Giro de Italia: Faltan 3 días

Tres últimos días previos al Giro de Italia para completar la previa que comenzamos el pasado fin de semana. Hoy hablaremos del recorrido. Siempre escribo cuando hablo del recorrido de una carrera que las pruebas ciclistas son como las obras de teatro: tenemos el escenario, que es el recorrido, y también los actores. Importante es tener una buena puesta en escena, un lugar atractivo que prometa un buen espectáculo. Luego, claro, es necesario contar con el buen hacer de los actores, que son los que sacan adelante la obra y levantan los más encendidos aplausos. Hoy hablaremos del escenario de esta obra que comienza el sábado en Dinamarca y mañana ya dedicaremos la entrada a los que están llamados a ser actores protagonistas del Giro.

El recorrido de la corsa rosa de este año es muy interesante y atractivo, aunque es diferente al de la pasada edición. El año pasado dominó Alberto Contador en el que para muchos fue el recorrido más duro en mucho tiempo del Giro de Italia. Fueron etapas durísimas, casi inhumanas en algún caso, aderezadas además por desplazamientos muy largos. Vimos un espectáculo grandioso, pero sonaron también con fuerza voces que consideraban que la dureza era excesiva. Este año habrá mucha montaña y volveremos a tener la oportunidad de vivir grandes días de ciclismo, pero también hay oportunidades para los esprinters y parece un recorrido más equilibrado.

El director de la carrera, Michele Acquarone, lo explica así, en palabras recogidas en la guía del Giro de Ciclismo a Fondo, altamente recomendable como siempre: "para nosotros la afición siempre es lo primero y en el futuro seguiremos consultándoles", por eso "tras el Giro del año pasado escuchamos que les gustaban las carreras duras, pero que el recorrido de 2011 fue demasiado y los ciclistas no merecían sufrir tanto. Actuamos en consecuencia intentando buscar el equilibrio entre las dos cosas". Es exactamente eso lo que parece que han intentado los organizadores viendo el recorrido de la edición de este año: buscar el equilibrio. Dice el director de la carrera italiana también que quieren que el ganador sea un escalador y la ronda no se decida en las cronos, por eso han reducido los kilometrajes de las etapas cronometradas. Se dan además oportunidades para los esprinters, pero sin caer en el error de presentar una primera semana demasiado sosa y llana, como sucede en ocasiones en el Tour de Francia, por ejemplo, sino con elementos de interés en casi todas las etapas.

El sábado comienza la carrera con una etapa cronometrada de 8,7  kilómetros en la ciudad danesa de Herning. La segunda y la tercera etapa serán llanas, también en territorio danés, en las ciudades de Herning y Horsens. El martes tendrán los corredores la primera jornada de descanso porque la caravana del Giro se trasladará desde tierras escandinavas hasta Verona, donde el miércoles se disputa una contrarreloj por equipos de 33,2 kilómetros de recorrido que marcará las primeras diferencias entre los favoritos y es el primer día importante de la carrera. La quinta etapa presenta un recorrido entre Modena y Fano propicio para las volatas y al día siguiente, en la sexta, hay una etapa rompepiernas con cuatro puertos, tres de tercera y uno de segunda.

La séptima etapa entre Recanati y Rocca Di Cambio trae el primer final en alto de la corsa rosa. Final en un puerto de segunda para abrir boca. La octava etapa presenta también un recorrido montañoso con el ascenso al Colle Molella, de segunda categoría, a poco de meta. En la novena lo más probable será ver un nuevo esprint, mientras que la décima concluye en alto, en un repecho que puede ofrecer un emocionante final. La undécima etapa será una paliza para los corredores debido a su largo recorrido (255 kilómetros). La siguiente etapa, a duodécima, puede resultar engañosa a primera vista. No acaba en alto, pero presenta cuatro puertos (tres de tercera y uno de segunda), uno de ellos muy cerca de meta. Además, es una etapa corta (157 kilómetros) que puede ser muy explosiva. Nada que ver con la siguiente que, salvo sorpresa (siempre hay que contar con la posibilidad de las escapadas que rompan los guiones escritos) se decidirá al esprint en Cervere.

Llegamos a la etapa 14, el día 19 de mayo. Ahí está la miga de la carrera y entramos en la parte decisiva. Dos puertos de primera presenta la etapa 14 entre Cherasco y Cervinia. Acaba en alto y es el primer gran día de alta montaña del Giro. Al día siguiente, etapa 15, nueva jornada montañosa con final en un puerto de segunda y otras tres dificultades orográficas a lo largo de los 169 kilómetros de recorrido. El 21 de mayo llegará, al fin, el segundo día de descanso. Después llega la decimosexta etapa, que es llana pero acaba en el muro de Falzes, que puede ofrecer un final trepidante. La etapa 17 ofrece dos puertos de segunda y dos de primera. La lástima es que la cima del último puerto del día está a a18 kilómetros de meta, pero desde allí hasta el final es todo descenso, por lo que también será posible marcar diferencias y vivir un final intenso.

La última ocasión para los velocistas, para los que hayan sobrevivido y lleguen a la parte final de la carrera, llegará en la etapa 18. A partir de entonces, tres días decisivos. La etapa 19 es de cinco estrellas, con un puerto de tercera, uno de de segunda y tres de primera. Final en Alpe di Pampeago.  La etapa 20, Caldes-Passo dello Stelvio, presenta también un recorrido durísimo con un puerto de segunda nada más salir, dos de tercera a continuación y una parte final con e Mortiloro y la Cima Coppi, donde acaba la etapa. Casi nada al aparato. Si algo queda por decidir el último día, las calles de Milán asistirán a la crono de 30,1 kilómetros que pondrá el broche de oro a la corsa rosa. Una carrera más equilibrado y algo menos dura que la edición de 2011, pero que puede dar mucho juego y ofrece un escenario exquisito para disfrutar de ciclismo del bueno.


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