Dos pruebas ciclistas emblemáticas del calendario español, la Vuelta al País Vasco y la Clásica de San Sebastián, las dos competiciones estrella de la región española con más afición al ciclismo, están en peligro por falta de financiación. Confío en que la noticia sea sólo una luz de alarma, un toque de atención que sirva para resolver los problemas económicos de estas dos competiciones. La empresa responsable de las dos pruebas, Organizaciones Ciclistas Euskadi, ha informado de que la edición de este año están en una situación delicada. Es más, el comunicado en el que la organización informa de la situación es bastante pesimista.
En el documento se cuenta cómo Organizaciones Ciclistas de Euskadi, que fue creada en 2009 a instancias del gobierno vasco, alcanzó un acuerdo con el ejecutivo de esa comunidad autónoma para que patrocinara el Gran Premio de la Vuelta al País Vasco los años 2009, 2010 y 2011, con una prórroga para 2012. Debido a la actual situación de crisis econónomica, el gobierno vasco optó por no llevar a cabo esa prórroga prevista en el contrato, por lo que la organización de las dos carreras queda en el aire. Aún así el gobierno vasco se comprometió a buscar un patrocinador para la prueba e implicarse para lograr la continuidad de tan emblemática competición. Pero el ejecutivo autonómico no ha dado señales de vida y la organización, como es lógico, ha llamado a todas las puertas pero una tras otra se han cerrando hasta que el último contacto les dijo que no hace un par de días.
Jaime Urgarte Arce, presidente de Organizaciones Ciclistas Euskadi, firma este comunicado en el que también dice que lo tienen todo previsto para la Vuelta, pero no para el Gran Premio. También explica que la UCI les había dado de plazo hasta el día 23 de este mes para confirmar si asistirían a la entrevista para solicitar las licencias UCI World Tour para 2013 pero, según explica, "no sabemos que hacer para 2013, si posiblemente no vamos a poder organizar 2012". Aunque el gobierno vasco se ha comprometido en una reunión reciente con ellos a poner el 60% del importe del gran premio, los organizadores no van a poder cubrir el resto por sí solos. El presidente de esta empresa recuerda al final del comunicado que la Vuelta al País Vasco ha vivido ya 51 ediciones y se ha corrido 31 veces la Clásica de San Sebastián. Ahora se pasa por el peor momento de todos estos años de historia y se corre el peligro de que dejen de formar parte de la máxima categoría de carreras ciclistas.
Espero que se encuentre una solución. La crisis está afectando a todos los sectores y el ciclismo no es una excepción. Es más, este deporte viene padeciendo una pérdida de patrocinadores muchos años. No sólo a nivel de equipos (ahí tenemos el reciente caso del Geox, donde Matxin hizo todo lo que estaba en sus manos pero no puedo evitar que el patrocinador se marchara, a pesar de haber ganado la Vuelta, y dejará a decenas de personas en el paro), sino también de carreras. Y esto es como todo. Donde no se mete dinero en escuelas de ciclismo, en equipos ciclistas, en carreras que hagan afición y en otras cuestiones importantes, no se podrán esperar luego milagros. Comprendo que la crisis económica es muy severa (y eso que en el País Vasco está afectando menos que en otras regiones de España) y también soy consciente de que el gobierno vasco lleva muchos años apoyando de forma incondicional al ciclismo, por lo que tampoco se puede negar a estar alturas de su compromiso. En cualquier caso, la agónica situación de la Vuelta al País Vasco y la Clásica de San Sebastián es una lamentable noticia para todos. Ojalá se quede en sun susto y logren encontrar la salida.
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