Nibali lo ve claro entre la niebla

En unas pésimas condiciones climatológicas que impidieron la transmisión televisiva de la etapa, Vincenzo Nibali lo vio claro. Pese a la niebla, él lo ve cada vez más claro. Es el gran favorito a ganar esta corsa rosa, el auténtico patrón de la carrera. Y lo sabe. Va de líder, pero él no da en absoluto el perfil de corredor conservador que defiende su primer puesto limitándose a responder a los ataques de los demás. Qué va. Prefiere dar primero, la mejor defensa... Como hizo ayer en la subida a Jafferau. El mal tiempo había obligado a eliminar el paso por Sestriere. Nieve en mayo. Cosa extraña. Así que los corredores llegarían sin haber subido ningún puerto a la parte final. Una fuga había cogido hasta 10 minutos de ventaja, pero el trabajo sucesivo de equipos como el Astana, el Vini Fantini o el Sky redujeron poco a poco esa renta.

El primero en atacar fue Sergio Luis Henao, como punta de lanza para un movimiento posterior de su líder, Rigoberto Urán. Sky no quiere dejar de ser protagonista en este Giro porque Wiggins se haya retirado. Con Urán como nuevo jefe de filas, se están mostrando combativos. El ataque de Henao debía ser un movimiento estratégico para que Urán tuviera a un compañero, compatriota y gran escalador por delante. Querían batalla. Pero el que asestó un golpe seco al resto de favoritos fue Nibali. El Tiburón, el capo del Giro. No teníamos imágenes en directo, así que esperábamos a ver su figura allá a lo lejos, saliendo de la niebla en las cámaras de meta. Dos colores llamativos, chillones, perfectos para ser visibles entre la niebla, el amarillo verdoso del Vini Fantini y el rosa glorioso del líder de la carrera, irrumpieron en solitario. Eran Muaro Santambroggio y Vincenzo Nibali. A unos metros venía el colombiano Betancur (Ag2r), que ha dado al palo en múltiples ocasiones esta temporada.

Todos los rivales de Nibali pensaban en recortar distancias con él, pero el líder tenía otros planes. No ser conservador y esperar a que otros se movieran. Todo corazón e impulso, el anti control más absoluto, el ciclismo añejo. Ese imprevisible, el que va contra el conservadurismo imperante. Todo eso representa Nibali y todo eso significa su primer puesto en el Giro. Vio flaquear a sus rivales en una jornada de extrema dureza que no hace sino aumentar la admiración más sincera y la veneración más amplia por estos titánicos esforzados de la ruta. O quizá ni siquiera eso, pero se veía fuerte, con buenas puertas. ¿Para qué esperar? Atacó y logró rentas nada desdeñables con sus rivales. Metió 30" a Urán, 33" a Evans y a Pozzovivo, 59" a Majka, 1:24 a Intxausti, 1:28 a Scarponi. Gesink perdió mucho y cae hasta la undécima plaza en la general. 

Cuando faltaban apenas 200 metros para el final de la etapa, Santambroggio mira hacia atrás. Nibali asiente. En plan campeón. No le disputará la etapa a cambio de la colaboración en el tramo final. A él le interesa más sacar tiempo a sus rivales. La imagen que ilustra este artículo es muy elocuente. Muestra al corredor del Astana mirando hacia atrás, oteando la recta de meta para encontrar a sus adversarios. Mientras, Santambroggio celebra el magnífico triunfo. "El objetivo del equipo en el Giro era lograr una etapa y lo hemos alcanzado", señaló el vencedor en meta. Se coloca cuarto en la general, por lo que "una vez lograda la etapa, pienso en defender mi posición y en ir a por el podio".

Por su parte, Nibali se mostró prudente. Sí, había sido un buen día para sus intereses y refuerza su primer puesto, pero queda mucho Giro. "La lluvia y el frío siempre me han favorecido, así que intenté aprovechar estas condiciones meteorológicas. Ataqué y vi que sólo Mauro [Santambrogio] me seguía, así que no dudé: tenía que sacar la máxima ventaja posible", declaró. Tras la etapa "muy difícil, realmente fría", El Tiburón lamentaba la retirada de su gregario Vanotti, que sufrió una caída en la que se rompió la clavícula, y hacía balance global: "El Giro aún es largo, pero hoy ha sido una jornada positiva para nosotros". 

En lo que respecta a los españoles, destacó por encima de todos Samuel Sánchez (Euskaltel-Euskadi) que terminó cuarto en la etapa y realizó una ascensión magnífica. Va de menos a más en este Giro y, liberado de cualquier exigencia en la lucha por la general debido al tiempo perdido, las buenas sensaciones que transmitió ayer nos hacen soñar con nuevos intentos por lograr una victoria parcial. Intxausto, como hemos dicho, lo pasó mal, pero salvó los muebles. Se dejó 1:24 con Nibali y sigue dentro del tope ten (es décimo a  5:51).

