan ganó con claridad el sprint intermedio, por delante de Bryan Coquard (Cofidis) y de Girmay, en lo que parecía un aperitivo de la volata final, pero en el que al final no pudieron estar ninguno de los tres. Justo después, Vercher, que ya hacía estado en la fuga inicial, saltó del pelotón y lo volvió a probar. Tras él saltó Thomas, también presente en la primera escapada. Ambos luchaban por el primer maillot blanco a puntos rojos de la clasificación de la montaña. En el sprint en el  Mont Cassel, de cuarta categoría, sobre un tramo adoquinado, los dos se fueron al suelo, después de que Thomas perdiera el control de su bici y provocara una caída. Justo antes de caer, el triunfo en el sprint se lo llevó el propio Thomas, así que el ciclista del Cofidis es el primer líder de la montaña del Tour. 

En el descenso del Mont Cassel hubo varios cortes en el pelotón y volvió a sufrir Lenny Martínez. También lo pasó muy mal Filippo Ganna (Ineos), afectado por una caída, que se vio forzado a abandonar, igual que Stefan Bisseger (Decathlon-Ag2r), quien también se fue al suelo. Es la parte más cruel y dura del ciclismo. Por su parte, Simon Yates, ganador del Tour y lugarteniente de Vingegaard en el Visma-Lease a Bike perdió contacto momentáneamente con el pelotón, aunque se reintegró pronto. Después llegó el festival del equipo neerlandés y ese desenlace tan nervioso y tenso que recordó a todos que el Tour es diferente a todas las demás carreras. 



En Francia, como señala la crónica de hoy de Le Monde, tienen muy presente en este inicio de un nuevo Tour una cifra: 40 años, el tiempo que hace ya de la última victoria de un ciclista francés en la carrera de casa. Desde aquel triunfo de Bernard Hinault en 1985, ningún corredor ha ganado la carrera de casa. Aún más años de sequía acumula otro país ciclista, Bélgica, ya que el último belga en ganar el Tour fue Lucien Van Impe en 1976. De momento, la afición francesa sabe que tendrá difícil romper la mala racha este año. 

Más confianza, claro, tienen en Eslovenia, el país de Pogacar, que centra una vez más todas las miradas. El ciclista del UAE vuelve a ser el gran favorito y la incógnita está en saber si Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike) podrá o no plantarle cara. Hoy en la salida se les vio a los dos charlar en la salida, rodeados de los campeones nacionales que son de la partida en esta carrera, como Iván Romeo (Movistar), flamante campeón español en ruta. Desde luego, no ha podido dar una mejor impresión el Visma-Lease a Bike y su ambición en este comienzo del Tour. Pogacar es mucho Pogacar y, para mí, es el claro gran favorito a ganar la carrera (como cualquier carrera en la que participa, por otra parte), pero es muy buena noticia para el espectáculo que Vingegaard empiece el Tour tan conectado.


Mañana, segunda etapa con una parte final muy interesante, con dos cotas de tercera y una de cuarta. Puede haber fiesta y no es nada descartable que los hombres de la general entren al baile. Philipsen intentará defender su maillot amarillo. Esto no ha hecho más que empezar. La más bella y mediática carrera ciclista nos seguirá regalando nuevos grandes momentos de ciclismo las tres próximas semanas. Y aquí lo seguiremos contando. 

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