La gloria espera en Madrid

"Aún no soy campeón", decía ayer Juanjo Cobo en la línea de meta de Vitoria tras haber superado la penúltima etapa de la Vuelta sin ceder ni uno solo de los 13 segundos que tiene de ventaja en relación a Chris Froome en la clasificación general. Matemáticamente no está hecho, recordó ayer Matxin, pero todos sabemos que algo muy extraño tendría que pasar que Cobo no fuera hoy, a eso de las seis de la tarde, quien subiera al podio de la Plaza de Cibeles como nuevo vencedor de la Vuelta Ciclista a España. La etapa de ayer tuvo una fuga numerosa que fue perdiendo unidades y de la que sólo quedó en cabeza en un intento muy valiente por ganar Carlos Barredo. Otro Carlos, Sastre en esta ocasión saltó del pelotón en los kilómetros finales y logró ponerse en cabeza, pero la lógica de estos casos, con un pelotón tirando fuerte para cazar a un solo hombre, se cumplió de nuevo y vivimos un final al esprint que, como era de esperar, se llevó Daniele Bennati.

Hoy acaba una gran edición de la Vuelta Ciclista a España. Es verdad que no hemos tenido en ella a Contador, ni a Evans, ni a los Schleck, pero quienes han venido han dado un gran espectáculo. Esta actitud que es muy de agradecer, unido al éxito organizativo y de elaboración del recorrido han hecho de esta Vuelta una carrera muy atractiva y emocionante con muchos cambios de líder, que ha estado abierta hasta el final, muy equilibrada y repleta de finales preciosos. Cobo está a un paso de ser el vencedo de esta carrera. Ha sido el más fuerte junto a Froome, que también ha dado la sorpresa en esta Vuelta. Hoy estaré en las calles de Madrid animando a los ciclistas que, allá por el 20 de agosto, tomaron la salida en Benidorm (qué lejos queda aquello) y que hoy llegarán a Madrid con la satisfacción del trabajo bien hecho.

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