Katusha, fuera del World Tour por motivos éticos

Lo intuíamos, pero ayer salimos de duda. El Katusha no obtuvo la licencia World Tour por motivos éticos. Era evidente que no podía haber sido por razones deportivas y parecía que tampoco financieras o económicas. Pues sí, ética. Ese concepto escurridizo, poco claro y que, sin embargo, está centrando de forma excesiva el ciclismo actualmente. Porque hay que combatir el dopaje sin descanso y sin excepciones, por supuesto, pero instaurar un código cuasi religioso en el que se busque la pureza moral y ética de todo el mundo es ya otra cosa distinta, más turbia, y hacia la que creo que nos dirigimos.
 
Hoy cuenta La Gazzetta dello Sport que la UCI envió ayer una carta el equipo ruso contándole los motivos por los que no estará en el World Tour. Motivos éticos. ¿Cuáles? El positivo por EPO de Colom y Pfannberger en 2009 y de Galimzyanon en 2012; el de Kolobnev en el Tour 2011 -absuelto por el TAS-; que Kolobnev habría vendido por 150.000 euros la Lieja 2010 a Vinokourov; que cuatro corredores, Menchov, Ignatiev, Gusev y Kolobnev, estén involucrados en las investigaciones sobre Ferrari en Padova; y la elección del nuevo mánager, Ekimov, compañero de Armstrong durante ocho años en el US Postal y Discovery.
 
 
 
Creo que es peligroso castigar a un bloque entero por posibles actuaciones irregulares de alguno de sus ciclistas. Pienso que no es justo que se sancione a Katusha por una investigación abierta sobre un posible amaño de la Lieja 2010, cuando hay más posibles implicados (en este caso, Vinokourov, técnico del Astaná) que no se han visto penalizados por ello. Y, por último, considero un disparate castigar a un equipo sin licencia World Tour por elegir como técnico a alguien que fue compañero de Armstrong. ¿De qué estamos hablando? ¿Ahora la UCI va a elegir a los directores deportivos? ¿Si alguien cometió un error, o ni eso, en el pasado, tenemos que castigarle de por vida? ¿Nadie considera peligroso el camino que está tomando el ciclismo?
 
No es esta actitud mía una defensa ardiente del Katusha ni de Joaquim Rodríguez, creo que no es una opinión condicionada porque sea este corredor uno de los perjudicados. Es porque me preocupa esta actitud de los máximos dirigentes del ciclismo sobre la ética. Vamos camino de convertir esto en una hermandad religioso donde todos habrán de purgar sus pecados y donde se deberá investigar la historia de todo el mundo para comprobar su pureza de sangre. Me suena a fundamentalismo moral, repito, y me da la impresión de que se les está yendo de las manos esta obsesión con la moral. Porque para combatir el dopaje es imprescindible que haya controles que funcionen y que exista el compromiso con la limpieza en la competición y la conciencia contra las trampas de todos los que tengan algo que ver con el mundo del ciclismo. Que nadie se esté dopando y todos estén concienciados con la necesidad de defender un ciclismo limpio. Pero guardar en una lista negra los positivos de un equipo en los últimos años o repasar las compañías de alguien en el pasado para ver si puede ser director deportivo de un equipo World Tour me parece un exceso.
 
Además, se genera un agravia comparativo con otros equipos y otras personas. Estoy absolutamente convencido de que muchos otros equipos que sí han obtenido la licencia World Tour tienen en su historial manchas como las que imputan al Katusha. Corredores con positivos en el pasado o directores deportivos con supuestas actitudes poco decorosas cuando eran ciclistas. No me gusta poner siempre el mism ejemplo, porque van a pensar que le tengo manía, pero ahí tenemos a Riis, director deportivo del Saxo-Tinkoff, que ha reconocido que se dopó en el Tour 1996. No sólo no le han quitado el título, sino que está dirigiendo un equipo World Tour sin que esa confesión sobre su pasado haya sido un obstáculo. ¿O es que como él pasó por el confesionario de esta secta religiosa que estamos creando ya ha purgado sus pecados? De locos.
 
El equipo ruso ya ha anunciado, a través de un comunicado, que no acepta los motivos esgrimidos por la UCI para dejarle sin licencia. En él confirma "su determinación de defender sus derechos mediante todos los medios civilizados para recibir la licencia World Tour, incluyendo el recurso que ya ha hecho al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS)".

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