Clasificación de la 14º etapa
1 Mauro SANTAMBROGIO ITA VIN 4:42:55
2 Vincenzo NIBALI ITA AST 0
3 Carlos Alberto BETANCUR GOMEZ COL ALM 9
4 Samuel SANCHEZ GONZALEZ ESP EUS 26
5 Rigoberto URAN URAN COL SKY 30
6 Cadel EVANS AUS BMC 33
7 Domenico POZZOVIVO ITA ALM 33
8 Robert KISERLOVSKI CRO RLT 33
9 Sonny COLBRELLI ITA BAR 55
10 Damiano CARUSO ITA CAN 58

Clasificación general
1 Vincenzo NIBALI AST 57:20:52
2 Cadel EVANS BMC +1:26
3 Rigoberto URAN URAN SKY +2:46
4 Mauro SANTAMBROGIO VIN +2:47
5 Michele SCARPONI LAM +3:53
6 Przemyslaw NIEMIEC LAM +4:55
7 Domenico POZZOVIVO ALM +5:12
8 Rafal MAJKA TST +5:32
9 Carlos Alberto BETANCUR GOMEZ ALM +5:39
10 Benat INTXAUSTI ELORRIAGA MOV +5:51
11 Robert GESINK BLA +6:40
12 Robert KISERLOVSKI RLT +6:42
13 Sergio Luis HENAO MONTOYA SKY +7:06
14 Yury TROFIMOV KAT +7:19
15 Tanel KANGERT AST +7:36
16 Franco PELLIZOTTI AND +8:11
17 Samuel SANCHEZ GONZALEZ EUS +8:24
18 Damiano CARUSO CAN +9:53
19 Wilco KELDERMAN BLA +13:23
20 Danilo DI LUCA VIN +14:29

El de ayer fue un final dantesco en el que cada corredor llegaba a su ritmo, superando cómo podía la infernal ascensión final. Un grado de temperatura en la cima. Una de las imágenes del día fue la de Michele Scarponi incapaz de entrar en calor tras cruzar la meta. Ponía la mano en las caras del asistente de su equipo para intentar lograr calentarlas. Se las rozaban. Su cara lo decía todo. Qué tiritona. La misma que la de Nibali, que sonreía entrevistado por la RAI, pero no podía evitar esos espasmos de frío tras una jornada terrible que reabre el debate sobre qué tienen que decir los ciclistas ante situaciones como estas, porque son ellos los que padecieron una etapa bajo la intensa lluvia, el frío y hasta la nieve. Dos posturas encontradas hay aquí, las de siempre: estas etapas son épicas y muestran la grandeza de este deporte y que los ciclistas están hechos de otra pasta. Cierto es que no necesitamos ver  este tipo de esfuerzos inhumanos para admirar profundamente a los corredores. La otra postura dice que los ciclistas no pueden ser los payasos del circo, sin voz ni voto, a los que se les lleva por cualquier sitio aunque las condiciones climatológicas no sean las adecuadas. 



El caso es que ayer el día fue muy duro y para hoy nos temíamos lo peor: que la  15º etapa se suspendiera casi en su totalidad. Afortunadamente, sí se podrá correr y tan sólo sufriera una reducción de los últimos 4,2 kilómetros de ascensión al Galibier. Una minucia comparado con lo que se aventuraba hace un día, cuando la Prefectura de Valloire anunció que se tendría que suspender la subida al coloso alpino y también al Mont Cenis. Finalmente no será así y se podrán ascender los tres puertos previstos. En el kilómetro 58,6 de carrera se subirá el Mont Cenis (de primera categoría), en el 126,1 afrontarán la ascensión al Telegraphe (segunda) y en el 145 se sitúa la meta, un poco antes de lo previsto, en el legendario Galibier. 

Con todo, hay que esperar a cómo evolucionen los acontecimientos ya que, con buen criterio, RCS Sport  anunció en un comunicado que "teniendo en cuenta las condiciones climáticas cambiantes, si el tiempo se deteriorarra durante la noche, la Dirección del Giro se reserva el derecho a realizar modificaciones adicionales con el fin de proteger la seguridad de los corredores y la caravana". Veremos. Ojalá sí sea posible finalmente vivir esta emocionante y prometedora decimoquinta etapa en homenaje al Tour de Francia el año que alcanza su edición centenaria. 

Otras carreras
La etapa reina del Tour de California con final en el Monte Diablo deparó una sorpresa final (nadie apostaba por Leopold König, del NetApp-Endura, como ganador) y mucho espectáculo con protagonismo español. De la Cruz (NetApp-Endura), Carlos Verona (Omega Pharma-Quick Step) y Paco Mancebo (5 Hours Energy) estuvieron en la pomada. Los dos primeros se metieron en la fuga del día junto a Westra (Vacansoleil-DCM), Didier y Schleck (Radioshack-Leopard),  Koren (Cannondale), Butler (Champion), Jones (Bissell), English (5-Hour Energy) y Brown (Bontrager). Una vez neutralizados, Mancebo lo intentó en la subida final, pero el más fuerte fue  König. La general no sufre cambios con Tejay Van Garderen (BMC) controlando la situación. Saca 1:47 a Michael Rogers y 3:26 a Acevedo, por lo que es virtual ganador de la carrera a falta de la última etapa que se disputa hoy y presenta un perfil intrascendente para la general. En el Tour de Noruega, la cuarta etapa dejó la primera victoria local de la carrera con el triunfo de Edvald Boasson Hagen (Sky), que además se pone líder. 

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