Esta temporada 2012 que se despide nos ha dejdo muchos grandes momentos de ciclismo, muchos nombres y protagonistas destacados por la que la recordaremos. Sin duda uno de esos momentos es la retirada de Óscar Freire, tres veces campeón del mundo y uno de los mejores ciclistas españoles de siempre. El propio ciclista cántabro dice a menudo que si en lugar de ser español fuera holandés o belga se reconocería mucho más su trayectoria. Es cierto. Una de las espinas que se lleva Freire es que no ha sido valorado como merecía por el gran público en España, demasiado centrado en las grandes vueltas y poco seguidor de las clásicas. Sin embargo, quienes amamos el ciclismo vemos en Freire todo un referente, un corredor único que ha conseguido tantos logros excepcionales que ha entrado con letras de oro en la historia de este deporte.
Repasar la trayectoria deportiva de Óscar Freire es repasar una lista privilegiada de triunfos en las más destacadas carreras del calendario internacional. Por supuesto, lo más destacado en la carrera de Freire es que es tres veces campeón del mundo. Con ello tiene el récord de victorias en Mundiales de fondo en carretera junto a otros ilustres del deporte de la bicicleta como son Alfredo Binda, Eddy Merckx y Rik Van Steenberg. Que en toda la historia del ciclismo sólo cuatro hombres hayan logrado tres Mundiales habla muy a las claras del lugar que le corresponde al ciclista cántabro en la historia de este deporte. Consiguió sus Mundiales en los años 1999, 2001 y 2004.
El Mundial de Verona de 1999 fue el primero de esta lista. Con 23 años consiguió la victoria en ese ataque inolvidable que le hizo llegar con unos segundos de ventaja sobre Markuz Zberg y Jean Cyril Robin. Primer oro para el español en unos Mundiales. Dos años después, en el Mundial de Lisboa de 2001 venció de nuevo, esta vez por delante de Paolo Bettini y de Andrej Hauptman. En 2004, también en Verona como en la primera victoria, logró un nuevo oro y se encumbró a lo más alto alcanzando en el récord a los citados corredores. En esa ocasión le acompañaron en el podio Erik Zabel y Luca Paolini.
Sus tres Mundiales serían suficiente logro como para pasar a la historia del ciclismo, pero Freire ha conseguido a lo largo de su carrera muchas otras victorias de gran valor. También tres veces se llevó la Milán San Remo, la Classicissima, en las ediciones de 2004, 2007 y 2010. Y fue el primer español en ganar en carreras que nunca antes había conquistado ningún ciclista de nuestro país como la Flecha Brabanzona (2005, 2006 y 2007), la Gante-Wevelgem (2008) o la París- Tours (2010). El único español también en ganar el maillot verde del Tour de Francia. Doce grandes clásicas en su haber, contando los Mundiales. Siete etapas en la Vuelta Ciclista a España y 4 en el Tour. En resumen, uno de los grandes. Uno de los más grandes de siempre.
Merece en su retirada el reconocimiento unánime del mundo del ciclismo porque ha sido uno de esos corredores que dejan huella y porque el palmarés que se lleva está al alcance de unos pocos elegidos entre los que él se encuentra. El sabio despistado, el ciclista que podía estar falto de forma pero de repente conseguía un gran triunfo, el que siempre hizo la guerra por su cuenta en los esprints para conseguir victorias imposibles, el ciclista español que tuvo que emigrar a equipos extranjeros, el que habiendo hecho historia con mayúsculas siguió adelante con ambición por buscar nuevos logros marchándose al Kathusa tras salir del Rabobank, el grandioso esprinter y clasicómano de Torrelavega. Óscar Freire, tras 14 temporadas en activo como ciclista profesional e innumerables victorias, cuelga la bicicleta y deja para siempre una trayectoria formidable que siempre será recordada y, témome, quizás añorada por los seguidores españoles. Enhorabuena por esta ejemplar carrera y gracias por todo.
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