Van Summeren reina en el Infierno



El Infierno del Norte hizo honor a su nombre un año más. Los tramos de pavé, las caídas, los pinchazos y, por supuesto, la valentía y fuerza de los corredores volvieron a protagonizar un día maravilloso de ciclismo. La París-Roubaix de este año fue muy dura, tanto como en ocasiones precedentes, y dejó múltiples caídas. Tom Boonen personifica como pocos lo que es esta carrera. En uno de los tramos de pavé más célebres de esta gran clásica, el Bosque de Arenberg, el ciclista que aspiraba a conseguir nuevamente esta competición sufría un pinchazo del que tardó mucho en poder volver a pedalear. Para entonces había perdido sus opciones de victoria. En todo caso, su equipo se puso a trabajar para intentar llevar a Boonen al grupo de los favoritos, entre los que no se encontraba un Van Summeren que fue el más fuerte de la fuga inicial de la clásica francesa. El caso es que Boonen se fue al suelo más tarde para terminar por decir adiós a sus opciones de triunfo.

Digo que el corredor belga personifica la verdad de esta carrera porque las caídas y los pinchazos están al orden del día en el Infierno del Norte. Por lo demás, vimos imágenes espectaculares de los diferentes tramos de pavé numerados de forma inversa a su distancia a la línea de meta y con catalogación entre una y cinco estrellas. Fue una vibrante jornada de ciclismo en la que, al igual que sucedió en el Tour de Flandes hace una semana, saltó la sorpresa con el triunfo esta vez del belga Johan Van Summeren. El corredor fue uno de los valientes que desafiaron a los grandes favoritos al triunfo final y lanzaron un ataque antes de que llegaran los tramos de pavé, que es donde se suele decidir esta carrera. El ganador ayer logra ponerse en una lista de ilustres del ciclismo al vencer en la París-Roubaix. Van Summeren sólo tenía un triunfo a lo largo de su carrera, pero el destino le tenía guardado este enorme éxito en el Infierno del Norte. No es de extrañar que al llegar a meta se mostrara muy feliz y contento por la victoria que tanto le costó conseguir, por esa gran victoria que le sitúa entre los nombres ilustres que habrá que repasar cuando se haga un resumen del año ciclista.

Sin restar méritos al ganador final de la prueba, el segundo clasificado ayer, Fabian Cancellara, demostró por qué es uno de los mejores ciclistas del mundo en este tipo de carreras y también dio una exhibición encima de la bicicleta. Todos estábamos pendientes de él y la clave de la París-Roubaix pudo estar en el momento en que, con la diferencia entre los escapados y el grupo de favoritos en un minuto, Cancellara lo estaba dando todo para cazar, pero el resto de compañeros de grupo, en ese momento andaban con él Hushovd y Ballan, no estaban por la labor de trabajar tan duro. Fue entonces cuando la carrera empezó a estar más del lado de los de adelante que de los grandes favoritos. Cancellara decidió parar con lo que la diferencia del grupo cabecero se incrementó y engordó el grupo perseguidor. A partir de ahí, hubo una falta total de entendimiento que llevó a que Van Summeren aprovechara la histórica oportunidad que se le presentaba en el día de ayer.

Por aquel entonces la carrera parecía, con el máximo respeto al resto de rivales, cosa de dos. Por delante iba Van Summeren en cabeza y con opciones claras de victoria, por detrás Fabian Cancellara tirando del grupo cuando se dio cuenta de que el resto de compañeros no iba a colaborar y que le iban a dejar a él la patata caliente. Fue una especie de persecución. Ver a Espartaco poner su ritmo infernal fue todo un espectáculo. Van Summeren tenía una ventaja más o menos importante, pero sabíamos que sólo un hombre. Fabian Cancellara, podía inquietar al ciclista belga hasta que entrara triunfal en el velódromo de Roubaix. La ventaja llegó a ser de 45 segundos, pero en meta sólo 19 separaron al gran triunfador del día, Vab Summeren, del gran luchador, Cancellara, y el resto de ciclistas que entraron detrás del suizo. Los últimos kilómetros de la carrera fueron muy bonitos, con Cancellara recortando la distancia con el corredor belga que marchaba en cabeza. Arrancó algo tarde quizás y sólo pudo ser segundo.

En todo caso, y aunque quien debe llevarse la gloria y todos los honores por lo sucedido ayer sea Van Summeren, considero que Cancellara también merece todos los elogios del mundo. Su carrera ayer fue sensacional y además de ser el más activo dio en todo momento la sensación de que era, con diferencia, el más fuerte de cuantos estaban disputando la clásica de las clásicas. Sus arreones hacia adelante furon tremendos y si hubiera recibido la colaboración de sus compañeros en el grupo perseguidor él hubiera sido el máximo favorito a vencer. Quizás precisamente por eso tampoco tiraron, porque sabían que sería llevar a Cancellara hacia la victoria. El corredor suizo no pudo ganar la carrera a pesar de esa fuerza que demostró en todo momento. Aún así dio una auténtica exhibición. No fue suficiente para llevarse el triunfo final, sólo para ser segundo, pero desde luego que corredores como Cancellara son los que más se necesitan en el pelotón. Corredores como él y carreras como la de ayer.

La tercera plaza de la París-Roubaix fue para Tjallingi. Hay que destacar la novena posición de Juan Antonio Flecha y, más que esta plaza, su actitud y su presencia en el grupo de favoritos durante gran parte de la carrera. Es el mejor clasicómano español y eso está fuera de toda duda, pero es que además está en la élite de los corredores especialistas en este tipo de carreras a nivel mundial. Cuando eran pocos los que quedaban en el grupo de Cancellara, ahí, o muy poco detrás de él, estaba el español. Ayer quedó noveno pero lo más destacable de su carrera fue que estuvo durante la mayoría del exigente recorrido entre los mejores. Llegó a 47 segundos del ganador de la clásica. Enhorabuena a Flecha por esta carrera y por todas las grandes clásicas en las que ha logrado que hubiera un español en el grupo de los elegidos. Excelente París-Roubaix la que vimos ayer. Las próximas citas en el calendario son la Vuelta a Castilla y León (del 13 al 17 de abril) y la Amstel Gold Race (17 de abril).

Comentarios