Así será el Tour 2013

 
Hoy voy a hablar de ciclismo. Sólo de ciclismo. Porque me apetece y porque es lo que toca tras la presentación de la edición centenaria del Tour de Francia. Esa carrera que se celebró sus cien años de vida en el 2003  y que disputará su edición número 100 el próximo año. Así que, quien busca algo distinto a un artículo sobre cómo será el Toue 2013 y sobre ciclismo, que busque en otra parte hoy. Además, no le costará trabajo encontrar lugares donde hablen casi en exclusiva de la sombra de Armstrong y que vinculen el interés de esta presentación al escándalo de dopaje del estadounidense y no a que se trata de la edición 100 de la carrera ciclista más importante del mundo, del evento deportivo de todos los veranos desde hace décadas y de un acontecimiento que va más allá incluso que una mera competición deportiva.
 
Pues eso. A lo que vamos. La próximo edición del Tour de Francia saldrá de la isla de Córcega el 29 de junio de 2013. Se habla de una edición equilibrada y compensanda, con menos kilómetros contrarreloj que la edición anterior y con oportunidades para todos. A diferencia de lo que ocurrió este año 2012, no podemos decir de entrada que sea un Tour claramente propicio para un tipo de corredor determinado (en ese caso, para contrarrelojistas que fueran bien en la montaña). Si acaso, parece más favorable para escaladores como Contador o Froome que también rinden muy bien en las cronos. Siete etapas llanas, cinco de media montaña, seis de alta montaña (con cuatro finales en alto), dos cronos individuales y una por equipos.
 
La primera etapa no será una contrarreloj breve para decidir al primer líder, sino que será una etapa llana de 212 kilómetros desde Porto-Vechio hasta Bastia. Caramelo para los esprinters, que tendrán una clara opción de vestir el primer maillot amarillo de este Tour. Las dos siguientes también se disputarán en la isla de Córcega y también serán etapas en línea. En estas dos jornadas el recorrido será más exigente que en la etapa inicial. La cuarta etapa supondrá la llegada de la carrera a la península francesa y será una crono por equipos de 25 kilómetros en las calles de Niza. El primer contacto con la alta montaña llegará en la octava etapa con los Pirineos y el final en alto en Ax 3 Domaines. La novena no se queda atrás con etapa de alta montaña de 165 kilómetros entre Saint Girons y Bàgneres de Bigorre. Tras esta etapa, llegará la primera jornada de descanso.
 
La segunda semana de carrera transcurrirá por la Bretaña y Normandía. La undécima etapa será una nueva jornada importante de cara a la general porque se disputará la primera contrarreloj individual, 33 kilómetros con final en el precioso paraje de Mont Saint Michel, bellísimo escenario para acoger el final de una etapa del Tour y que muchos hemos descubierto por la televisión en ediciones anteriores gracias a la ronda gala. Etapas llanas o de media montaña separan esta jornada con la etapa 15, que supone la llegada de los Alpes a la carrera. En esa cordillera se decidirá el Tour 2013. La etapa 15 acaba en alto, ni más ni menos que en el Mont Ventoux. Será además la etapa más larga de esta edición de la Grande Boucle con 242 kilómetros.
 
Después de esa etapa llegará la segunda y última jornada de descanso, reservando así para la tercera semana varios platos fuertes todavía del Tour 2013. En la etapa 17, una crono de 32 kilómetros nada llana, con dos subidas. En la 18, la llamada a ser la etapa reina del Tour: doble subida al Alpe d´Huez. Esta etapa Galp-Alpe d´Huez está llamada a quedar en la retina del espectador por mucho tiempo. El escenario es inmejorable para ver un gran espectáculo, aunque como siempre decimos eso dependerá de los actores. Col de Manse, Col d´Ordon, primera subida al Alpe d´Huez, Col de Sarenne y meta final en Alpe d´Huez. Duro día de montaña que precederá a otra grandísima etapa alpina, la número 19, con final en Le Grand Bornard en la que los ciclistas tendrán que subir Glandon, La Madeleine, Tamié, Col d´Epine y la Croix Fry No termina ahí la montaña, porque la penúltima etapa (20) reserva la subida al Mont Revard y el final en alto en Le Somnez en una etapa que puede explosiva de tan sólo 125 kilómetros. Para el último día, domingo 21 de julio, la clásica etapa final en París con un horario nada clásico: será una etapa nocturna que nos ofrecerá la belleza de la capital francesa en todo su esplendor bajo la luna.
 

Los ciclistas que han asistido a la presentación ya han opinado sobre este recorrido . También los que no han podido estar, como Alejandro Valverde que está de luna de miel pero ha tuiteado que le gusta el recorrido. Aprovechamos para felicitarle por su boda. El último ganador del Tour, Bradley Wiggins, lo tiene claro. O eso ha dicho: "mi objetivo será el Giro porque será complicadísimo para mí ganar el Tour. Espero que Sky lo gane con Froome y con mi ayuda". Este año cuando ganó la ronda gala dijo que no le importaría en el futuro ayudar a Froome si la carrera se adapta más a las características de su compañero. En este caso así parece.
 
No es Wiggins el único que cree que este Tour le va bien a Froome. Cadel Evans, ganador en 2011, ha afirmado que le gusta el recorrido, pero que cree que será un duelo a dos entre Froome y Contador. Por alusiones, el ciclista español ha asegurado que el recorrido le gusta porque es compensado y ha destacado especialmente la reducción de kilómetros contrarreloj. Preguntado sobre sus rivales, poque está claro que el pinteño tendrá como primer objetivo de la próxima temporada recuperar su trono en la ronda gala, tampoco se mojó demasiado y dio los nombres de siempre: Froome, Wiggins, Evans y Andy Schleck. Es pronto para estas cuestiones, desde luego.
 
Me gusta el recorrido del Tour 2013. Presenta aspectos novedosos y especiales, guiños que sirven para celebrar como merece la edición 100 de la ronda gala. Detalles no estrictamente deportivos, como la salida desde Córcega, el final de etapa en Mont Saint Michel o la etapa final nocturna en París. Y, por supuesto, aciertos en lo estrictamente deportivo, sobre todo la reducción de los kilómetros contra el reloj y la inclusión de varios puertos míticos como el Alpe d´Huez, que se subirá dos veces como digo en una etapa, o el Mont Ventoux. Ese aire mítico, legendario, es preciso siempre en el Tour, más aún en una edición tan especial como ésta. El tiempo dirá y serán los corredores los que tengan que satisfacer las expectativas. Pero de entrada, así como el recorrido del Tour 2012 no enamoró precisamente cuando se presentó, s íme  atrae mucho el de la próxima edición.
 


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