Primer festival del Giro


Hay cosas que sólo pasan en el Giro. La etapa de hoy es una demostración práctica del magnetismo especial que tiene la corsa rosa. La carrera italiana, con sus trampas en cada rincón, con sus embocadas inesperadas, con sus puertos en apariencia no particularmente exigentes que deparan un formidable espectáculo, con sus ciclistas patrios crecidos ante la entrega sin igual del público italiano. El Giro es un mundo aparte. Tercera etapa de la ronda transalpina, con toda la alta montaña por delante, con todas las jornadas decisivas por disputarse. Un puerto de tercera categoría con cima a 20 kilómetros de meta. Un terreno escarpado y corredores con ganas de dar batalla. Resultado: la primera emboscada del Giro, la primera fiesta, el primer gran festival. Y los que nos quedan.

Se podían esperar movimientos, pero honestamente nadie esperaba una batalla entre los hombres fuertes a estas alturas de la carrera. De hecho se hablaba sobre los velocistas que mejor podían pasar ese puerto cercano a meta. Pero esto es el Giro. Rodríguez (Androni), Pantano (Colombia), Bellemakers (Lotto), De Backer (Argos), Boaro (Saxo-Tinkoff), Wauters (Vacansoleil) y Taborre (Vini Fantini) formaron la escapada del día. Alcanzaron una ventaja cómoda superior a los siete minutos. Sky, equipo del líder, asumía la responsabilidad de la caza. En la subida a San Mauro, de segunda categoría, la distancia se rebajó sensiblemente y pasó a ser inferior a los cuatro minutos. Dos movimientos importantes se dieron a unos 50 kilómetros de meta: Taborre dejaba a sus compañeros de fuga y se marchaba en busca de la gloria y, por detrás, Katusha se ponía al frente del pelotón. Trabajando para Paolini o Vicioso, pensamos entonces.

El escapado lo tenía realmente complicado, sabía que estaba vendido. Cuando el gran grupo empezaba a afrontar las primeras rampas del Sella di Catona, el Garmin-Sharp dejó claro que hoy quería fiesta. El equipo de Hesjedal dio un acelerón espectacular en el pelotón. Zafarrancho de combate. Esto es el Giro, no hay día tranquilos, no hay reservas, no hay tácticas conservadoras pensando en lo mucho que queda por delante. Hesjedal lo sabe bien, ganador de 2012. ¿Qué es esto de darme como invitado de piedra al duelo entre Wiggins y Nibali?, bien podría pensar el canadiense. Nada de eso. Vincenzo Nibali (Astana), al que le hace falta poco para animarse y dar rienda suelta a su espíritu batallador aceptó el reto. Él también aceleró. Respondió al ataque.

La fiesta estaba servida. Hoy no sería un día tranquilo para consentir una fuga, presenciar una volata en un grupo reducido o para algún valiente secundario en la general que decidiera sorprender. Hoy llegaba inesperadamente la primera batalla por la general. El primer mano a mano. El Giro. Bradley Wiggins ha empezado a saber de qué se trata esta carrera, qué tiene de especial. Hesjedal, auténtico dinamitero de la etapa, se marchó en solitario. Demasiada ambición, quizá. No se lo vamos a reprochar en absoluto, teniendo en cuenta que lo que siempre pedimos a los corredores es valentía y menos control de los tiempos y las fuerzas. Esto es el ciclismo añejo, el que nos levanta del sillón, el que atrapa y enamora. Fuera controles, fuera tácticas conservadoras. Dejen paso a la valentía, a las batallas constantes. El Giro es así. Estamos en la tercera etapa y ya ha dado muestras de lo que nos puede ofrecer. Por cierto, esta corsa rosa empieza con las mismas promesas de buen ciclismo y espectáculo permanente que la última gran vuelta que vivimos antes de ella, la memorable Vuelta Ciclista a España 2012. 

Lo dicho, Hesjedal cogió unos metros de ventaja, pero finalmente vio que no iba a ningún lado y se dejó coger por el grupo. Un grupo donde Wiggins se quedó solo en un momento. Donde Nibali calibraba a qué rivales se enfrenta. Esta brutal explosión inesperada hizo mucho daño a muchos ciclistas, empezando por el líder, Puccio, que se dejó hasta el apellido. Perdió contacto muy rápido. El sueño de vestir la maglia rosa para el joven y prometedor ciclista del Sky duraría sólo un día. Junto a los tres tenores (Wiggins, Nibali y Hesjedal) marchaban en ese grupo destacado ciclistas como Gesink, Scarponi y Evans. Después llegaron más corredores como Samuel Sánchez (Euskaltel-Euskadi) y Beñat Inxtausti (Movistar) que hoy han estado de diez. 

