El ciclista autraliano Cadel Evans se adjudicó ayer la victoria en la Tirreno-Adriático. Esta carrera italiana ha deparado un precioso espectáculo a lo largo de la semana que ha durado la competición. Ver la clasificación general final de esta importante cita en el calendario nos da una idea de la calidad de los participantes en la edición de este año. Evans, un valor seguro, ganó la carrera por delante de Gesink, el corredor del Rabobank, que finalizó segundo a 11 segundos del australiano. En tercera posición acabó Scarponi, seguido de Ivan Basso y de Vincenzo Nibali. Toda una constelación de estrellas que se reunieron para dejar a todos los que hemos podido seguir la carrera una competición más que atractiva.
Esta carrera ha coincidido en el tiempo, salvo las últimas etapas, con el desarrollo de la París-Niza. Las comparaciones, dicen, son odiosas. Y en este caso lo son sobre todo para la carrera francesa. Es verdad que ha habido muy buenos momentos en la París-Niza, pero se ven ampliamente superados por la emoción trepidante de la Tirreno-Adriático. Quizás la diferencia haya sido que en aquella carrera el peso de la crono, una crono demasiado largo, ha sido excesivo y de hecho fue contra el reloj como Tony Martin se llevó la clasificación general final. Algunos finales de etapa, como el de la etapa 6 con victoria para Evans y con todos los italianos al ataque, avance de lo que veremos en el Giro frente a Contador, han sido verdaderamente muestras de ciclismo del bueno. Espectáculos como éste son de los que hacen afición, y eso siempre viene muy bien a este deporte.
La etapa de ayer fue para Fabian Cancellara. El mejor contrarrelojista del mundo no tuvo rival en la corta crono de ayer. Será bonito este año ver el duelo contra el reloj que tendrán Tony Martin y Fabian Cancellara en las etapas de este tipo de las grandes vueltas donde coincidan los dos. Martin también se ha mostrado intratable en las cronos que ha disputado este año, y será interesante asistir al pulso entre los dos en el Tour o en cualquier otra carrera donde podamos contar con esto dos virtuosos corredores. Yo soy de los que piensa que la belleza más pura del ciclismo está en otros tipos de etapa, per también hay que reconocer el gran mérito de Cancellara y Martin con su forma de afrontar las cronos y su posición impecable encima de la bicicleta.
La Tirreno-Adriátrico acabó ayer con la victora de Evans. Sobre este ciclista hay que decir que es un veterano con mucha experiencia que siempre que puede está, con cierta facilidad, con los mejores de cada carrera. Muchos le ven muy mayor para ganar un Tour, pero este año se está reservando para esta competición, por lo que no va a disputar el Giro de Italia. El Tour, pensamos muchos, es cosa de dos: Schleck y Contador, pero siempre es muy positivo que haya corredores con calidad y aspiraciones mayores en la carrera como es el caso de Evans. Raro será que no logre ser protagonista allá por el mes de julio.
Esta carrera deja paso a una clásica muy importante en el calendario internacional: la Milán-San Remo. En ella se vivirá esta faceta del ciclismo que el gran público, ese que sólo ve las grandes vueltas, no suele seguir muy de cerca, pero que es quizás la más atractiva de todas. Las grandes clásicas son, ciertamente, algo maravilloso y un deleite constante para los aficionados. La Milán-San Remo se disputará este sábado y allí estarán los mejores corredores en este tipo de citas, entre los que se encuentra Óscar Freire, el español del Rabobank que ya sabe lo que es ganar en esta carrera. Esta semana haré una previa de la Milán-San Remo, y el lunes comentaré lo que haya dado de sí esta primera gran clásica de la temporada.
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