Hesjedal quiere el Giro


La decimonovena etapa del Giro de Italia ofrecía un escenario espectacular de alta montaña y un panorama en la general que obligaba a varios corredores a intentar sacar distancias a sus rivales. El antepenúltimo día de competición fue, como se esperaba, vibrante y muy bonito. La organización del Giro debe de estar muy contenta porque han logrado que la carrera llegue con todo por decidir a este último fin de semana. El recorrido que diseñaron centraba en estos últimos días las grandes etapas de montaña y hoy vamos a vivir un etapón memorable, o eso esperamos. La etapa de ayer nos dejó un excepcional triunfo de Roman Kreuziger que, tras perder todas sus opciones en la general en etapas precedentes, buscó el triunfo de etapa y lo logró muy meritoriamente. Es algo que pasa con bastante frecuencia en las grandes vueltas. Un corredor que aspira a las mayores cotas pero que, tras tener un mal día, replantean sus objetivos en carrera y tiran de clase y garra para buscar un triunfo parcial. El ciclista del Astana lo consiguió ayer de forma brillante. Ya no inquietaba a los aspirantes al triunfo final en el Giro, por lo que ganó con claridad en la cima de Alpe di Pampeago con 19" de ventaja sobre el segundo clasificado en la etapa.

La batalla por la general prometía también emociones fuertes y también se cumplieron los pronósticos. Antes, los grandes protagonistas del día fueron los 18 componentes de una escapada que estuvieron en cabeza durante muchos kilómetros y entre los que se encontraban Fran Ventoso, Juanma Gárate, Juan Antonio Flecha y Pierre Cazaux. Llegaron a tener una renta considerable, pero no lograron sobrevivir al arreón del pelotón y la dureza del recorrido. La etapa se jugaría también entre los hombres fuertes de la carrera, entre los componentes del grupo de los elegidos.

Hay que destacar que el Liquigas volvió a asumir el protagonismo y la responsabilidad al frente del grupo durante gran parte de la etapa y, una vez más, ese trabajo no dio sus futos, lo que está originando más críticas todavía a su actitud en este Giro de Italia donde, a pesar de no haber vestido la maglia rosa en ningún momento y pese a que Basso no está mostrando su mejor estado de forma, siguen asumiendo la máxima responsabilidad y continúan trabajando de forma totalmente entregada durante los momentos duros de las etapas. Es cierto que si la estrategia no les da resultados podrán hacérsele muchas críticas, pero yo sigo pensando que su ambición, unida al hecho de que corren en casa y con el gran referente de la afición italiana en la edición de este año entre sus filas (doble ganador del Giro, además), no merece tantas críticas y es algo hasta cierto punto entendible.

El caso es que, en efecto, el Liquigas asumió el peso de la carrera durante gran parte de la etapa, pero luego Basso no pudo rematar la faena y fueron otros aspirantes al triunfo final los que movieron la carrera en la ascensión final del día, allí donde se marcarían distancias y donde los jefes de filas tenían que responder en el cuerpo a cuerpo con sus rivales. Muy activo se mostró Scarponi en la subida a Alpe di ampeago, ya que atacó hasta en tres ocasiones buscando abrir hueco y acercarse en la general. El ganador oficial del Giro del año pasado no logró distanciar en exceso a sus rivales, aunque sí hizo daño en algunos como el propio Basso, que fue el gran damnificado del día de ayer. Joaquim Rodríguez tampoco iba ayer sobrado de fuerzas y sufrió el movimiento de Scarponi. Quien tomó buena nota de las debilidades de Purito y Basso fue Ryder Hesjedal, que atacó a dos kilómetros de meta mostrando nuevamente que se encuentra en un gran estado de forma y que es quizás el más fuerte en esta parte final del Giro. Aguantó un poco Scarponi, pero el canadiense se marchó adelante en solitario.

Fue una demostración de fortaleza y una forma de aclarar definitivamente las dudas de quienes no terminaban de ver al ciclista del Garmin-Barracuda como un favorito claro para ganar este Giro. La renta fue escasa en cuanto a los segundos que sacó a un líder que resistió bien y sólo cedió 13", pero lo de ayer fue un golpe de autoridad considerable que hace temer aún más al canadiense en esta parte final de carrera. Joaquim Rodríguez había declarado que tenía que sacar tiempo a Hesjedal en la montaña que falta hasta Milán porque si llegaban a la crono final con la renta de 30" a favor del español, sería Hesjedal el vencedor de la corsa rosa. Pues bien, ayer el canadiense no sólo no cedió tiempo con Purito o el resto de rivales, sino que distanció a todos y mostró su gran fuerza y su solvente candidatura al triunfo final.

Como sucede habitualmente en las duras etapas de alta montaña, cada uno fue llegano a su ritmo, uno a uno. A 13" de Hesjedal entró Joaquim Rodríguez, a 16" Scarponi, a 24" Pozzovivo, a 36" Basso, a 38" Rigoberto Uran y a 59" Mikel Nieve. Un corredor que reventó ayer y perdió muchísimo tiempo fue Beñat Intxausti. El ciclista del Movistar pasó un mal día y sufrió de lo lindo en la dura jornada de montaña de ayer. Perdió sus opciones de entrar en el top ten. Lástima. Un corredor que se bajó ayer de la bicicleta, para enfado de su director deportivo, fue Rujano.

Tras el día de ayer y antes de la batalla colosal de hoy la general queda así:

 Joaquin RODRIGUEZ OLIVER KAT 84:06:13
2 Ryder HESJEDAL GRM 17
3 Michele SCARPONI LAM +1:39
4 Ivan BASSO LIQ +1:45
5 Rigoberto URAN URAN SKY +3:21
6 Domenico POZZOVIVO COG +3:30
7 John GADRET ALM +5:36
8 Thomas DE GENDT VCD +5:40
9 Sergio Luis HENAO MONTOYA SKY +5:47
10 Damiano CUNEGO LAM +6:09

Si no fuera porque la etapa de hoy es extremadamente dura y puede pasar de todo, diríamos que el Giro es cosa de dos, Joaquim Rodríguez y Hesjedal, pero visto cómo se comportó ayer Scarponi y, sobre todo, viendo el perfil de la etapa de hoy, es complicado hacer pronósticos categóricos. En todo caso, creo que el gran favorito a la victoria final es Hesjedal.


La etapa de hoy, que hace la número 20, ofrece un recorrido terrorífico. La meta en el Stelvio, cima Coppi de este año, con 22 kilómetros al 7% será sólo la guinda de un pastel que completan otros puertos duros. Primero tendrán que subir el Tonale, Aprica, el inédito Teglio y el Mortiloro por otra cara distinta a la habitual con 11 kilómetros al 10,4% de desnivel. Una jornada inhumana de alta montaña que promete ciclismo en estado puro y que servirá para decidir el Giro de Italia 2012.


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