Gerrans gana la Milán-San Remo


El australiano Simon Gerrans se adjudicó el primer monumento de la temporada. La Milán-San Remo deparó ayer nuevamente un bonito espectáculo, sobre todo en la parte final del recorrido. La classicisima es una auténtica carrera de fondo con cerca de 300 kilómetros de recorrido que desgasta las piernas de los corredores y va descartando ciclistas por el tremendo esfuerzo realizado. El ganador de la prueba marcó un tiempo en meta de 6 horas, 59 minutos y 24 segundos. Palabras mayores.


La cima del Poggio fue decisiva y allí se rompió definitivamente la carrera y se seleccionó al trío de corredores que se jugaría la victoria final. La ascensión estaba a seis kilómetros de meta y era elmomento ideal para intentar hacer hueco y sacar ventaja. Allí fue donde el suizo Fabian Cancellara, en la misma cima, dio una nueva demostración, la enésima, de su portentosa fuerza y de su inigualable potencia. Lanzó un ataque y de ahí a meta no se reservó absolutamente nada, ni un gramo de fuerza. Ésa fue su perdición, porque a su rueda se pagaron Simon Gerrans y Vincenzo Nibali que, en honor a la verdad, tal vez aunque hubieran querido dar el relevo a Cancellara no habrían podido marcar un ritmo tan fuerte como el de Espartaco y que bastante hicieron con seguirle a rueda.


La clásica comenzó con un emotivo minuto de silencio encabezado por los ciclistas belgas en recuerdo de las 28 personas fallecidas en el accidente de autocar de esta semana en Suiza, 22 de ellas, niños. Comenzó tras este momento la carrera y lo hizo con una fuga de nuevo corredores a los que el pelotón dejó hacer, porque quedaba una eternidad para el final y no suponían ningún peligro. Siguieron pasando los kilómetros e hicieron mella en las piernas de los ciclistas. Que se lo pregunten si no a Cavendish, que perdió contacto con el pelotón en la ascensión a La Manie, en el kilómetro 204 de carrera. Para entonces el pelotón había aumentado ya el ritmo de caza.


El ascenso a la Cipressa, ya con la escapada neutralizada, dejó el ataque de Johny Hoogerland y del español Patxi Vila, pero también la desafortunada caída de Philippe Gilbert, que perdió todas sus opciones a disputar la victoria. En esa ascensión se quedó Canvendish demostrando que no está en plenitud y que la exigencia de la Milán-San Remo ayer le iba a resultar demasiado dura. Quedaba el punto decisivo de la prueba: el Poggio. Antes de llegar a sus primeras rampas, Fabian Cancellara se asomaba ya a los primeros puestos del grupo. El suizo preparaba el ataque. Hay que destacar el ataque valiente del español del Movistar Ángel Madrazo, que abrió las hostilidades en esta subida de 4 kilómetros. Poco después fue El Tiburón Nibali quien atacó demostrando que no iba de farol cuando declaró, tras ganar brillantemente la Tirreno-Adriático, que iba a luchar por vencer en la Classicisima. En la cima del Poggio atacó portentoso Cancellara. Todo el mundo sabía que la rueda a seguir era la suya y tanto Nibali como Gerrans se lo tomaron al pie de la letra. Se pegaron a la rueda del ciclista suizo del RadioShack y no le dieron ni un solo relevo. Cancellara les llevó hasta meta a un ritmo frenético. Mientras tanto, por detrás el grupo tiraba con fuerza y a punto estuvo de alcanzar a los tres ciclistas de cabeza. A tres segundos, de hecho, entró el pelotón encabezado por Peter Sagan.


En el esprint entre los tres grandes ciclistas que encabezaban la carrera, el más rápido fue Simon Gerrans, que alzó radiante y feliz los brazos en meta para festejar tan importante triunfo. Segundo fue Nibali y Cancellara, que una vez más fue quien más se entregó y quien más espectáculo dio, tuvo que conformarse con la tercera plaza. Por detrás se vivió un esprint por la cuarta plaza que, como digo, ganó el extraordinario eslovaco del Liquigas Peter Sagan. Óscar Freire acabó séptimo en la que muy probablemente será su última Milán-San Remo. Cumple con su media de terminar siempre esta prueba entre los mejores, aunque no pudo lograr disputar la victoria. La classicisima abrió la temporada de monumentos. Simon Gerrans se lleva el
primero.

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