Balance de la dantesca sexta etapa del Tour

En la crónica de ayer hablaba de algunos damnificados por las caídas en la terrible sexta etapa del Tour de Francia. Pasadas las horas, el balance es peor de lo contado entonces y recibimos las peores noticias en algunos casos de ciclistas con lesiones importantes que han tenido que abandonar. Es el caso de Óscar Freire. De los cinco corredores seleccionador por José Luis de Santos para los Juegos de Londres, dos están casi con total seguridad fuera de la cita olímpica. A la retirada de José Joaquín Rojas se suma la del cántabro tricampeón del mundo que tiene tres costillas rotas y un pulmón perforado. Nefasta noticia para España.

Además de Freire, otros ocho corredores tuvieron que abandonar ayer el Tour. Mikel Astarloza, con dislocación del codo derecho, es otro de ellos. Fractura de clavícula derecha tiene Amets Txurruka, también fuera de la carrera en un día negro para el Euskaltel. Para completar la terrible jornada para los españoles, también tuvo que retirarse ayer Inmanol Erviti. El ciclista del Movistar tiene una herida profunda en su pierna derecha que requiere de intervención quirúrgica. Además, Ivan Gutiérrez (Movistar) y Gorka Verdugo (Euskaltel-Euskadi) son serias dudas. Tom Danielson (Garmin), Hubert Dupont (Ag2r), Wouter Poels (Vacansoleil), Davide Vigano (Lampre) y Maarten Wynants (Rabobank) completan la lista de abandonos. Son duda para tomar la salida hoy Ryder Hesjedal y Van Summeren.

Hoy, como comentamos en la entrada de ayer, llega la montaña con la séptima etapa del Tour. Lo visto esta primera semana merece, en todo caso, una reflexión. Primero, es obvio que las caídas son accidentes que ocurren y son imposibles de evitar y prevenir. Pero también es verdad que se deberían estudiar muchas cosas porque no es una situación nueva (todos recordamos a grandes aspirantes a la victoria final en el Tour que tuvieron que abandonar por una caída en los primeros días de la competición) y porque quizás convenga plantearse si no sería conveniente hacer algún cambio en esta primera semana. ¿Por qué etapas tan largas? ¿Ayudaría poner una etapa más exigente, de media montaña, por ejemplo, en los primeros días? No sé cómo se podrían  limitar al máximo estas situaciones de nervios y tensiones que conducen a las caídas e, insisto, sé que es algo que jamás se podrá evitar al cien por cien. Lo que tengo claro es que a nadie le interesa, empezando por la organización del Tour, que tantos hombres tengan que echar pie a tierra por las malditas caídas y que toda una semana de la carrera tenga pocas más noticias que los partes médicos al final de cada etapa.


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