El compañero de Inxtausti, Gionvanni Visconti, coronó primero el puerto para coger puntos que le sirvan para conservar la magloa azzurra de líder de la montaña. Vistas las ganas de los ciclistas por armar el taco, el descenso prometía emociones fuertes. Agnoli (Astana), Hesjedal (Garmin-Sharp) y Luca Paolini (Katusha) cogieron una pequeña ventaja con el resto en los primeros compases del descenso. Se les unieron Santaromita y Santabrogio, pero pronto fueron cazados. El descenso era peligroso y varios ciclistas probaban el asfalto. Fue el caso de Betancur (Ag2r) o de Michele Scarponi (Lampre-Merida). El primero pudo reincorporarse y contactar con el grupo. El segundo tuvo peor suerte, ya sufrió el incidente unos kilómetros más allá y además tuvo que cambiar de bicicleta. 

Wiggins había perdido contacto momentáneamente con el grupo, pero rápido entró en él arropado por Urán y Henao. Con los favoritos vigilándose entre sí, Luca Paolini, veterano ciclista italiano que sin embargo debuta este año en el Giro, decidió probarlo. Lanzó un ataque en el falso llano camino de meta. Faltaban 6,5 kilómetros. No lograron echarle el guante. Los favoritos sólo podrían optar a los 12" y 8" de bonificación en meta para el segundo y el tercero clasificado. Mientra Paolini entraba en meta con una felicidad desbordante (etapa y general para él, día redondo) los hombres de la general se preparaban para el esprint. Evans, que nadie lo deje en un segundo plano, y Hesjedal lograron esos premios en forma de escasos segundos. Es lo de menos. Lo de más, las sensaciones mostradas en esta primera gran batalla del Giro.

Hesjedal ha dejado claro que viene a por todas. Es el dorsal número 1, ha centrado toda su temporada en el objetivo de revalidad el título y hará todo lo que esté en sus manos (en sus piernas, mejor dicho) para lograrlo. Valentía, clase y fuerza no le faltan. Nibali, más de lo mismo. En cuanto ha visto la ocasión, no se ha escondido y ha respondido al movimiento del canadiense. Wiggins ha pasado algún que otro apuro, probablemente por lo inesperado de este zafarrancho de combate. El británico se ha visto sin compañeros en algún momento final de la etapa. El Giro es muy difícil de controlar, por muy fuerte y sólida que sea tu formación. Sobre todo, porque los ataques pueden llegar en cualquier momento. Hay que tener mil ojos. 

Las dos grandes bazas del ciclismo español para este Giro, Samuel Sánchez y Beñat Inxtausti, han estado genial. Les pilló en fuera de juego el ataque inicial de Hesjedal, pero supieron responder y entraron en el grupo de los mejores. Ahí es dónde hay que estar si se quiere optar a todo en el Giro de Italia. Y los dos han respondido como se esperaba de ellos.  Quinto y noveno en la etapa. El ciclista vasco del Movistar se pone sexto en la general y el asturiano del Euskaltel-Euskadi ya ha empezado a recortar el tiempo perdido en la desafortunada crono por equipos de ayer. Bravo por los dos. Muy prometedor comienzo de Giro. Mantener la concentración en todo momento y responder tan bien como lo han hecho hoy a las emboscadas miles que vendrán. Eso es lo que deben seguir haciendo. 

Mañana por la mañana, previo de la etapa cuarta, cuyo recorrido invita a pensar en más batalla. Que el ritmo no pare. Esto es el Giro, la corsa piu bella por días como el de hoy. 



Clasificación de la tercera etapa
1. Luca Paolini (Katusha) 5:43:50
2. Cadel Evans (BMC) a 16
3. Ryder Hesjedal (Garmin-Sharp) m.t.
4. Mauro Santambrogio (Vini Fantini) m.t.
5. Samuel Sánchez (Euskaltel-Euskadi) m.t.
6. Giampaolo Caruso (Katusha) m.t.
7. Pieter Weening (Orica-Greenedge) m.t.
8. Bradley Wiggins (Sky) m.t.
9. Beñat Intxausti (Movistar Team) m.t.
10. Robert Gesink (Blanco) m.t.

Clasificación general
1. Luca Paolini (Katusha)
2. Bradley Wiggins (Sky) a 17
3. Rigoberto Urán (Sky) m.t.
4. Beñat Intxausti (Movistar Team) a 26
5. Vincenzo Nibali (Astana) a 31
6. Valerio Agnoli (Astana) m.t.
7. Ryder Hesjedal (Garmin-Sharp) a 34
8. Giampaolo Caruso (Katusha) a 36
9. Yury Trofimov (Katusha) m.t.
10. Sergio Luis Henao (Sky) a 37

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