Weening triunfa en la tierra

Pieter Weenining ganó la etapa de ayer en el Giro de Italia y se vistió de líder en un día en el que el debate y la discusión se centraron en los tramos de tierra que tuvieron que afrontar los corredores. La tragedia de Weylandt está en la memoria de todos y es inevitable que, ahora más que nunca, se abra un debate sobre si es acertado o no incluir tramos de tierra sin asfaltar en carreras como el Giro de Italia y, en general, en el ciclismo de carretera. Las dos posturas que están enfrentadas son las de aquellos que consideran que esto da espectáculo a la carrera, y los que opinan que es un riesgo que los ciclistas no deberían correr. Lo cierto es que, generalmente, los aficionados opinan que sí es acertado incluir tramos de tierra y los corredores, que son los que sufren estos tramos y los que deberían ser también escuchados, consideran que es un riesgo innecesario. La polémica está servida.

Sea como sea, lo cierto es que los ciclistas estaban, por lo general, bastante molestos con esta etapa en la que han tenido que tragar tierra y en la que nos llevamos un susto con la caída de Slagter, que tuvo que retirarse de la carrera pero que no tiene lesiones graves. El debate continuará y de él se debe sacar una solución que convenga a todos. Eso sí, la seguridad de los ciclistas se debe proteger por encima de otras cuestiones. Son ellos los que ofrecen espectáculo con sus ataques. Ya decía en una entrada anterior que no es muy entendible la postura de quienes creen que es espectacular que los ciclistas arriesguen su vida. Probablemente lo ideal sería tomar una decisión intermedia: sí transitar por algunos tramos de tierra, pero extremar las precauciones y evitar aquellos tramos en los que el riesgo sea muy elevado. Los ciclistas deben unir su voz y reclamar a los organizadores que se tenga en cuenta por dónde se les lleva. Por cierto, la organización del Giro va a revisar la etapa 14, en la que se desciende el Crostis. Veremos qué decisión toman.

Pero, con debate o sin él, lo cierto es que ayer vimos una etapa de ciclismo y lo estrictamente deportivo reclama su posición en esta crónica. Weening fue el gran triunfador de un día en el que, por primera vez desde que comenzó la carrera, vimos asomar a los favoritos a la victoria final de este Giro de Italia. El corredor de Rabobank atacó a unos 15 de meta. Se marchó en solitario por delante y en el grupo de favoritos no había reacción ante su movimiento. Debido a la fuerza con la que arrancó el ciclista y también a que nadie se decidió a tirar con determinación del grupo, Weening abrió un hueco de 40 segundos que resultó suficiente para ir gestionándolo de ahí al final. Sufrió mucho en los últimos kilómetros que picaban hacia arriba, pero logró la victoria y un premio mayor: vestirse de líder y portar en la etapa de hoy la maglia rosa. Antes de este desenlace, vimos muchas más cosas de interés.

En una meta volante, Millar y Vicioso (primero y segundo de la general en aquel momento) esprintaron para coger segundos de bonificación, pero los dos se fueron al suelo. Al final, esta caída les afectó porque no lograron estar con los mejores en la lína de meta. Kholer, suizo del BMC, fue el protagonista de gran parte de la etapa. Él atacó y estuvo escapado durante muchos kilómetros. Resistió muy bien en cabeza pero, finalmente, no pudo optar a la victoria de etapa. En todo caso, su esfuerzo ayer es digno de elogio. Sabía que era casi misión imposible irse en solitario y lograr dar la sorpresa, pero aún así lo intentó y le puso sal a la carrera durante gran parte de la etapa. Popovycich atacó por detrás y abrió el baile en el pelotón. Tras él se fueron algunos de los aspirantes a vencer en este Giro, como Nibali, Scarponi o Joaquín Rodríguez. Contador se quedó algo retrasado y, quizás por eso, quizás para no asumir muchos riesgos en la bajada como declaró al final de la etapa, Nibali se marchó hacia adelante en el descensi del puerto de tercera donde se habían encendido los petardos. Finalmente, todos los favoritos se reintregaron en el grupo de Nibali.

En los últimos kilómetros fue cuando los favoritos comenzaron a asomar. Allí vimos a los mejores juntos y vigilándose. Dejaron hacer a Weening y el ciclista del Rabobank fue el justo vencedor de la quinta etapa del Giro. La general muestra ya cómo hay un primer filtro importante. Weening es líder, pero ya tenemos a Nibali en la sexta plaza, a Scarponi séptimo a dos segundos de Nibali, Contador es noveno a seis segundos del vencedor de la pasada edición de la Vuelta y Arroyo es duodécimo a 16 segundos. Todos los favoritos, salvo Sastre que perdió 20 segundos en meta, lograron llegar en el grupo. Salvaron todos ellos el día y ése era el gran objetivo. El de ayer, decían los corredores y es la pura verdad, no era un día en el que se pudiera ganar el Giro, pero sí se podía perder. Todos siguen en liza.

Hoy toca la sexta etapa. Sólo hay un puerto de cuarta categoría y lejos de la meta, pero hay varios repechos que pueden animar la llegada. La línea de meta está al 4%, por lo que no sería de extrañar que hubiera algún movimiento. Según como vaya la carrera, se podría dar una volata masiva o un esprint más reducido entre un grupo de corredores que tuvieran más resistencia ante los repechos de la parte final. Mañana llega la alta montaña. El Giro sigue adelante con emoción e intensidad.

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