Iglinsky gana la Lieja-Bastoña-Lieja



La Lieja-Bastoña-Lieja cerró ayer el tríptico de las Ardenas y una parte de la temporada centrada en las grandes clásicas. La decana nos volvió a regalar un extraordinario espectáculo y una maravillosa jornada de ciclismo. La única pena, lo único malo, es que tendremos que esperar hasta el año que viene para volver a vivir esta sucesión de tres grandes pruebas de un día en una intensa semana en la zona de las Ardenas. Pero lo bueno es todo lo demás: lo que hemos disfrutado con estas carreras, la alegría de ver a tantísimos aficionados en las carreteras y, además, lo mucho que queda por delante en la temporada. En poco estaremos ya metidos de lleno en el Giro de Italia, por ejemplo.

Ayer nadie hubiera acertado una quiniela, porque la victoria del corredor kazajo Maxim Iglinsky fue una sopresa para todos. Pero no sólo no hubiéramos acertado al comienzo de la carrera, sino tampoco a falta de pocos kilómetros de meta cuando Vincenzo Nibali caminaba hacia la victoria tras un valiente movimiento que parecía haber dejado parados a los demás ciclistas y sin opciones de victoria. Sólo el corredor de Astana saltó tras él, pero la mayoría pensamos que era más por asegurarse la segunda plaza, un puesto de honor en esta prestigiosa carrera es un logro considerable. Nibali iba camino del triunfo, pero se desfondó. Midió mal las fuerzas o tuvo un pajarón, no lo sé. El caso es que se le atragantó el final de la prueba y no pudo ni suquiera pegarse a la rueda de Iglinsky para intentar disputarle la victoria final. Nada de eso. Estuvo cerca, pero esto es el deporte.

A mí personalmente me encanta que haya sorpresas de este tipo y también que haya tanta variedad entre unas carreras y otras. Cuando hay una tiranía total de algún corredor, como sucedió el año pasado con Gilbert en las clásicas, no queda otra que quitarse el sombrero, alabar al dominador y disfrutar de su superioridad y su fuerza. Pero creo que a todos nos gusta más que las carreras estén abiertas, que no se cumplan siempre los guiones escritos que apuntan a este o aquel corredor. El Amstel vimos la victoria de Gasparotto, en la Flecha Valona cantamos el triunfo de Joaquim Rodríguez y en la Lieja ayer presenciamos la gran victoria de Iglinsky.

En la ascensión a una de las cotas señaladas de la carrera, la Rouche Auz Falcons, atacó Nibali con fuerza. El corredor del Liquigas se marchó adelante en solitario en busca de una victoria gloriosa y contundente. Hizo su apuesta a falta de 20 kilómetros de meta. Fue su valiente decisión y allá que se fue. Nadie respondió en un primer momento al ataque y El Tiburón abrió un hueco jugoso que alcanzó los 40 segundos y que muchos pensamos que sería definitivo. Dábamos por hecha la victoria de Nibali, una victoria fruto de un ataque valiente y de lejos que dejó sin respuesta al resto de ciclistas. Pero hubo un ciclista entre el grupo de perseguidores que no pensaba lo mismo (o sí, porque hasta el propio vencedor de ayer declaró que saltó a por el segundo puesto): Iglinsky. Él atacó y, eun primer momento, no parecía recortar mucho tiempo al italiano.

Nibali caminaba hacia el triunfo, hacia el final esperado por todos visto el desarrollo de los acontecimiento y la ventaja que tenía el líder del Liquigas sobre los perseguidores. El kazajo no bajó el ritmo y a Nibali se le hizo interminable la parte final de esta preciosa carrera. Iglinsky le cazó y le dejó atrás, porque el italiano ya lo había dado todo y no tenía una sola gota de fuerzas para intentar dar el último esfuerzo y disputar la victoria. Hacia adelante se fue el corredor de Astana dejando con la miel en los labios a Nibali. Logró una sensacional y sorprendente victoria Maxim Iglinsky. Fue un día importantísimo para él, probablemente el más importante de su carrera, y cerró así un gran tríptico de las Ardenas para su equipo, ya que suma a su triunfo la victoria de Gasparotto en la Amstel. El ciclista italiano del Astana, por cierto, subió también ayer al podio al acabar tercero. La segunda plaza fue para Vincenzo Nibali, que hizo una apuesta de campeón, pero al que le faltaron las fuerzas en el tramo final de la carrera.

 La suerte no acampañó ayer a Alejandro Valverde, que sufrió una caída y, aunque luchó por reintegrarse en el grupo y disputar la victoria, no tuvo opción real de conseguirlo. Tenía buenas sensaciones, según declaró al llegar a meta el propio ciclista del Movistar. La temporada es muy larga. Peor suerte aún tuvo Igor Antón, el ciclista del Euskaltel-Euskadi, que también se fue al suelo y se fracturó la clavícula izquierda. Mucho ánimo al bravo corredor vasco al que veremos pronto de nuevo luchando por victorias como siempre.

Ayer había otra competición, a Vuelta a La Rioja, que este año se ha tenido que ver reducida a una sola etapa por la crisis económica. La victoria fue para el joven ciclista ruso Eugeny Shalunov, de 20 años. Ganó con autoridad con 28" de ventaja sobre Pablo Urtasun, segundo, y el también ruso y compañero del vencedor en el Lokosphinks Mikhail Antonov, tercero.

El ranking UCI World Tour, por otro lado, sigue liderado por Tom Boonen con 366 puntos. La segunda posición la ocupa Nibali (272 puntos), acompañado de Samuel Sánchez (252) en el podio de esta clasificación. Peter Sagan (229) y Joaquim Rodríguez (222) son cuarto y quinto. Óscar Freire es séptimo y Alejandro Valverde noveno. El Omega Pharma-Quick Step es el mejor equipo del ranking, seguido del Liquigas y el Kathusa. Por países, domina España por delante de Italia y Bélgica .

Una última noticia. La organización de la Vuelta de Ciclista a España ha dado a conocer el nombre de los cuatro equipos invitados para la edición de este año. Sin sorpresas. Serán Caja Rural, Andalucía, Cofidis y Argos-Shimano.  Ahora, a seguir las nuevas citas del calendario como el Tour de Romandía que comienza mañana.


Comentarios